El acto golpista de Bolsonaro muestra la necesidad de independencia de clase y de una oposición de izquierda y socialista

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¡Ninguna amnistía a los golpistas!

Por: Redacción PSTU Brasil

Acorralado por la sucesión de revelaciones tras la Operación Veritatis de la Policía Federal, que detalla los planes de intento de golpe en el país, Bolsonaro convocó a una manifestación en la Avenida Paulista este domingo 25 de febrero, para defenderse de las acusaciones y demostrar fuerza política.

Los números del acto, como siempre, son objeto de polémicas. El secretario de Seguridad de São Paulo, Derrite, que parece entender más de matar negros y pobres que de hacer cuentas, dio a conocer la delirante cifra de 600.000. Los dirigentes del PT incluso consideraron entre 30.000 y 40.000. El Monitor del Debate Político en el Medio Digital, grupo de investigación de la USP que viene desarrollando criterios científicos para medir multitudes, estimó 185.000 personas en el auge de la manifestación.

Sin embargo, no fue un acto pequeño o inexpresivo. Fue una movilización organizada, financiada y, como mínimo, apoyada por el aparato del gobierno del Estado, así como por los parlamentarios y el líder religioso de extrema derecha, Silas Malafaia. No obstante, movilizó a un sector importante de la pequeña burguesía y a sectores más empobrecidos y populares.

Repercusión y consecuencias

Más allá de la polémica por los números, fue un acto en el que el bolsonarismo buscó demostrar fuerza social y, al mismo tiempo, estar a la defensiva, en busca de una amnistía. Si es posible en el presente, si no en un futuro muy próximo. En este sentido, si Bolsonaro ya había dicho que su intención era tener “una foto”, este domingo consiguió varias. Una muestra de fuerza en un contexto defensivo en el que, además de las acusaciones de robo de joyas, se suma la organización de un intento de golpe de Estado junto a parte de la cúpula de las Fuerzas Armadas. De hecho, en el acto mismo, Bolsonaro incluso admitió, por primera vez en público, la existencia de tal “minuta del golpe”, tratando de argumentar que sería una medida “constitucional”.

Los principales analistas políticos, de los medios burgueses, del gobierno y de la izquierda, confían en que la manifestación no cambia el marco jurídico en el que se encuentra Bolsonaro. En otras palabras, según este argumento, si hubiese una persona en la Paulista, o un millón, eso no cambiaría el hecho de que Bolsonaro, al final del proceso, irá a la cárcel.

Este tipo de evaluación tiene dos problemas principales. La primera es que desconoce el carácter político de la Justicia y deposita toda su confianza en las instituciones de esta democracia burguesa. A estas alturas debería ser bastante evidente que la Justicia, y aquí específicamente hablando del Supremo Tribunal Federal (STF), se mueve según los vientos y los intereses de clase, principalmente los de la mayoría de la burguesía. Si hoy la disposición, reflejo de la política del imperialismo y de los sectores mayoritarios de la burguesía, es la de incriminar a Bolsonaro, mañana puede muy bien no serlo.

Incluso hoy, nada garantiza que Bolsonaro y una parte importante de los altos mandos de las Fuerzas Armadas involucrados en la intentona golpista paguen realmente por lo que hicieron. En otras palabras, la intención de Bolsonaro, de mostrar apoyo popular y negociar una amnistía para el golpismo, puede prosperar.

La segunda cuestión es que, independientemente del resultado jurídico del caso, tuvimos más de cien mil personas, especialmente de la pequeña burguesía y del semiproletariado, movilizadas en defensa del principal artífice del intento de golpe, precisamente cuando las investigaciones vienen confirmado su intención de imponer una dictadura en el Brasil. Un acto que no sólo hizo eco del lema fascista de “Dios, Patria y Libertad”, sino que, en la práctica, fue un acto de apoyo a un proyecto que defiende, por todos los poros, la intervención militar y el golpe de Estado, es decir, un cambio de régimen en el Brasil para acabar con las pocas libertades democráticas que tenemos hoy. Un acto que defendió, además, el genocidio perpetrado por el Estado nazi-fascista de Israel contra la población palestina.

La responsabilidad del gobierno Lula y de la izquierda

El gobierno de Lula deja en manos del STF el castigo parcial del bolsonarismo y de la extrema derecha golpista. No sólo no lucha frontalmente contra estos sectores, sino que mantiene vergonzosamente al frente del Ministerio de Defensa a José Múcio, un hombre vinculado al bolsonarismo y que trabaja día y noche para salvarle la cara y amnistíar a la alta cúpula golpista. Y sigue todo el guion de defensa del golpe militar de 1964, y su concepción y visión de las Fuerzas Armadas como “potencia moderadora”, por encima de los demás poderes. La “democracia” y la “libertad” defendidas por Bolsonaro y los golpistas del ’64 es dictadura.

Además, el gobierno de Lula y los sectores mayoritarios de izquierda que, lamentablemente, lo apoyan, sirven en última instancia para alimentar e impulsar el bolsonarismo. Esto se debe a que lo que mueve a este sector es precisamente la decepción y la desmoralización de lo que la población entiende como “izquierda”. Así fue con el gobierno de Dilma, pasó ahora en la Argentina con la debacle del peronismo, está pasando en Chile y, principalmente, en Estados Unidos con el inminente regreso de Trump.

El gobierno de Lula, al gobernar el capitalismo/neoliberalismo brasileño, crea las bases sociales del bolsonarismo, al mismo tiempo que no enfrenta de forma consecuente a los militares.

Al no resolver problemas estructurales más básicos, como saneamiento y, por el contrario, apostar a profundizar las privatizaciones vía las PPP [Asociaciones Público Privadas], la entrega del país o una política de subsidios multimillonarios a la industria, y sin rever ninguna contrarreforma como la laboral, que solo precariza el empleo, o la de la Seguridad Social, contribuye a esto. De hecho, el PT y el PSDB pasaron años llevando a cabo “reformas” en beneficio de los multimillonarios capitalistas. Hoy, el Marco Fiscal de Lula-Haddad, que sustituye el techo de gastos, mantiene al Brasil siguiendo la misma política de siempre, de austeridad radical para remunerar a los banqueros y fondos de inversión, manteniendo rebajados servicios públicos como la salud y la educación.

Ni siquiera los problemas vistos como prioritarios y vitrina para el cambio que representaría la derrota electoral de Bolsonaro, como el medio ambiente o la defensa del pueblo yanomami, el gobierno es capaz de resolver. Y es porque este gobierno no enfrenta a la burguesía, el agronegocio o a los banqueros, sino que gobierna con y para ellos.

Desde el punto de vista político, el acercamiento con sectores de la ultraderecha, con la inclusión de partidos que apoyaron a Bolsonaro en la base aliada, o el estrechamiento de relaciones con el gobernador Tarcísio, en lugar de dividir y debilitar a la ultraderecha, la fortalecen aún más. Tarcísio es un ejemplo flagrante: al mismo tiempo que Lula lo legitima, cambia la estructura de la Policía Militar para transformarla en una máquina más eficiente para matar negros y pobres.

Independencia de clase y oposición de izquierda y socialista para derrotar el bolsonarismo

La ultraderecha muestra que sigue organizada y movilizada, aunque haya sufrido una derrota electoral y ahora esté algo a la defensiva. Pero puede cobrar fuerza con el deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora y del pueblo pobre, lo que puede ocurrir tanto por la desmoralización de la clase con esa política neoliberal llevada a cabo por el gobierno, como por la realidad internacional y los desplazamientos interburgueses.

El hecho de que el gobierno siga gobernando para la burguesía, no enfrente realmente a los golpistas y siga llevando a cabo una política neoliberal, además de profundizar la crisis y el retroceso del país, mantendrá al acecho la sombra del golpismo.

En este sentido, es un desastre la posición de sectores de izquierda que apoyan el gobierno de Frente Amplio, como la dirección del PSOL y Guilherme Boulos. El precandidato a la alcaldía de São Paulo también pronunció un discurso lamentable al ser consultado sobre el genocidio del pueblo palestino, afirmando que no era “candidato a alcalde de Tel Aviv”, para no perder el apoyo de la Faria Lima [avenida de San Pablo que concentra el poder financiero]. 

En lugar de llamar a la movilización del pueblo contra las políticas neoliberales del gobierno, como el Marco Fiscal, las privatizaciones, en defensa del empleo, los salarios y los ingresos, enfrentando al gobierno y sus políticas, continúan apoyando al gobierno, a lo sumo esbozando alguna crítica, muy “cuidadosa”, porque sino “la derecha vuelve”. La ultraderecha puede volver, y con fuerza, precisamente si esta política del gobierno Lula-Alckmin sigue prosperando.

De hecho, es necesario, más urgente que nunca, movilizarnos en defensa de los derechos y las condiciones de vida de la clase trabajadora, enfrentando el gobierno de Lula y, en el proceso, fortalecer una oposición de izquierda y socialista que pueda postularse como una alternativa realmente antisistema, contra la ultraderecha.

Es necesario fortalecer una alternativa revolucionaria y socialista que pueda proponer un cambio real en la vida de millones de trabajadores y revertir el proceso de entrega, retroceso y degradación del Brasil.

¡Ninguna amnistía a golpista!

Artículo publicado en www.opiniaosocialista.com.br, 26/2/2024.-

Traducción: Natalia Estrada.

Lista de la CSP-Conlutas es elegida para la junta directiva del Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos con 94% de los votos

El conteo se llevó a cabo este viernes (23 de febrero)

Por: Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos

La CSP-Conlutas fue reelegida por los metalúrgicos para presidir el Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos y Región por los próximos tres años. La lista 1 obtuvo 94% de los votos válidos, lo que confirma la aprobación de los integrantes al perfil combativo de la entidad.

La elección tuvo lugar este jueves y viernes (23), con una lista registrada. El presidente Weller Gonçalves, trabajador de la JC Hitachi, inicia su tercer mandato. El vicepresidente Valmir Mariano trabaja en la General Motors y fue elegido para un segundo mandato.

La lista electa está compuesta por 27 miembros de la actual directiva y 14 nuevos nombres, provenientes de 19 fábricas.

Como lo exigen los estatutos del sindicato, la elección superó el quórum de 50% de los afiliados más uno, alcanzando 66% de los afiliados del sindicato del gremio. Para la lista 1 se contabilizaron 4.362 votos, 184 (3,97%) blancos y 92 (1,98%) nulos.

