Todos los años al acercarse estas fechas, todas las ciudades del país lucen los colores patrios. En muchas ventanas, balcones y lugares públicos ya ondean las banderas tricolores. Este será el segundo año en que López Obrador que llegó a ser presidente alentando la “esperanza” de millones que ansiaban un cambio, se prepara para conmemorar el Grito de la Independencia de 1810 desde el balcón del Palacio Nacional. Esta vez, como tantas otras antes, el Grito “¡Qué viva México!”, pronunciado por el presidente sonará como una frase hueca. Suena falso celebrar una independencia conquistada 210 años atrás cuando se la ha perdido, obedeciendo al amo imperialista que sigue recolonizando México.
Gritan “Qué Viva México”. Y en la trastienda… ¡Venden a México! Siguen los dictados del T-MEC, el Banco Mundial y la OCDE, que sólo favorecen el saqueo de las corporaciones transnacionales y los oligarcas locales. Invitamos a todos los luchadores del pueblo trabajador a reflexionar sobre esa independencia perdida que ellos “festejan” y elaborar un programa para recuperarla.
Por CST, México
En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, fue el cura Miguel Hidalgo y Costilla quien tomó la célebre iniciativa de convocar al pueblo de Dolores, Guanajuato, a la insurrección popular. Dirigiéndose a la multitud reunida les preguntó: “¿Se liberarán a sí mismos?… ¿Recuperarán las tierras robadas de sus antepasados por los odiados españoles durante trescientos años?”… Y el grito de Hidalgo y los movilizados fue: “¡Muera el mal gobierno!… ¡Mueran los gachupines!.. ¡Viva México… Viva la independencia!”
Larga y dolorosa fue para las masas populares y campesinas la guerra para conquistar la independencia. Desde entonces diferentes sectores patronales y oligárquicos asociados a distintas potencias imperialistas, encargaron a “malos gobiernos” recolonizar México y saquearlo de mil formas, explotando, oprimiendo y asesinando a los trabajadores y a sus pueblos originarios.
México sigue siendo recolonizado y nuestro pueblo explotado
Hoy somos casi una colonia, principalmente sometida a Estados Unidos. Recordamos con indignación como Peña Nieto se arrodilló ante Trump, incluso antes que éste fuera presidente. Antes que él, ese triste papel lacayuno lo cumplieron Calderón, Fox, Zedillo o Salinas de Gortari…
Se entregaron las riquezas y el esfuerzo del pueblo mexicano a las mayores corporaciones multinacionales: GM, Ford, VW, IBM, Pepsi, Coca Cola, Nissan, Procter & Gamble, Nestlé, Hewlett Packard, Kimberly Clark, Oxxo, Wal-Mart, Mc Donalds, Santander, BBVA, Inbursa… ¡Hasta el Banamex, Banco Nacional de México, es hoy del Citibank! Incluso Aeroméxico está en manos de Delta Airlines y Pemex está siendo desmantelado por agentes de Exxon, Chevrón, Shell, British Petróleum… Lo conquistado en 1938 está siendo entregado. ¡Y eso no es sólo corrupción, es traición a la soberanía nacional!
La explotación minera ocupa más de 18% del territorio del país. El 75% de las empresas mineras son canadienses. Sólo en dos décadas desde el inicio de este siglo, la minería transnacional extrajo el doble del oro que los españoles se llevaron de México en los 300 años que duró la Colonia. Desde hace más de 30 años –¡Por ley!– se dio luz verde a las mineras transnacionales para el saqueo total y la contaminación sin límites. Y este despojo se profundiza con la reciente firma del T-MEC, proclamado como una “bendición” por el actual gobierno. Las empresas gringas, como The Chemours company, se instalan para envenenar violando la ley impunemente. ¡Sin que ninguna instancia de gobierno se los impida! La industria, el comercio y las finanzas están dominados en un 90% por el capital imperialista. En México vivimos hoy la desigualdad extrema: el 1% de sus habitantes posee el 43% de la riqueza del país. Tienen “pasaporte mexicano” algunos de los magnates más ricos del mundo y el 70% de los mexicanos viven debajo del nivel de pobreza.
¿Qué cambió con la Cuarta transformación?
Todo el pueblo trabajador esperaba cambiar esta situación y apostó a López Obrador, que anunció la “Cuarta Transformación”. Pero el recientemente firmado T-MEC no sólo mantiene, sino que profundiza la subordinación colonial de México: “El T-MEC es una de las instituciones fundamentales del Estado semi-colonial mexicano. Es imposible definir al régimen político de México sin tomar como referencia a esta institución imperialista. Incluso, leyes mexicanas fueron reformadas para ser aceptadas por EEUU, en sintonía con cláusulas del T-MEC. Un tratado que no es de mera índole comercial, pues reglamenta, restringe y establece controles e inspecciones en México por parte de EEUU. Y en ese marco de dominación imperialista, no podemos soslayar otra institución vigente desde el 2008: la Iniciativa Mérida, que rige a las instituciones de seguridad, policiales, migratorias y de comunicación y transporte, colocándolas bajo el control de la DEA. (https://litci.org/es/menu/mundo/latinoamerica/mexico/eeuu-mexico-mayor-explotacion-y-saqueo-colonial/).
