Mar May 30, 2023
30 mayo, 2023

Los 100 días del gobierno de Lula

En su discurso sobre los 100 días de gobierno, Lula reivindicó el nuevo marco fiscal que da continuidad a un régimen de austeridad para priorizar el pago de la deuda a los banqueros. “Si hay un gobierno con experiencia en hacer responsabilidad fiscal es el mío, perdí mucha gente del PT por el superávit primario, algunos hasta se fueron al PSB, otros al PSTU”, dijo refiriéndose a su primer mandato.

Editorial PSTU Brasil

El eslogan elegido por la nueva gestión intenta transmitir la idea de que volvemos a una época en la que supuestamente las cosas iban bien, o no tan mal. Pero, primero, ¿es realmente que “Brasil volvió”? Segundo, ¿y si volviéramos a los tiempos del boom de las commodities, con medidas compensatorias para los muy pobres y endurecimiento, retiro de derechos y precarización para los que tienen algo para enriquecer a los grandes del agro, de los bancos y de las contratistas? ¿No llegaría de nuevo adonde llegamos? Con la crisis capitalista, salió a la luz el proceso de recolonización. Sin máscara, aparecieron la desindustrialización y el empobrecimiento, y se vio que la desigualdad nunca retrocedió.

El gobierno de Bolsonaro puso el país en modo barbarie explícita y ultraliberal. Pero fueron los gobiernos del PSDB y del PT los que construyeron las bases sociales y las decepciones políticas que permitieron el surgimiento del bolsonarismo.

Los 100 días de gobierno de Lula, incluso lo que parece referirse a los trabajadores o a la soberanía, estuvieron centralmente al servicio de allanar el camino para el marco fiscal, de buscar la conciliación para la preservación de las cúpulas de las Fuerzas Armadas y de garantizar, en las relaciones con China, Estados Unidos y la Unión Europea, preservar los intereses de la clase dominante brasileña sumisa al imperialismo.

En lugar de un proyecto de la clase trabajadora basado en su movilización para enfrentar al 1% de capitalistas internacionales y nacionales, el gobierno de conciliación de clases de Lula se apoya en la democracia de los ricos, en Lira, Pacheco, “nacos del centrão”, y promete gobernar para todos. Pero no es posible hacer una tortilla sin romper huevos. Los 100 días de Lula apuntan a un social liberalismo, un neoliberalismo con renta mínima.

El programa y las alianzas de Lula y del PT apuntan a administrar el capitalismo en crisis, en conciliación con la burguesía y el imperialismo. Por eso planteamos la necesidad de construir un proyecto de la clase trabajadora para el país, que no esté atado a un proyecto de la burguesía, porque de lo contrario no se producirán los cambios profundos que son necesarios. Y sin esos cambios, nuestro país seguirá siendo cada vez más subalterno y decadente, más pobre, y la clase trabajadora más precaria y exprimida. Y estos tres meses lo demuestran.

La derrota electoral de Bolsonaro y también el fracaso de su intento golpista fueron sentidos como un alivio por gran parte de la clase trabajadora y los sectores más oprimidos. Y es comprensible que sacar a Bolsonaro genere alivio, expectativas, esperanza e ilusiones.

La esperanza de que se detenga la entrega del país y las privatizaciones, de que se deroguen las reformas laboral y previsional, la Nueva Escuela Secundaria, de que no se amnistía, una vez más, a golpistas, tienden a quedarse en el camino porque no encajarán en el nuevo marco. Ni siquiera la defensa de los pueblos indígenas, de negros y negras y de las mujeres.

Independencia de clase

La tarea que se le plantea a la clase trabajadora es la de construir un campo de clase, que pueda fortalecer su proyecto para el país, que enfrente a los capitalistas y el imperialismo y que pueda también derrotar efectivamente al bolsonarismo.

Lula dijo en su discurso de los 100 días: “la ultraizquierda juega un papel fundamental, porque todo lo que ellos digan, usted no lo va a hacer, pero ellos impiden que usted vaya demasiado a la derecha”. De hecho, el papel que juega la izquierda que está en el gobierno es reforzar las ilusiones e impedir que se produzcan movilizaciones que se enfrenten con este proyecto de gobierno, con la burguesía y con la extrema derecha.

Los trabajadores necesitan exigir de sus organizaciones que tengan independencia política del gobierno y de la burguesía, y que actúen para organizar a la clase en defensa de sus reivindicaciones.

Un programa de los trabajadores

Necesitamos ir a la lucha para exigir de Lula la derogación total de la reforma laboral y de la Previsión y de la nueva educación secundaria. Exigir empleo con reducción de la jornada a 30 horas semanales, sin reducción de salario. Exigir la duplicación del salario mínimo, con la meta del salario mínimo del Dieese que hoy es de 6.571,52 reales.

Exigir que se detengan todas las privatizaciones, reestatizando las empresas estatales entregadas, comenzando por la Eletrobrás, la Vale y la Petrobras, bajo el control de los trabajadores. Estatizar la Avibras, importante fábrica de defensa que está a punto de ser entregada al capital extranjero.

Para ello, el camino es el opuesto al del marco fiscal, que es el mantenimiento del edificio neoliberal. Es necesario acabar con la supuesta independencia del Banco Central, suspender los pagos de la deuda a los banqueros, bajar las tasas de interés, estatizar el sistema financiero y acabar con todos los subsidios y exenciones multimillonarias a las grandes empresas y multinacionales.

Ese es también el camino más seguro para derrotar el bolsonarismo: con movilización, autodefensa e independencia de clase. No con amnistía para golpistas, alianza con la burguesía y marco fiscal neoliberal. Hacer ahora, por ejemplo, un paro nacional contra la violencia en las escuelas, exigiendo investigación y prisión de quienes amenazan en la internet y, junto con eso, organizar en asambleas la autodefensa con brigadas elegidas por padres, alumnos, docentes y empleados, y exigiendo de los gobiernos que las financian.

Este es el camino para crear las condiciones para que nosotros los trabajadores construyamos un gobierno nuestro, sin capitalistas, apoyado en consejos populares.

Artículo editorial de Opinião Socialista, 12 de abril de 2023, publicado en www.pstu.org.br

Traducción: Natalia Estrada.

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