Los metalúrgicos pudieron votar en las fábricas, sedes, subsedes y otros puntos puestos a disposición por el sindicato. Sólo los afiliados participan en la elección.

El recuento de voto comenzó a las 18 horas, en el espacio Arraiá do Frederico. La lista de la CSP-Conlutas fue declarada electa a las 20:20 horas. Todo el proceso fue supervisado por una comisión elegida por los trabajadores.

La toma de posesión tendrá lugar el 25 de mayo.

El Sindicato representa a los metalúrgicos de las ciudades de São José dos Campos, Caçapava, Jacareí, Santa Branca e Igaratá. Las fábricas del sector incluyen Embraer, General Motors, Gerdau, Avibras y Eaton.

CSP-Conlutas

Con las elecciones, el Sindicato mantiene su perfil combativo e independiente. La alta tasa de participación de los afiliados confirma el reconocimiento al trabajo en la organización del gremio para enfrentar a los patrones y luchar por derechos, dentro y fuera de las fábricas.

El sindicato está afiliado a CSP-Conlutas desde 2006. En estos 18 años se mantuvo la oposición a todos los gobiernos, incluidos los de Lula y Dilma, del PT, Michel Temer (MDB) y Jair Bolsonaro (PL).

En la actual administración de Lula, la entidad se mantiene contra la política económica que privilegia a las empresas. Entre las medidas que exige el Sindicato está la revocación de las reformas laboral y previsional.

“ La elección reafirma el carácter democrático de este Sindicato y la aprobación del camino que hemos trazado para fortalecer el gemio. Ahora tenemos por delante un nuevo período, con una directiva comprometida con la clase trabajadora, tal como lo fue en la actual administración. Agradecemos a todos los afiliados por su confianza y por el reconocimiento a la actuación de nuestro sindicato ”, dice el presidente Weller Gonçalves.

Artículo publicado en www.opiniaosocialista.com.br, 27/2/2024.-

Traducción: Natalia Estrada.

Joven soldado estadounidense se prende fuego en protesta contra el genocidio en Gaza

Por: PSTU Brasil

El miembro de la Fuerza Aérea estadounidense Aaron Bushnel, de apenas 25 años, se prendió fuego frente a la embajada de Israel en Washington. El acto de protesta se produjo contra el genocidio que promueve el Estado nazi-fascista de Israel en Gaza.

Aaron transmitió en vivo su acto de desesperación e indignación a través de una plataforma de streaming. “No seré cómplice de este genocidio”, explicó momentos antes del acto. «Estoy a punto de realizar un acto de protesta extremo, pero en comparación con lo que la gente está pasando a manos de sus colonizadores en Palestina, no es tan extremo», dijo mientras caminaba frente a la embajada. “Esto es lo que nuestra clase dominante ha decidido que será normal”, concluyó.

Las imágenes muestran al militar empapándose con algún producto inflamable antes de encender el fuego que lo consumió a los pocos instantes. Mientras se quemaba, Aaron gritaba “¡Palestina libre!”

Aarón falleció este lunes 26 a causa de sus heridas.

El número de palestinos asesinados por el Estado de Israel ha llegado a 30.000, la mayoría de ellos mujeres y niños.

Nota de www.opiniaosocialista.com.br, 26/2/2024.-

Traducción: Natalia Estrada.

¡Rogerinho presente! ¡Hasta el socialismo, hoy y siempre!

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Por: PSTU – ABC, Brasil

Este 28 de febrero perdimos a Rogério de Cerqueira Romancini, Rogerinho, militante del PSTU por más de tres décadas.

La salud de Rogerinho había empeorado desde finales de noviembre, tras salir de un largo tratamiento. Desde entonces, se sometió a otra cirugía intestinal (ya había tenido una en el estómago, en noviembre). Esta vez, la biopsia indicó un carcinoma intestinal. El diagnóstico de generalización de la enfermedad en el aparato digestivo indicó tratamiento paliativo, ya que su estado de salud no permitía ninguna intervención quirúrgica ni quimioterapia. Y, durante todo este período, Rogerinho se mostró plenamente lúcido y convencido de las batallas por su vida.

Rogerinho, abnegado en la militancia y en la vida por el socialismo

Rogerinho fue un militante en la escuela secundaria y en la escuela técnica. Un feroz líder de la juventud revolucionaria y dirigente metalúrgico en el ABC Paulista.

A finales de los años ’80, se convirtió en metalúrgico, fue exponente y dirigente de las luchas y huelgas en São José dos Campos (SP), donde ocupó una fábrica y hizo avanzar la lucha de la clase obrera. Trabajó brevemente en la industria ferroviaria, donde adquirió el cariñoso apodo de “Maquinista”. Muy popular y colectivamente organizado por donde pasó.

A finales de los años ’90 llegó al ABC Paulista y enfrentó grandes batallas y desafíos. Trabajó en la Volkswagen y, una vez más, organizó a los trabajadores en oposición a la dirección del sindicato, donde lideró varias iniciativas y luchas en el gremio.

Construyó el grupo opositor “Ferramenta de Luta” [Herramienta de Lucha], donde reunió a diversos dirigentes y generaciones. Encabezó una candidatura sindical de oposición en la Volks, donde obtuvo más de 38% de los votos y se convirtió en director del Sindicato de los Metalúrgicos del ABC. En las elecciones municipales de 2008 fue candidato a vicealcalde por el PSTU, en coalición con el PSOL.

Debido a su fuerte e irreductible militancia, fue despedido poco después de una fuerte huelga de 15 días en defensa de los derechos y conquistas de los trabajadores de la Volkswagen. No satisfecho con el despido, acampó en la puerta de la fábrica e incluso fue a la matriz en Alemania para denunciar y protestar contra ese ataque a la clase trabajadora y a las prácticas antisindicales, junto con el sindicato y la central sindical local.

Al no poder regresar a la fábrica, se mudó a Curitiba, donde trabajó y permaneció por un corto tiempo. Partió a reconstruir su vida y su militancia en el Nordeste, donde trabajó en varias empresas metalúrgicas y continuó organizando a la clase trabajadora. Y fue donde conoció a su actual compañera, Milena, con quien formó una familia y tuvo dos hijas, Alice y Flora, de las que estaba completamente enamorado y orgulloso. Y con quienes nos solidarizamos eternamente.

Recientemente, volvió a vivir en São José dos Campos, trabajando como soldador, y desarrolló una técnica que siempre tuvo a lo largo de su vida: la producción artística de artesanías con materiales reciclables y reutilizados.

Rogerinho siempre fue centrado, intempestivo y un militante revolucionario del tipo bolchevique de primera línea. Nunca cedió fácilmente a las polémicas, pero sabía manejar las diferencias con la dureza necesaria, y siempre a la luz de la lucha de clases. La mayor parte de las veces tuvo razón y reunió a su alrededor diferentes opiniones, posiciones y personajes, tanto del partido, como de la fábrica, o incluso de adversarios y oponentes ideológicos.

Su convivencia entre nosotros aportó mucho a la formación ideológica, en el trabajo de base, en la disputa política y a todos los aspectos de la vida militante. Por eso, su legado no se puede negar ni olvidar.

Las lecciones, ejemplos y conclusiones tomadas en su breve pasaje constituyen una verdadera patrimonio, en el que cada militante revolucionario socialista puede reflexionar para superar la lucha diaria contra el capitalismo y su barbarie. Rogerinho fue uno de esos ejemplos. Rogerinho fue grande.
Rogerinho presente, hoy y siempre, ¡hasta el Socialismo!

Artículo publicado en www.opiniaosocialista.com.br, 28/2/2024.-

Traducción: Natalia Estrada.

Lenin, los burgueses cobardes y las valientes mujeres revolucionarias de Rusia

Por Nazareno Godeiro

El quinto volumen de las Obras Completas de Lenin contiene textos escritos entre mayo y diciembre de 1901, cuando Lenin se encontraba en su primera emigración al extranjero.

Este año, la principal lucha de Lenin fue por la publicación de Iskra (La Chispa, periódico) y Zariá (Aurora, revista teórica), organismos oficiales dirigidos directamente por él, cuyo objetivo era unificar política y teóricamente a los cientos de círculos marxistas dispersos en Rusia. Lenin, además de escribir numerosos artículos, se hizo cargo de las finanzas tanto de las publicaciones como de los envíos clandestinos a Rusia. Desde Munich, Alemania, se comunicó con varios dirigentes que permanecían clandestinamente en Rusia para organizar la distribución de publicaciones, recaudar dinero para Iskra y organizar el partido. También distribuyó artículos para que los escribieran los miembros del equipo editorial y colaboradores de las publicaciones.

Desde el extranjero envió una carta a su hermana (Maria) y a su cuñado (Elizárov) que habían sido presos, indicando las formas de aprovechar bien el tempo en la cárcel: la realización de traducciones para aprender lenguas extranjeras (indicando el método de traducir un libro del idioma original al ruso y después del ruso al original), lecturas de estudios económicos y políticos, alternando con lecturas más leves (novelas, bellas artes, etc.), además de ejercicios físicos diarios mientras durara el encarcelamiento.

En mayo de 1901 escribió el artículo “¿Por dónde empezar?”, publicado en la portada de Iskra:

Este artículo fue la base del libro ¿Qué hacer?, que define lo que es un “partido de acción”, “combativo”, frente a un grupo fundacional (carácter de organizaciones anteriores, incluida la organización “Emancipación del Trabajo”, dirigida por Plejánov). Lenin construyó, a lo largo de 3 o 4 años, una propuesta para la transición del grupo fundador a un partido de propaganda con implantación en el movimiento obrero, es decir, la propuesta práctica para cambiar de fase en la organización rusa. Por eso, en este artículo, Lenin comenzó discutiendo que no se trataba de principios, sino de “un sistema y un plan de actividad práctica”. Se trata de discutir el carácter de la lucha y sus métodos. Y aquí es donde surgieron diferencias importantes con los “economistas” y con su sucesor, el “eclecticismo”. Lenin dijo que “trabajar para crear una organización combativa y llevar a cabo la agitación política es obligatorio en todas las circunstancias”. Lenin criticó a los economistas que pasaron de las luchas económicas a defender el terrorismo como táctica principal. Opinó que la situación política no era de ofensiva general, a pesar de que en el país había importantes luchas entre campesinos, estudiantes y trabajadores.