El T-MEC es una institución que incluso rige los procesos judiciales. Por eso, aún con todas las pruebas de sus delitos probados que ya hay o por muchas mañaneras que AMLO dedique a decir que “no quiere ser verdugo”, Peña Nieto, Calderón y Salinas irán o no irán al banquillo como acusados, según decidan a su conveniencia los que mandan desde Washington.
Por eso el T-MEC fue celebrado por todos los buitres saqueadores de México. Por eso fueron a festejar y brindar a la Casa Blanca. En el 2017-18, Peña y AMLO trabajaron juntos por orden de Trump para “modernizar el TLCAN” en negociaciones confidenciales. Mucho hablan de democracia participativa y consultas ciudadanas. ¡Pero tan importante asunto de Estado lo decidieron en “lo oscurito”, a espaldas del pueblo! Trump –como antes Obama y Bush– ordena, y AMLO –como antes Peña– responde “¡Mande!”.
Esto se evidenció en la visita del actual presidente a Washington. En dos años de gobierno AMLO sólo viajó una vez al extranjero. Fue a EU, porque lo invitó el patrón Donald Trump, que ante las elecciones de este año, quiso mostrar al mundo cómo maneja a sus subordinados. Y ahí lo vimos al presidente de México pronunciando un discurso vergonzoso y falso, que indignó no sólo a millones de migrantes mexicanos que sufren redadas, detenciones y deportaciones en EU, sino a quienes sufrimos aquí que traten a México como colonia y a nuestro territorio como su tiradero.
AMLO dijo textualmente: “Como en los mejores tiempos de nuestras relaciones políticas… hemos recibido de usted comprensión y respeto” … “Ahora… quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos a su gobierno y a usted presidente Trump por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos, a usted presidente Trump le agradezco su comprensión y la ayuda que nos ha brindado… lo aprecio, es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía, usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente”…
Estas palabras no sólo chocan con la realidad de explotación, discriminación y violencia hacia los trabajadores mexicanos, sino que ofenden nuestra dignidad como pueblo.
Pero una de las mayores expresiones del saqueo colonial y de pérdida de Independencia de México es la fraudulenta e ilegítima estafa llamada Deuda externa. Ésta continuó aumentando este año, a pesar de la retórica presidencial de “no endeudarse”. Ya representa el 55 % del PIB. Cuando en realidad, desde el año 2000 los gobiernos del PRIAN ya pagaron ¡7 veces el valor de la deuda en aquel momento! AMLO lo sabe y sólo se “lamenta”, como si fuera un “castigo divino”. Por eso en sus mañaneras nos dice: “somos parte del sistema financiero internacional y no pretendemos romper con él”. Nosotros le respondemos: “¡Esa deuda no es del pueblo!”
¿Quiénes son los únicos capaces de recuperar la independencia de México?
Hoy la lucha por la independencia nacional no será encabezada por clérigos como Hidalgo y Morelos. Menos aún serán los megamillonarios “señores” como Slim, Salinas Pliego, Bailléres, Larrea o Alfonso Romo Garza, ni sus sirvientes políticos. Porque todos ellos son socios o cómplices a sueldo del saqueo imperialista. Por eso, tampoco serán los falsos opositores, que hoy golpetean al oficialismo, pero fueron y son parte integral del mismo régimen colonial sometido al imperio y que no ha cambiado. “Nadie serrucha la rama en la que está sentado”.
Hoy somos los obreros, trabajadores, campesinos e indígenas los únicos que podemos y debemos tomar la senda liberadora revolucionaria para establecer nuestro gobierno soberano. Hoy son los millones obreros de las maquiladoras de la Frontera y de otros estados, con el Movimiento Obrero Matamorense 20/32 al frente. Son las comunidades que enfrentan los megaproyectos de muerte, como las del Frente Unido de Pueblos de la Comarca Lagunera. Son los indígenas que resisten el despojo de sus tierras en Guerrero, Chiapas y Oaxaca. Son los campesinos que enfrentan a la Guardia Nacional para defender el agua para sus cultivos. Son también los maestros de la CNTE, los estudiantes normalistas rurales y las trabajadoras del SutNotimex que, con una huelga de 6 más de meses, enfrentan los agravios y persecuciones directas de los funcionarios del gobierno…
Esas luchas están haciendo madurar una gran experiencia: la conclusión es cada vez más evidente: la clase trabajadora necesita conquistar su plena independencia política respecto a todas las variantes patronales, aunque se digan de “izquierda” o progresistas. Sólo con esa independencia de los trabajadores del campo y la ciudad se recuperará la independencia nacional. Hoy sí nos queda algo para celebrar: ¡Los explotados y oprimidos de México estamos luchando, de “Norte a Sur y de Este a Oeste”! Hoy ese es el único Grito legítimo de independencia, porque saldrá de miles de gargantas en lucha. ¡Se escuchará fuerte y conmoverá corazones!
Y esa lucha de liberación nacional será uniéndonos, a ambos lados de la frontera, con nuestros hermanos migrantes y con los explotados y oprimidos negros, originarios y blancos de Estados Unidos y de toda América y el mundo.