En principio, jamás hemos renunciado ni podemos renunciar al terror. El terror es una acción militar que puede ser utilísima y hasta indispensable en cierto momento de la batalla, con cierto estado de las fuerzas y en ciertas condiciones. Pero el quid de la cuestión está precisamente en que el terror se propugna ahora no como una operación de un ejército en campaña, como una operación ligada de manera estrecha a todo el sistema de lucha y coordinada con él, sino como un medio de agresión individual, independiente y aislado de todo ejército. Y el terror no puede ser otra cosa cuando falta una organización revolucionaria central y son débiles las locales.

Por eso declaramos categóricamente que tal medio de lucha en las circunstancias actuales no es oportuno ni adecuado; que aparta a los militantes más activos de su verdadero cometido, más importante desde el punto de vista de los intereses de todo el movimiento; que no desorganiza las fuerzas gubernamentales, sino las revolucionarias”.

El surgimiento de un nuevo momento para el partido lo obligó a decidir qué métodos utilizar para ingresar al movimiento obrero (participación combativa del partido en luchas para elevar el nivel de conciencia de las masas a través de la agitación y la propaganda amplia) o el terrorismo individual. La propuesta de los economistas significó un enorme cambio: de las luchas económicas como táctica central al terrorismo como táctica central. Ambos sitúan el movimiento obrero a cargo de las luchas económicas, mientras que la política, la lucha por la liberación y el derrocamiento de la autocracia, era responsabilidad de la intelectualidad burguesa.

Lenin no negó el terror individual como táctica (“actos heroicos aislados”), pero dijo que sólo era correcto en ciertas circunstancias de la guerra revolucionaria y que en ese momento en Rusia desorganizaba a las fuerzas revolucionarias, principalmente como pretendían los economistas, que defendían el terror como medio principal y fundamental de lucha.

A partir de entonces, Lenin presentó un plan práctico para desarrollar el partido, que consistía principalmente en fundar un periódico regular (periódico y sistemático) para toda Rusia. Esta era la única manera, según Lenin, de llevar a cabo una agitación y propaganda sistemáticas en el movimiento, que estuvieran de acuerdo con los principios marxistas y que abordaran todos los aspectos (económico, político y teórico). La propuesta fue esta porque el diagnóstico de Lenin durante este período fue que el principal problema del partido era la dispersión local. Y precisamente esta dispersión local era la causa de las continuas vacilaciones y revisiones del marxismo. Ya se había dado un paso importante que fue el despertar a la clase obrera con denuncias económicas, a través de volantes en las fábricas. Había llegado el momento de saltar a las denuncias políticas y esto sólo se podía lograr con un periódico político regular, pues ya había una clase ansiosa por escuchar estas denuncias: el proletariado, que había alcanzado un alto grado de concentración y ya estaba formando dirigentes revolucionarios vinculados a esta masa. Desde ese proletariado, este periódico penetraría en el campesinado y en la intelectualidad.

La misión del periódico no era sólo difundir ideas, educar políticamente y ganar nuevos seguidores: «El periódico no es sólo un agitador y propagandista colectivo, sino también un organizador colectivo«.

Así, Lenin esbozó los principales instrumentos para conectarse con el movimiento obrero y de masas y pasar a la segunda fase del partido, la fase de “infancia y adolescencia”: un periódico central, que organizaría a los militantes, les daría la base para la agitación y la propaganda, además de folletos, panfletos y otros materiales más populares para la agitación masiva, incluso para la lucha económica.

Aquí, Lenin esbozó la idea de un militante activo, vinculado a una organización y que participa activamente en el movimiento, realizando agitación, propaganda, u organizando el partido y el movimiento obrero:

Semejante grado de disposición combativa sólo puede lograrse con la actividad constante a que se dedica un ejército regular. Y si unimos nuestras fuerzas para asegurar la publicación de un periódico común, esa labor preparará y destacará no sólo a los propagandistas más hábiles, sino también a los organizadores más diestros, a los dirigentes políticos del Partido más capaces, que puedan, en el momento necesario, lanzar la consigna del combate decisivo y dirigirlo”.

El 12 de junio, la redacción de Iskra recibió una carta entusiasta de un trabajador comentando este artículo.

Ese mismo mes escribió el artículo “Los perseguidores de los zemstvos y los Aníbales del liberalismo” para la revista teórica Zariá:

En este artículo, Lenin analiza la orientación de la autocracia hacia la realización de pequeñas reformas para dividir el movimiento: presionada por la lucha campesina y la convulsa situación internacional, la autocracia se vio obligada a decretar el fin de la servidumbre, pero en 1861 entregó un tercio de la tierra a los campesinos a cambio de un rescate pagado al gobierno y a los nobles, quienes encerraron al campesinado ruso y lo llevaron a la bancarrota. Estas reformas fueron un subproducto de una situación revolucionaria en Rusia, que amenazaba con estallar en una insurrección campesina. La nobleza y la burguesía liberal exigieron la convocatoria de una constitución general para el país, intentando limitar el poder del zar. Sin embargo, la autocracia exigía la formación de zemstvos, órganos de administración local, dirigidos por la nobleza, consultivos, con autonomía limitada a las cuestiones económicas locales y sin poder de decisión. Tanto el gobernador como el ministro del Interior podrían revocar cualquier decisión de estos órganos. Se inició, por tanto, una transición muy controlada.

La autocracia intentó introducir gradualmente el capitalismo en Rusia, manteniendo bajo su control las instituciones feudales, combinando pequeñas concesiones a las masas con represión violenta contra los movimientos revolucionarios, especialmente la organización populista “Voluntad del Pueblo”, que utilizaba el terror individual como método de lucha.

Aquí ya podemos apropiarnos de una idea que fue herencia del marxismo a principios del siglo XX: es la idea de que todas las concesiones (reformas parciales) que las clases dominantes hacen a la clase trabajadora y a los pobres en general, resultan de la lucha del pueblo trabajador y tienen una doble “personalidad”: es el logro de la lucha, pero puede convertirse en su opuesto, desviar la revolución para adaptarse al statu quo, con modificaciones que no afecten los privilegios de las clases dominantes.

Los liberales burgueses rusos no entendieron que las reformas, las concesiones y las conquistas parciales eran resultado de la lucha general, por lo que se negaron a apoyar los movimientos revolucionarios de la intelectualidad y trataron de «negociar» su programa con la autocracia: libertad de expresión y prensa, Inviolabilidad personal y asamblea constituyente.

Otra idea, que también fue herencia del marxismo en ese momento, es que sin una fuerza social seria y organizada, algo que la burguesía liberal no estaba dispuesta a fundar, el régimen autocrático no avanzaría hasta la implementación de una constitución en Rusia. Sin una fuerza revolucionaria de la clase proletaria (aún en su infancia) y un partido revolucionario firme y disciplinado (aún en formación), toda lucha por la constitución retrocedería, como de hecho ocurrió entre 1905 y 1907.

La inconsistencia de la oposición liberal burguesa dio tiempo suficiente para que la autocracia se ubicara frente a la ola revolucionaria, se mantuviera en el poder e incluso, en el momento apropiado, dejara de lado a la burguesía liberal.

La segunda parte del artículo debate con Struve, el marxista “legal” que instó al zar a “dotar a los zemstvos de poder”, porque de lo contrario la revolución violenta lo derrocaría. Representaba la posición de la burguesía liberal, que no estaba dispuesta a enfrentarse a la autocracia y derrocarla mediante la movilización revolucionaria, sino mediante reformas pacíficas y constitucionales, convocadas por la autocracia.

Al discutir este artículo en la redacción del periódico, se revelaron las diferencias de Lenin con Plejánov y Axelrod (ambos también miembros de la redacción de Iskra y Zariá) sobre las relaciones entre el proletariado y la burguesía liberal rusa. Ambos sugirieron a Lenin cambiar la orientación y el tono del artículo, para permitir relaciones amistosas con la burguesía liberal. Lenin hizo todos los cambios sugeridos al “tono” del artículo, pero se negó a modificar el contenido del mismo. Como puede verse, las diferencias de Plejánov se intensificaron en puntos centrales del programa, la estrategia y la táctica (sobre el materialismo, sobre las relaciones con la burguesía, sobre los métodos de conducta en la dirección, entre otros).

El periódico Iskra publicaba artículos que actualizaban a los trabajadores sobre la política gubernamental y las crisis económicas. Por ejemplo, en el artículo “Una valiosa confesión”, Lenin describe todos los puntos culminantes de las huelgas y cómo el gobierno hizo pequeñas concesiones para derrotar al movimiento. En pocas palabras, mostró la fuerza del proletariado y cómo el enemigo trabajó para derrotar las huelgas. En otro artículo, “Las lecciones de las crisis”, Lenin discutió las causas de las crisis económicas en el capitalismo y dio ejemplos concretos, como las ganancias y la producción del gran cártel petrolero de los hermanos Nobel. Nombró a todos los grandes millonarios de Rusia. En otro artículo, “Los señores feudales en acción”, mostró que el gobierno entregó tierras en Siberia a nobles con tres mil hectáreas o más, para pagar en 37 años y, si alquilaban la tierra, no pagarían por los primeros cinco años. En la región de Ufá, estos nobles terratenientes compraron tierras por valor de 60.000 rublos y en dos años vendieron estas mismas tierras por 580.000 rublos. A los campesinos se les entregaron quince hectáreas por familia, sin facilidades de pago.

Así fue como, a través de las páginas de Iskra o Zariá, la revista teórica, se educó a la vanguardia obrera del país, al mismo tiempo que se formaba en el marxismo a una columna de cuadros.

En setiembre, Lenin escribió el artículo «El problema agrario y los ‘críticos de Marx'», justificando el programa agrario del POSDR:

En este folleto, Lenin critica la visión de Bulgákov, un economista de la corriente marxista “legal”, cercana a la corriente de Bernstein, que intentó refutar la visión de Marx sobre la “renta de la tierra”, es decir, una renta que el propietario o arrendatario recibe por poseer o arrendar tierras. Según Bulgákov, existiría una ley universal, absoluta, que se cumple sí o sí, de la “decreciente fertilidad del suelo”. Marx dijo que esto era relativo, ya que dependía del desarrollo técnico, del nivel de las fuerzas productivas. Toda la producción agrícola e industrial mundial refutó la visión de Bulgákov: la población rural disminuyó drásticamente mientras la producción agrícola aumentó dramáticamente. Bulgákov también pretendía demostrar que Marx estaba equivocado cuando dijo que el capital constante (máquinas y equipos) crece más rápidamente que el capital variable (mano de obra). Todo el desarrollo de la agricultura durante los últimos 200 años ha demostrado que la productividad de la agricultura ha ido necesariamente acompañada de un crecimiento más rápido del capital constante en relación con el capital variable. Sería un error utilizar el argumento de que la producción capitalista en gran escala es destructiva de la naturaleza para negar esta ley general de la producción capitalista. Es destructivo porque se utiliza para enriquecer a un puñado de capitalistas que controlan la producción mundial de alimentos en el siglo XXI. Esto no niega el aumento de la productividad de los trabajadores por hectárea utilizando máquinas modernas. Otro debate importante en este artículo se refiere a la comparación de productividad entre propiedades rurales grandes y pequeñas. Bulgákov (y los bernsteinianos en general, incluidos los populistas rusos) intentan demostrar que la pequeña propiedad es más rentable que la gran propiedad. Para ello, modifican todos los datos estadísticos para comprobar algo que no ocurre en la realidad: la única “ventaja” de las pequeñas propiedades es que pasan hambre por poder colocar su producto en el mercado, además de alargar la jornada hasta límites casi insoportables. Todas las estadísticas analizadas por Lenin (de Rusia, Alemania, Inglaterra, etc.) dan una superioridad muy grande a la gran propiedad, ya sea mediante el uso de máquinas, fertilizantes y trabajo asalariado en gran escala. Sin embargo, esto importa poco a quienes quieren demostrar la excelencia de la pequeña propiedad, idealizando prejuicios “naturales” o “morales”. Cuando los marxistas analizaron que las grandes propiedades eran más productivas que las pequeñas propiedades rurales, los ideólogos de las pequeñas propiedades criticaron a los marxistas porque decían que esto ocurre porque había una sobreexplotación de los trabajadores rurales por parte de los grandes terratenientes. Sin embargo, cuando los marxistas decían que las grandes propiedades eran técnicamente más productivas, no significaba que las condiciones de vida de los trabajadores rurales en las grandes propiedades estuvieran mejorando continuamente. Sólo que los marxistas notaron que los ideólogos de la pequeña burguesía embellecían e idealizaban las condiciones de vida y de trabajo de la pequeña propiedad bajo el sistema capitalista. Para los marxistas, es necesario denunciar la mentira de la burguesía sobre que los pequeños productores mejorarán gradualmente sus vidas y llamar a estos a luchar junto al movimiento revolucionario del proletariado como único camino de salvación.

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Lenin recibió “La mujer trabajadora”, el primer folleto de Nadejda Krúpskaia, escrito en el exilio en Siberia, sobre la cuestión de la opresión de las mujeres trabajadoras. Además de elaborar sobre la cuestión de las mujeres, Krúpskaia sería “la” organizadora del periódico Iskra y de la revista Zariá, a partir de 1901, cuando termina su destierro en Siberia y va a encontrarse con Lenin en el extranjero. Ella se convertirá en la secretaria organizativa del partido, papel fundamental en la organización de los militantes profesionales que se encontraban en Rusia. Ella era quien mantenía todos los contactos con el personal en Rusia desde el periódico, que se publicaba quincenalmente a principios del siglo XX. Krúpskaia también creó muchos materiales sobre educación y pedagogía (escribió artículos para periódicos). Incluso después de asumir el poder ayudó a organizar la nueva escuela, ocupando un alto cargo en el Ministerio de Educación soviético. Este importante papel de Krúpskaia en el partido siguió una tradición revolucionaria de las mujeres en Rusia. Estamos hablando de un país que en el inicio del siglo XIX vendía mujeres jóvenes en el mercado, junto con otras “propiedades”. El código civil de la Rusia zarista exigía que una mujer tuviera el permiso de su marido para tener un pasaporte o conseguir un trabajo. Divorciarse era prácticamente imposible. La agresión a su esposa por parte de su marido no era aceptada como motivo de separación. A partir de 1861, con el inicio de las grandes transformaciones en Rusia, las mujeres entraron en la lucha revolucionaria con todo lo que pudieron. La dirección de la organización populista contó con varias mujeres como Vera Figner, Anna Korba, Olga Liubatovich, Sophia Perovskaya, Gesia Gelfman, Anna Yakimova, Tatiana Lebedeva, entre otras. Sofía Perovskaya, descendiente de la alta nobleza, fue responsable del asesinato del zar Alejandro II, en 1881. Fue ahorcada, junto con sus compañeros, en la plaza pública, rodeada por 12.000 soldados. En la primera organización marxista, la Emancipación del Trabajo, Vera Zasúlich, que había atacado al jefe de policía de San Petersburgo, disparó un tiro que no resultó mortal. Posteriormente, ella fundó, junto con Plejánov, la organización marxista. Lenin trabajó con ella en la redacción de Iskra durante dos años. Krúpskaia seguía esta tradición y el POSDR tendría toda una columna de dirigentes revolucionarias profesionales dedicadas toda su vida al partido y la revolución, como Inessa Armand, Alexandra Kollontái, Larissa Reissner, Vera Slutskaya, Eugenia Bosch, Ludmila Stal, Koncordiya Samoilova, entre muchas otras. Eran dirigentes del Partido Bolchevique, pero fueron las trabajadoras bolcheviques las que lideraron la revolución de febrero y desempeñaron un papel importante en la revolución de octubre: Anastasia Devyatkina, trabajadora industrial, que organizó un sindicato de esposas de soldados, Nina Aghadzanova, representante del distrito de Vyborg en el Soviet de Petrogrado, y Zenia Ezeghorova, secretaria del Partido en Vyborg, una de las organizadoras de las acciones de los soldados en las barricadas, entre muchas otras. Esto ya era una expresión del gran aumento de mujeres en las fábricas. Como vimos en el episodio anterior, en 1897 ya había 2,5 millones de trabajadoras industriales en Rusia (25% de la mano de obra fabril). En poco más de 50 años, con la revolución socialista de 1917, como producto de esta lucha de las mujeres se lograrán mayores derechos sociales y una legislación más avanzada que en cualquier país capitalista del mundo, logros que veremos en el episodio correspondiente.

El Gobierno Provisional no puso fin a la guerra, ignorando las necesidades de los trabajadores. Esto dio lugar a nuevas protestas, muchas de ellas encabezadas por mujeres. Un ejemplo fueron las 40.000 lavanderas organizadas en un sindicato dirigido por la bolchevique Sonia Gonschárkaia.

En setiembre de 1901, Lenin fue delegado de las organizaciones Iskra y Zariá en un congreso que intentaba lograr la unificación de cuatro grupos socialdemócratas en el extranjero. El congreso fracasó, pero Lenin, que ya era el representante de la corriente socialdemócrata más fuerte de Rusia, pronunció el discurso central sobre la imposibilidad de la unificación, ya que algunas de estas organizaciones simpatizaban con Bernstein, el terrorismo y el economicismo:

“Hay que poner en claro las divergencias que ellas implican, para saber en qué terreno se ubica la Unión y si es posible la unificación ideológica, sin la cual carece de sentido la unificación orgánica: no hemos buscado ni podíamos buscar una unificación de ese género” (…) No debemos olvidar que, sin una base ideológica común, no se puede ni siquiera hablar de unificación”. 

Lenin, dirigente del Partido

Por Nazareno Godeiro

INTRODUCCIÓN: Donde se casa con Krúpskaia, termina su destierro en Siberia, se convierte en el editor principal de «Iskra», comienza la lucha contra Bernstein y los economicistas rusos y choca con Plejánov.

El cuarto volumen de las Obras Completas de Lenin reúne textos escritos entre 1898 y 1901. Se trata de su período de reclusión en Siberia, que fue de 1898 a 1900, cuando terminó su exilio, hasta abril de 1901 (parte de este tiempo viviendo cerca de Petrogrado y luego en el extranjero, durante el período de organización del periódico Iskra).

En el breve lapso de 1901, Lenin escribió, ya en el extranjero, los textos preparatorios del periódico Iskra (La Chispa) y de la revista teórica, literaria y científica Zariá (La Aurora).

Fue un período de dispersión, debido a la violenta represión que sufrió el grupo, que incluso llevó al arresto de toda la dirección elegida en el primer congreso del POSDR, celebrado en marzo de 1898, que incluía sólo a nueve socialdemócratas. El congreso creó el partido, pero no le proporcionó un programa y un estatuto, tareas que serían cumplidas por el II Congreso del partido, en 1903.

Durante este período también se presentaron nuevas corrientes de opinión que revisaron el marxismo, encabezadas por líderes jóvenes influenciados por la fuerza del movimiento obrero espontáneo, con sus huelgas masivas. La corriente pasó a ser conocida como “economista”.

En esos tres años, Lenin concluyó El desarrollo del capitalismo en Rusia (ver resumen en el volumen anterior) y se consolidó como el principal dirigente de la organización en Rusia, junto a Martov[1] y Potrésov (la nueva generación dirigente, surgida dentro de Rusia), ya que los principales líderes fundadores (Plejánov, Vera Zasúlich y Axelrod), que pertenecían a generaciones revolucionarias anteriores, se encontraban exiliados en el extranjero. Esta condición de liderazgo apareció en una carta a A. N. Potrésov, fechada el 27 de junio de 1899, cuando discutía:

“Lo que me dice sobre la reacción contra el marxismo que se ha iniciado en Petersburgo es para mí una novedad. Estoy perplejo. “Reacción”: ¿quiere decir que entre los marxistas? ¿Y cuáles? ¿Otra vez P. B.[Struve] ¿Es él y Cía. quienes fomentan la tendencia a unirse con los liberales? Espero sus aclaraciones con gran impaciencia. Coincido plenamente en que los “críticos” no hacen más que confundir a la gente, y no ofrecen absolutamente nada, y que será necesario librar una seria lucha contra ellos (sobre todo a propósito de Bernstein, sólo que, ¿habrá dónde luchar…?). Si P. B. “deja absolutamente de ser un camarada, tanto peor para él. Será una gran pérdida, por supuesto, para todos los camaradas, pues tiene mucho talento y grandes conocimientos, pero, por supuesto, “la amistad es la amistad y el deber es el deber”, y ello no elimina la necesidad de luchar. Comprendo perfectamente y comparto su “furia” (provocada por el epíteto “abominable” (sic!!!) respecto a Plejánov. ¿A qué se debe?, ¿al artículo en Neue Zeit?, ¿a la carta abierta a Kautsky sobre quién va a enterrar a quién?) y estoy deseando conocer su respuesta a la carta en que usted da rienda suelta a su furia (todavía no he visto el libro de Bernstein). La delimitación radical es necesaria, desde luego, pero no aparecerá ni puede aparecer en Náchalo o en Zhizn: allí sólo se publicarán artículos específicos contra los “críticos” del marxismo. Para ello se requiere una publicación marxista clandestina y una Plataforma (si le entendí bien a usted). Sólo entonces se separarán por fin los camaradas de los “jinetes” “ajenos” y sólo entonces ningún tipo de extravagancias personales o “sensacionales descubrimientos” teóricos podrán crear confusión y anarquía. ¡La culpa de todo la tiene la maldita desorganización de Rusia!”

En mayo de 1898, Nadejda Krúpskaia llegó, con su madre, al pueblo donde estaba exiliado Lenin. Tuvo que cumplir tres años de exilio y, al convertirse en la prometida de Lenin, se les permitió estar juntos en el exilio siberiano, siempre y cuando se casaran nada más llegar Krúpskaia a la región. La boda tuvo lugar en julio de 1898, ella tenía 29 años y él 28.

Fueron tres años muy importantes en la formación de Lenin como líder, ya que elaboró ​​las bases del programa del partido, discutió las tácticas y formas de organización del partido, especialmente la unificación del trabajo de construcción, agitación y propaganda, a partir de un periódico difundido por toda Rusia, e inició la lucha contra las tendencias internas que intentaban desviar el marxismo del camino revolucionario y socialista. Al mismo tiempo, se conectó con los dirigentes de la Internacional Socialista, especialmente con Kautsky, que luchaban contra la tendencia oportunista, encabezada por Bernstein, en el Partido Socialdemócrata Alemán (PSD).

En una carta a su hermano Dimitri, fechada el 20 de junio de 1899, Lenin escribió:

“En general, soy adversario cada vez más decidido de la nueva ‘orientación crítica’ en el marxismo, así como del neokantismo (que ha engendrado, dicho sea de paso, la idea de que las leyes sociológicas están separadas de las económicas). Tiene mucha razón el autor de los Ensayos sobre la historia del materialismo [Plejánov] cuando declara que el neokantismo es una teoría reaccionaria de la burguesía reaccionaria, y cuando se rebela contra Bernstein”.

Estábamos en un período de turbulencias para el marxismo que, al mismo tiempo que se afirmaba como la principal tendencia del movimiento obrero internacional, recibía presiones e influencias de todas las corrientes del socialismo internacional y presiones de la burguesía. Estábamos 15 años después de la muerte de Karl Marx, en 1883, y apenas tres años después de la muerte de Engels, en 1895.

En este tomo, Lenin continúa escribiendo materiales sobre la economía rusa y la controversia sobre el destino del capitalismo en el país. En esta condición escribió, en agosto de 1898, A propósito de nuestra estadística fabril:

El texto demostraba que la afirmación de Kárishev, un economista populista, de que había una disminución de fábricas y de trabajadores en Rusia era falsa, porque se basaba en datos completamente heterogéneos, de diferentes años y con diferentes metodologías. El autor mezcla datos de grandes fábricas con pequeños talleres, que en unos años se incluyen en otros, y en otros no. Por ello, Lenin afirmó que, a diferencia de Kárishev, hubo un aumento de fábricas (incluidas las grandes industrias mecanizadas) y de trabajadores.

También escribió, en mayo de 1899, “El capitalismo y la agricultura”, defendiendo el libro de Kautsky sobre la agricultura en el campo y polemizando con un intelectual vinculado a los marxistas legales que estaban “adaptando” el marxismo a los gustos de la burguesía liberal rusa.

El texto defendía las conclusiones fundamentales del libro de Kautsky , El problema agrario y desmantelaba las críticas hechas al texto por Bulgákov (un intelectual pequeño burgués “de izquierda”).

La primera controversia fue sobre la “ley” establecida por Marx según la cual el capital constante (es decir, las máquinas) crece a un ritmo mayor que el capital variable (los salarios) en la agricultura y la industria. Bulgákov dice que en el campo ocurre lo contrario: en la economía agrícola capitalista el uso de mano de obra está creciendo más que el de máquinas. Kautsky demostró con datos de Alemania, Inglaterra y Francia que era todo lo contrario. Lenin también confirma esto para Rusia, aunque dice que cuando Marx se refirió a la “ley general” no quiso decir que en todo momento y en todas partes prevalecería el aumento constante del capital en detrimento de los salarios. Sin embargo, hoy en pleno siglo XXI esto es incuestionable en todos los sectores, incluidas las pequeñas propiedades rurales, que también están utilizando en máquinas. Quienes impulsaron el progreso técnico (máquinas y técnicas agronómicas) fueron la burguesía rural y la agroindustria.

La segunda controversia versó sobre la separación del campesino de la tierra, donde Kautsky mostró el fenómeno de la separación del campesino de la tierra. Esto sucedió, en Europa, mediante la hipoteca de propiedades (deudas) o el arrendamiento.

Kautsky demostró la superioridad de la gran producción sobre la pequeña producción rural. La única ventaja de esto es que su dueño y su familia trabajan hasta 18 horas al día y consumen menos que un trabajador urbano o un jornalero. Sin embargo, estos dos hechos mostraron el atraso de las pequeñas propiedades, cuya ventaja no es la productividad por hectárea sino trabajar como burros de carga y comer como camellos. Kautsky también mostró que la asociación de los pequeños productores en asociaciones y cooperativas sólo demuestra la validez de la gran producción rural, hasta el punto de obligar a los pequeños productores a hacerse grandes (a través de una cooperativa). Sin embargo, estas cooperativas se convirtieron en grandes monopolios sectoriales y en la quiebra de la pequeña propiedad. Estas cooperativas llevaron al fortalecimiento del capitalismo en el campo, [pero] no del socialismo, de la gran producción comunal, colectivista (que es superior a la gran producción capitalista).

La superioridad de la gran producción capitalista sobre la pequeña producción individual se debió a que las primeras utilizaban la cooperación entre los trabajadores agrícolas y la división del trabajo entre ellos, además del uso de máquinas y técnicas agrícolas superiores.

“Ello sólo significa que si la producción campesina se mantiene al lado de la gran producción, no es por su mayor productividad, sino por sus menores demandas” (…) [y porque ejerce] ”… el trabajo excesivo y el consumo insuficiente en la pequeña producción«, dice Kautsky.

Kautsky desarrolla una de las ideas fundamentales de Marx, quien recalcaba de manera categórica el papel histórico progresivo del capitalismo agrario (la racionalización de la agricultura, la separación de la tierra del agricultor que la posee, la liberación de la población rural de las relaciones de dominación y esclavitud, etc.), y señalaba al propio tiempo, con no menos energía, el empobrecimiento y la opresión de los productores directos, la incompatibilidad del capitalismo con las necesidades de una agricultura racional”.

Esta última afirmación fue una idea central de Marx sobre el tema del campo que ahora, en pleno siglo XXI, está muy de actualidad, con la destrucción ambiental provocada por las multinacionales del agronegocio.

Lo que es importante señalar es la coincidencia de Lenin con todo el contenido del libro de Kautsky. Él mismo desarrolló todos estos análisis específicamente para el ámbito ruso. Ambos libros fueron escritos en paralelo, hacia 1900. La coincidencia es normal ya que ambos elaboraron la cuestión agraria a partir de la elaboración de Marx y Engels, aún que Lenin tenía algunas diferencias; por ejemplo, defendía la nacionalización de la tierra mientras Kautsky defendía que el sector privado en el campo era más progresista que el Estado.

Sin embargo, de manera concomitante con esta controversia teórico-programática, se comenzó a trabajar para reunir a grupos y dirigentes confinados en Siberia para crear un periódico que unificara a todos los grupos marxistas (que se autodenominaban “socialdemócratas” en ese momento).

Como dirigente de la organización dentro de Rusia, inició un enfrentamiento con una corriente de “jóvenes” revolucionarios socialdemócratas que abogaban por cambiar el centro de acción del Partido hacia las luchas económicas, dejando la lucha por las libertades políticas y el derrocamiento de la autocracia a la burguesía liberal. Esta corriente, conocida como “economista” (traducido al castellano sería “economicista”). Lenin se quejó de que el combate teórico contra esta corriente se retrasara:

Considero que es extremadamente perjudicial que esta polémica con los ultraeconomistas no se haya ventilado en forma total y completa en la prensa: habría sido el único medio serio de aclarar las cosas y establecer algunas tesis teóricas exactas de principio. ¡En cambio, ahora reina un caos completo![2]

En esta misma carta, Lenin continúa discutiendo el asunto con su compañero de dirección:

El artículo sobre él en Frankfurter Zeitung y en Zhizn… me convenció por completo de que no había comprendido bien los artículos sueltos de Bernstein y que es tanto lo que se ha enredado en mentiras que realmente merece ser enterrado, como lo manifestó Plejánov ([en]Ensayos sobre la historia del materialismo) en carta abierta a Kautsky. Los argumentos de Bernstein, que para mí son nuevos, contra la interpretación materialista de la historia, etc., son (según Zhizn) asombrosamente débiles. A propósito, ¿recuerda usted cómo Plejánov se burló de mí con maldad y me increpó duramente por haber calificado de “método” la concepción materialista de la historia? Y he aquí que también Kautsky, al emplear la misma palabra: “método”, incurre en el mismo grave pecado (Zhizn, enero, II, pág. 53..”

En septiembre de 1898, Lenin pidió a Plejánov que hablara en los periódicos rusos de izquierda.

¿Se fijó Usted en los artículos de N. G. en Rússkoe Bogatstvo (en los dos últimos números) contra “el materialismo y la lógica dialéctica”? Son interesantísimos desde un punto de vista negativo. Debo confesar que no soy competente para tratar los problemas que plantea el autor y me extraña sobremanera que Plejánov no haya dado su opinión en las publicaciones rusas, ni se manifieste resueltamente contra el neokantismo, permitiendo a Struve y Bulgákov polemizar sobre algunos aspectos de esta filosofía como si ya formara parte de los conceptos de los discípulos rusos”.[3]

En esta discusión, Lenin tuvo que estudiar filosofía para tomar posición tanto sobre la corriente populista como sobre los “marxistas legales”, que seguían las posiciones de Bernstein. En una carta a A. N. Potrésov, del 27 de junio de 1899 decía:

“Estoy cada vez más indignado con los “sensacionales descubrimientos” de los discípulos rusos y su neokantismo. Leí el artículo de Tugán-Baranovski en el núm. 5 de Naúchnoe Obozrenie… ¡Qué estupidez tan grande y qué pretenciosa absurdidad! Sin ningún estudio histórico de la doctrina de Marx, sin una nueva investigación, sobre la base de errores en los esquemas (modificación arbitraria de la norma de plusvalía), sobre la base de tomar como regla general un caso excepcional (aumento de la productividad del trabajo sin disminución del valor del producto: un absurdo si se lo toma por un fenómeno general), sobre la base de todo esto, hablar de una “nueva teoría”, del error de Marx, de la reconstrucción… No, no puedo dar crédito a su afirmación de que Tugán-Baranovski se vuelve cada vez más un camarada. Mijailovski tenía razón cuando lo llamó “hombre eco”: su articulejo en Mir Bozhi (“à la Béltov”, ¿recuerda?, en 1895) y este último artículo confirman el juicio severo de ese crítico parcial. Lo confirma también lo que usted y Nadia han dicho sobre sus cualidades personales. Desde luego, todo eso no basta para sacar una conclusión definitiva y es muy posible que esté equivocado. Me interesa conocer su opinión sobre el artículo.

Además, hay esta idea de hacer una diferenciación entre las categorías “sociológicas” y “económicas” que Struve echó a rodar (en el núm. 1 de Naúchnoe Obozrenie) y repitieron tanto P. Berlín (en Zhizn) como Tugán-Baranovski. En mi opinión, esto no promete otra cosa que un juego completamente insensato y escolástico [de] las definiciones, al que los kantianos dan el nombre retumbante de “crítica de conceptos” e incluso “gnoseología”. Sencillamente no puedo comprender ¿¿qué sentido tiene esa diferenciación??, ¿¿cómo puede existir algo económico fuera de lo social??

(…)

“A propósito del neokantismo. ¿Cuál es su posición? He leído y releído con gran placer Ensayos sobre la historia del materialismo, he leído los artículos del mismo autor [Plejánov] en Neue Zeit contra Bernstein y Konrad Schmidt (Neue Zeit, núm. 5, de 1898-1899: no he visto los números siguientes); he leído a Stammler (La economía y el derecho), a quien tanto elogiaron nuestros kantianos (P. Stammler, en particular, suscita mi indignación; no alcanzo a ver en él ni pizca de algo lozano y significativo…). ¡Pura Escolástica teórico-cognoscitiva! Tontas “definiciones” de un mediocre leguleyo, en el peor sentido de esta última palabra, y “conclusiones” no menos tontas extraídas de ellas. Después de Stammler, volví a leer los artículos de Struve y Bulgákov en Nóvoe Slovo y encontré que al neokantismo, efectivamente hay que ajustarle las cuentas muy en serio. No pude contenerme más y tanto en mi respuesta a Struve (Algo más sobre la teoría de la realización…) (…) Digo “no pude contenerme más”, porque tengo clara conciencia de mi falta de cultura filosófica y no me propongo escribir sobre esos temas hasta haber estudiado más. A eso precisamente me dedico ahora: comencé con Holbach y Helvecio y me propongo pasar a Kant. He conseguido las principales obras de los principales filósofos clásicos, pero no tengo los libros neokantianos (encargué sólo el de Lange). Comuníqueme, por favor, si usted o sus camaradas los tienen y si los pueden compartir conmigo.

A través de esta carta, podemos ver que la opinión de que Lenin sólo conoció a Hegel y profundizó el estudio del materialismo y la dialéctica después de la Primera Guerra Mundial es un error. Por este error Lenin “entró en crisis con la traición de la Segunda Internacional” y se encerró en una biblioteca a estudiar a Hegel, y sólo entonces comenzará a comprender la dialéctica porque, hasta entonces, no era más que un “materialista tosco”, cuya mayor expresión fue el libro Materialismo y empiriocriticismo. Analizaremos este error en su momento, sólo señalamos aquí que Lenin estaba leyendo a Hegel, entre otros filósofos, en 1899.

Lenin escribió el primer folleto para combatir teóricamente la corriente “economista”, que fue producto de la adaptación del joven partido a las grandes huelgas obreras y luchas económicas que estallaron en Rusia durante la segunda mitad de la década de 1890. El texto se llamó “Protesta de los socialdemócratas de Rusia”, fue escrito en agosto de 1899, en pleno confinamiento, y fue el primer texto de Lenin criticando la corriente revisionista del marxismo que se estaba formando en nivel internacional, pero que en Rusia tenía como expresión la corriente “economista”. Lenin presentó el texto en una reunión con 17 confinados en la misma región de Siberia. El texto fue enviado y publicado en los órganos de la socialdemocracia rusa en el extranjero y defendía los siguientes puntos de vista:

Texto del “Credo” que resume las posiciones de la corriente “economicista”:

“… crisis del marxismo… Es difícil imaginarse un curso más lógico de las cosas que el período de desarrollo del movimiento obrero desde el Manifiesto Comunista hasta la bernsteiniada, y el estudio atento de todo este proceso puede determinar, con exactitud astronómica, el desenlace de esta «crisis». No se trata aquí, claro está, de la derrota o la victoria de la bernsteiniada, cosa de poco interés; de lo que se trata es de un cambio radical de la actividad práctica, que desde hace ya mucho se viene realizando paulatinamente en el seno del Partido. Este cambio se efectuará no sólo en el sentido de sostener una lucha económica más enérgica, de consolidar las organizaciones de tipo económico, sino también, y esto es lo más esencial, en el sentido de modificar la actitud del Partido ante los demás partidos de oposición. El marxismo intolerante, el marxismo negador, el marxismo primitivo (que utiliza una concepción demasiado esquemática sobre la división de la sociedad en clases) cederá su puesto al marxismo democrático, y la situación social del Partido dentro de la sociedad moderna tendrá que cambiar profundamente. El Partido reconocerá a la sociedad. Sus tareas estrechamente corporativas, en la mayoría de los casos sectarias, serán ampliadas hasta convertirse en tareas sociales, y su afán de conquistar el poder se transformará en el afán de modificar, de reformar la sociedad moderna en un sentido democrático, adaptado al actual estado de cosas, a fin de poder defender del modo más feliz y completo los derechos (todos) de las clases trabajadoras. El contenido del concepto «política» se ampliará hasta adquirir un sentido verdaderamente social, y las reivindicaciones prácticas del momento adquirirán mayor peso, podrán contar con que se les preste mayor atención que hasta ahora”.

El núcleo de la táctica de los “economistas” fue:

“Los marxistas rusos tienen una sola salida: participar, es decir, ayudar a la lucha económica del proletariado y participar en la actividad liberal oposicionista. Los marxistas rusos empezaron muy temprano a ser «negadores”, y esta negación debilitó en ellos la parte de la energía que debe encauzarse hacia el radicalismo político”.

Lenin advirtió a los activistas del partido sobre el peligro que representaba esta corriente: desviarse de la estrategia de “la formación de un partido político obrero independiente, inseparable de la lucha de clases del proletariado y con la tarea inmediata de conquistar la libertad política”.

Luego, desmontó los dos principales argumentos de los “economistas”: el primero, sobre que el movimiento obrero no participaba en las revoluciones burguesas y la lucha política en general, y, el segundo, que el proletariado tendría como eje la lucha económica y participar en la lucha política de manera auxiliar a la burguesía liberal.

Lenin argumentó: “pero la cuestión general o de principio se plantea, también ahora, del mismo modo que fue planteada por el marxismo. La convicción de que la lucha de clase del proletariado es única y debe abarcar necesariamente la lucha política y la económica ha arraigado en la socialdemocracia internacional”.

Entonces, Lenin definió la estrategia votada en el Primer Congreso del Partido de 1898: “El proletariado debe aspirar a fundar partidos políticos obreros independientes cuyo principal objetivo sea la conquista del poder político por el proletariado, con el objetivo de organizar la sociedad socialista”. Acusó a los “economistas” de “empobrecer el marxismo revolucionario hasta reducirlo a una vulgar corriente reformista”. Explicó que el Congreso votó sobre tres principios fundamentales explicados en el Manifiesto:

  1. Primero, la socialdemocracia rusa «quiere ser y seguir siendo un movimiento de clase de las masas obreras organizadas», uniendo la lucha política con la económica, agitando las necesidades inmediatas del proletariado y combatiendo todas las expresiones de opresión, promoviendo el socialismo científico y la lucha por las ideas democráticas. “Al concentrar ahora todas sus fuerzas en la labor entre los obreros de las fábricas y de las minas, la socialdemocracia no debe olvidar que, al ampliarse el movimiento, deben incorporarse también a las filas de las masas obreras organizadas por ella los trabajadores domésticos, los artesanos, los obreros agrícolas y millones de campesinos arruinados y muertos de hambre”.
  2. Segundo: «La clase obrera rusa debe llevar y llevará sobre sus recios hombros la causa de la conquista de la libertad política». Un partido obrero independiente al frente de la lucha democrática es la condición para llegar a acuerdos prácticos temporales con los sectores verdaderamente revolucionarios de la burguesía y la pequeña burguesía.
  3. Tercero: «En su calidad de movimiento y corriente socialista, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia continúa la obra y las tradiciones de todo el movimiento revolucionario ruso que le ha precedido; y la socialdemocracia, que se plantea como tarea inmediata más importante de todo el Partido la conquista de la libertad política, marcha hacia el objetivo señalado ya con toda claridad por los gloriosos militantes de la vieja organización Voluntad del Pueblo”.

Lenin, en este texto de 1899, caracterizó la corriente revisionista encabezada por Bernstein: “La famosa “bernsteiniada”… Significa un intento de empobrecer la teoría del marxismo, un intento de transformar el partido obrero revolucionario en un partido reformista”.

Esta corriente economicista conectaba con la corriente revisionista que estaba surgiendo en el Partido Socialdemócrata Alemán, liderado por Eduard Bernstein.

Lenin abrió una guerra contra estas corrientes revisionistas del marxismo, afirmando el marxismo como una teoría y organización proletaria y revolucionaria.

Sobre este tema escribió cuatro artículos para el periódico Rabochaya Gazeta que, más tarde, serían la base del ¿Qué Hacer? y el proyecto de programa del partido.

Nuestro Programa”:

Para Lenin, en el cambio de siglo XIX al siglo XX, se estaba produciendo “un período de vacilación en el pensamiento”, que se expresaba en el surgimiento de una corriente revisionista internacional.

“Nosotros nos basamos íntegramente en la teoría de Marx, que convirtió por primera vez el socialismo de utopía en ciencia, asentó los sólidos cimientos de esta ciencia, y trazó el camino que debía seguirse para desarrollarla y elaborarla en todos sus aspectos”. El marxismo como cosmovisión, cuyo objetivo es dirigir una lucha de clases [para] la toma del poder político por parte del proletariado y construir el socialismo. Para él, este revisionismo no aportó nada nuevo al marxismo, tomó parches de las teorías premarxistas para “enmendar” el marxismo. Retroceder, en realidad. Aquí Lenin expresa, por primera vez, la famosa frase: “no puede haber un fuerte partido socialista sin una teoría revolucionaria…”. También afirma que no está en contra de desarrollar la teoría marxista de forma independiente en Rusia, porque el marxismo sólo formula directrices generales y cada país tiene sus especificidades. Por lo tanto, es necesario elaborar un programa para el país cuyo centro sea la conquista del poder para avanzar hacia el socialismo, la combinación de la lucha económica práctica con la lucha política, la clase obrera debe convertirse en vanguardia de la lucha por la democracia, etc.

Nuestra tarea inmediata”:

Después de un comienzo brillante, que culminó con la fundación del POSDR en 1889, se produjo un retroceso (debido a la represión) y un retorno al trabajo disperso. La tarea inmediata del partido, según Lenin, era lograr la unificación, buscando la forma adecuada. La dispersión y el trabajo artesanal no permitieron que la agitación y la propaganda unificadas elevaran la conciencia de la vanguardia proletaria: esto impidió que la lucha económica se convirtiera en una verdadera lucha de clases. “La lucha de los obreros contra los capitalistas se convierte necesariamente en lucha política, a medida que se convierte en lucha de clases”.

“La socialdemocracia no se reduce simplemente a servir al movimiento obrero, sino que es «la fusión del socialismo con el movimiento obrero» (según la definición de K. Kautsky que reproduce las ideas básicas del Manifiesto Comunista); su tarea es introducir en el movimiento obrero espontáneo determinados ideales socialistas, ligarlo con las convicciones socialistas, que deben corresponder al nivel de la ciencia contemporánea, ligarlo con una sistemática lucha política por la democracia, como medio para hacer realidad el socialismo; en una palabra, fusionar este movimiento espontáneo en un todo indivisible con la actividad del partido revolucionario”.

Sin embargo, la elaboración del programa y la organización del partido en Rusia forjaría sus propios medios, distintos de las organizaciones marxistas de Europa occidental. ¿Cómo combinar la libertad de actividad local con la acción centralizada en nivel nacional? ¿Cómo podemos combinar la lucha por un partido revolucionario para derrocar la autocracia y al mismo tiempo negarnos a utilizar métodos terroristas o complots secretos?

Lenin respondió a todo esto con una tarea más urgente: la organización de un periódico del partido, que aparecería regularmente y que unificaría el trabajo de todos los grupos locales, sin relegar a un segundo plano la agitación, las manifestaciones de masa, las huelgas, etc. Estas actividades en el movimiento son fundamentales para el partido, pero si no estuvieran unificadas a nivel nacional perderían su eficacia. Este periódico era vital para Rusia, que no disponía de actividades legales como otros partidos de Europa occidental, como actividad parlamentaria, sindicatos, participación en elecciones, etc.

“No creemos en las conspiraciones, renunciamos a derribar el gobierno mediante acciones revolucionarias aisladas; la consigna práctica de nuestro trabajo son las palabras del veterano de la socialdemocracia alemana, Liebknecht: estudiar, hacer propaganda, organizar, y el centro de esta actividad sólo puede y debe ser el órgano del Partido.”

Una cuestión urgente”:

“Aquí abordamos el problema urgente de nuestro movimiento, su punto neurálgico: la organización. Es una necesidad imperiosa mejorar la organización y la disciplina revolucionarias y perfeccionar la técnica del trabajo clandestino.”

Abogó por la formación de un partido con militantes activos, centralizado a partir de un periódico regular y dando importancia a la organización partidaria, la disciplina y la técnica de la acción clandestina y la distribución de tareas según la especialización individual de los militantes. Lenin decía que no faltaba gente para construir el partido en Rusia.

El periódico debe ser considerado como propio por cada activista. La distribución del periódico debía realizarse con regularidad y en grandes cantidades en los centros industriales y ciudades fabriles, en los barrios obreros, en los suburbios pobres, y el lanzamiento del partido ampliaría y profundizaría la propaganda y la agitación del partido.

Todavía en 1899, escribió “El proyecto de programa de nuestro partido”:

Lenin se opuso a la opinión de que, antes de elaborar un programa para el POSDR, era necesario fortalecer las organizaciones locales. Sostuvo, por el contrario, que el partido ya había dejado atrás el período de controversias teóricas con otras organizaciones revolucionarias y estaba superando el trabajo artesanal de los círculos regionales. Precisamente, estos dos elementos plantearon la necesidad de un programa que expresara los conceptos fundamentales, definiera las tareas políticas inmediatas, las consignas de agitación de conjunto, en nivel nacional. El partido ya había crecido mucho en su influencia y necesitaba un programa para solidificar este crecimiento. El programa era una necesidad de fusionar el movimiento espontáneo con el socialismo y la lucha política, para formar un partido revolucionario. Las diferencias que existían dentro de la socialdemocracia fueron un argumento más a favor de la redacción del programa.

Lenin habló del método de preparación del programa e incluso del método de afrontar debates polémicos dentro del partido:

“Por otra parte, para que la polémica no sea estéril, para que no degenere en pugnas personales, para que no conduzca a una confusión de conceptos y no nos haga tomar por camaradas a los enemigos y viceversa, para todo eso es preciso que la cuestión del programa figure en esa polémica. La polémica sólo puede ser útil en el caso de que aclare el verdadero contenido de las divergencias, de que muestre hasta qué grado son profundas, de que revele si se trata de divergencias de fondo o de cuestiones de detalle, de que ponga en claro si esas divergencias son o no un obstáculo para trabajar juntos en el seno de un mismo partido. La respuesta que con tanto apremio exigen todas esas cuestiones sólo podremos obtenerla en el caso de que el problema del programa figure en la polémica, en el caso de que las dos partes que polemizan expongan concretamente sus opiniones programáticas”.

Lenin comenzó analizando el proyecto de programa de 1895 del grupo Emancipación del Trabajo (predecesor del POSDR) y concluyó que estaba bastante actualizado:

“Comenzaremos, pues, examinando este proyecto. A pesar de haber sido editado hace casi 15 años, a nuestro entender cumple muy satisfactoriamente, en rasgos generales, su cometido y se halla a la altura de la teoría socialdemócrata moderna. El proyecto señala con exactitud la única clase capaz de desempeñar en Rusia (como en los demás países) el papel de luchador independiente por el socialismo: la clase obrera, el «proletariado industrial»; en él se indica cuál es el objetivo que debe perseguir esa clase: «la transformación en propiedad social de todos los medios y objetos de producción», «la supresión de la producción mercantil» y «su sustitución por un nuevo sistema, por un sistema de producción social», o sea, «la revolución comunista»; se señala «la condición previa e inexcusable» «de la reorganización de las relaciones sociales»: «la conquista del poder político por la clase obrera»; se señala la solidaridad internacional del proletariado y la necesidad de que «en los programas de los socialdemócratas de los distintos países haya diversidad, de acuerdo con las condiciones sociales de cada uno de ellos»; se señalan las peculiaridades de Rusia, «donde las masas trabajadoras se hallan sometidas al doble yugo del capitalismo en desarrollo y de la agonizante economía patriarcal»; se señala la relación existente entre el movimiento revolucionario ruso y el proceso de creación (por el capitalismo en desarrollo) de la «nueva clase del proletariado industrial, dotada de mayor capacidad de asimilación, con más libertad de movimiento y más culta»; se señala la necesidad de constituir «un partido obrero revolucionario» y que «la primera tarea política» de ese partido [sea] «el derrocamiento del absolutismo»; se señalan también «los medios con que ha de llevarse a cabo la lucha política» y se exponen las reivindicaciones fundamentales de esta lucha”.

Sin embargo, Lenin propuso algunas modificaciones:

  1. Modificar la estructura del programa, ya que el de 1875 era un programa de un grupo fundacional, con unas pocas decenas de militantes, y ahora (en 1900) era ya un partido de vanguardia, con cientos de militantes. La primera parte puede denominarse exposición de principios. Según él, es necesario enfatizar el desarrollo económico que proporciona la base material y espiritual para la socialdemocracia y la lucha de clases. Encabezar el programa con las características fundamentales y de desarrollo del régimen económico actual. Continuando con la tendencia fundamental del capitalismo a dividir la población entre burguesía y proletariado, y el aumento de la pobreza (teoría de la depauperación) de este último como subproducto de la acumulación de capital. Estas modificaciones tienen como objetivo acercar el programa del POSDR al programa del PSD alemán (programa de Erfurt). “Pero la imitación no puede convertirse de ninguna manera en simple copia. La imitación es plenamente legítima, por cuanto en Rusia observamos también los mismos procesos fundamentales en el desarrollo del capitalismo, las mismas tareas fundamentales de los socialistas y de la clase obrera, pero esto no debe hacernos olvidar en ningún caso las peculiaridades de Rusia, que deben estar plenamente reflejadas en las peculiaridades de nuestro Programa”. Estas peculiaridades tenían que ver principalmente con la lucha contra los restos feudales y la lucha contra la autocracia, introduciendo la cuestión campesina, que se reflejó en tareas políticas y tácticas de lucha, diferentes a las prevalecientes en Europa occidental. Aquí debe entrar la definición de la lucha de clases del proletariado, su objetivo final, la propiedad social, el carácter político de la lucha de clases y su objetivo inmediato: el derrocamiento de la autocracia. Lenin pensaba que no se debían introducir tácticas en el programa, excepto tácticas fundamentales, como las alianzas con otros partidos y clases, y la cuestión del terrorismo (que debían rechazarse en esta coyuntura en Rusia, pero no deberían rechazarse en principio).
  2. En la segunda parte del programa, la parte de Legislación, Lenin sugirió no seguir el programa de Erfurt y simplemente exigir una «constitución democrática».
  3. En la tercera parte (práctica) del programa, lo dividió en tres partes: transformaciones democráticas generales, medidas de protección para el proletariado, y medidas que benefician a los campesinos. Y pasa a desarrollar cada uno de ellos, especialmente un análisis detallado de las clases en el campo y de la situación del campesinado ruso.

Así, Lenin reseñó, a finales de 1899, el libro de Kautsky, Bernstein y el programa socialdemócrata. Una anticrítica”, que combatía la orientación de Bernstein:

“Kautsky comienza su anticrítica por el problema del método. Examina las objeciones de Bernstein sobre la comprensión materialista de la historia y demuestra que este confunde la noción de «determinismo» con la de «mecanismo» [mecanicismo], que confunde el libre albedrío con la libertad de acción, que identifica, sin ningún fundamento, la necesidad histórica con la situación desesperada y compulsiva de los hombres. La manoseada acusación de fatalismo, que Bernstein repite, ya ha sido refutada por las premisas mismas de la teoría histórica de Marx. No se puede reducir todo al desarrollo de las fuerzas productivas, dice Bernstein. También hay que «tener en cuenta» otros factores. Muy bien, responde Kautsky, pero eso es lo que debe hacer todo investigador, cualquiera que sea la comprensión de la historia que lo guíe. Quien pretenda obligarnos a renunciar al método de Marx, que tan brillantemente se ha justificado y se justifica en la práctica, debe elegir entre dos caminos: o bien renuncia por completo a la idea de la ley objetiva, de la necesidad del proceso histórico —y entonces arroja por la borda todas las tentativas de dar una base científica a la sociología—, o bien debe demostrar cómo, partiendo de otros factores (por ejemplo, de concepciones éticas), se puede deducir la necesidad del proceso histórico, debe demostrarlo por un análisis que sea capaz de resistir por lo menos una comparación remota con el análisis que hace Marx en El Capital”.

La diferenciación entre “determinación” (o condicionamiento) y “fatalismo” es muy importante: esta precisión es la que diferencia al marxismo científico del determinismo vulgar, que ve la realidad como producto de leyes mecánicas que se producen debido a mecanismos intrínsecos de la economía y que se reflejan automáticamente en la política. Este marxismo vulgar (llevado al extremo por el estalinismo) intentó ser confundido, muchas veces por la propia burguesía, con el marxismo.

A partir de aquí, Bernstein se rebeló contra “el dogma que aprisiona el pensamiento” y comenzó a derribar los fundamentos del pensamiento marxista: atacó una supuesta teoría de la “crisis capitalista general”, de que el capitalismo necesariamente caería como producto de una crisis económica final. Bernstein buscó datos que demostraran el crecimiento de la pequeña propiedad para mostrar que el capitalismo está en pleno desarrollo y no en crisis. Incluso colocó a los vendedores ambulantes como pequeños propietarios. Kautsky hace una observación importante (especialmente para el siglo XXI), donde el surgimiento de millones de “microempresarios” reveló más la existencia de un enorme ejército de desempleados y el aumento de la pobreza, que la vigencia del capitalismo. El surgimiento de las Sociedades Anónimas mostraría la democratización de la propiedad en lugar de la concentración capitalista. Bernstein cuestionó la “ley de la miseria creciente” en el capitalismo al ver una mejora en la sociedad en su conjunto, incluida la clase trabajadora. Con esto, cuestionó la ley de acumulación capitalista que engendra riqueza en un polo cada vez más pequeño mientras extiende la miseria a sectores cada vez más amplios de la sociedad. Bernstein se basó en una visión de la Alemania imperialista de principios del siglo XX. Hoy, 100 años después, la teoría marxista ha sido probada espectacularmente en la realidad global con un puñado de multimillonarios y un océano de miseria. Bernstein también vio el surgimiento de empleados administrativos, una clase media que tiene buenos ingresos, como prueba del error de la teoría marxista, como la vitalidad del capitalismo. De hecho, estas nuevas profesiones formaron un nuevo sector del proletariado (sector aristocrático o sectores medios del proletariado) que se confunden con la pequeña burguesía por sus condiciones de vida, que son muy diferentes a las del proletariado en general. Históricamente se ha confirmado la fragmentación de la pequeña propiedad en manos de la gran propiedad burguesa y la proletarización (o semiproletarización, empobrecimiento generalizado) de la pequeña burguesía. También creía que los cárteles empresariales podrían prevenir crisis económicas regulando la producción entre ellos.

Finalmente, Kautsky afirmó que “Bernstein erige las condiciones puramente temporales de una situación histórica dada en ley general”.

Y, siguiendo la lucha contra la corriente revisionista, Lenin escribió “Una tendencia retrógrada en la socialdemocracia rusa”, a finales de 1899:

El texto es una crítica de la corriente economicista que surgió en el POSDR a finales de 1800. Lenin cuenta la historia del surgimiento del POSDR, desde 1883 cuando Plejánov formó el grupo Emancipación del Trabajo y fusionó dos movimientos que estaban separados: la lucha socialista y la lucha obrera. El POSDR es la fusión del socialismo y el movimiento obrero. Según Lenin: “La orientación del socialismo hacia la fusión con el movimiento obrero es el principal mérito de K. Marx y F. Engels: crearon una teoría revolucionaria que explica la necesidad de esta fusión y plantea, como tarea de los socialistas, organizar la lucha de clase del proletariado”.

Aquí desarrolla su visión de la relación entre los trabajadores de vanguardia, los militantes del partido y los sectores atrasados ​​del proletariado. Estos terminan siguiendo a los proletarios conscientes, que supieron ganarse la confianza de los sectores atrasados.

La necesidad de fundar partidos políticos obreros independientes surge de la experiencia centenaria del movimiento obrero en Europa. Los economistas predicaron el programa propio del movimiento, basado en pequeñas reformas, limitándose a los intereses del momento. La socialdemocracia siempre ha actuado en una lucha espontánea para dirigirla contra la autocracia. Ahora los economistas querían mantener la lucha a nivel de las demandas de mejoras para los trabajadores.

La diferencia se fue ampliando porque los economistas pusieron la lucha política contra el absolutismo en manos de la burguesía y Lenin afirmó que la burguesía era contrarrevolucionaria y que, por lo tanto, no lucharía eficazmente contra el absolutismo.

El eje de pensamiento de los “economistas” podría resumirse en la siguiente frase: «¿Qué lucha de los obreros sería deseable?», pregunta R. M., y él mismo contesta: ¡¡¡sería deseable la lucha que es posible, y es posible aquella que los obreros «sostienen» en el «momento actual»!!! ¡Es difícil expresar en forma más patente ese oportunismo sin sentido ni principios de que padecen los redactores de Rabóchaya Misl, seducidos por el «bernsteinianismo» que está tan de moda! ¡Es deseable lo que es posible y es posible lo que se tiene en el momento actual!”.

Finalmente, Lenin intentó explicar el surgimiento de esta tendencia en la socialdemocracia rusa. ”Pero, ocurrió lo contrario: la difusión de la agitación puso a los socialdemócratas en contacto con los sectores inferiores, menos desarrollados del proletariado; la incorporación de estos exigió que el agitador supiera adaptarse al más bajo nivel de comprensión, acostumbraba a colocarle en primer plano «las reivindicaciones y los intereses del momento» y a postergar los amplios ideales del socialismo y de la lucha política.” (…) “En esa exageración desmesurada de un aspecto de la labor socialdemócrata vemos precisamente la causa fundamental del lamentable retroceso de los ideales de la socialdemocracia rusa”.

Lenin observó la verdadera relación que debería existir entre los trabajadores de vanguardia y las masas trabajadoras. Trabajó para formar una “intelectualidad trabajadora” que lideraría a las masas trabajadoras atrasadas. Incluso dijo que el periódico no sería entendido por todos los trabajadores, pero que no se debía bajar su nivel a nivel de los trabajadores atrasados, se debía elevar el nivel de los lectores y elevar a estos trabajadores atrasados ​​a ocupar un papel dirigente en la lucha revolucionaria y en el partido proletario. Para alcanzar el nivel de las masas trabajadoras, Lenin sugirió utilizar otras formas de agitación y propaganda, como folletos en un lenguaje popular, agitación oral, folletos dedicados a las luchas locales, etc. El partido podría incluso utilizar medios educativos legales (alfabetización de adultos, por ejemplo) para acercarse a este sector.

Y produjo otro texto controvertido, contra el programa “economista” a principios del siglo XX., “A propósito de la ‘Profesión de fe’”.

En este artículo, Lenin continuó su crítica a los “economistas” y su “profesión de fe” que comienza diciendo:

“Ya la primera frase de la Profession de foi provoca la más seria perplejidad: «Reconociendo que la lucha por los derechos políticos del proletariado es la tarea general inmediata del movimiento obrero en Rusia, el Comité no considera, sin embargo, que sea posible en el momento actual exhortar a la masa de obreros a la acción política, o, dicho de otra manera, realizar una agitación política, puesto que los obreros rusos, en general, no han madurado aún para la lucha política».

La primera crítica de Lenin fue que desde que el marxismo se consolidó en nivel mundial, a partir del Manifiesto Comunista, que consideraba toda lucha de clases como una lucha política y que el movimiento obrero, para superar su infancia, sólo se convertiría en movimiento de clases cuando comenzara a luchar políticamente, sólo se educaba cuando empezaba a librar una lucha política general.

Los economicistas criticaron a los marxistas y revolucionarios por liderar una lucha ininteligible para la mayoría de los trabajadores y Lenin respondió que el partido marxista, aunque lleve a cabo una agitación general sobre toda la clase obrera y la sociedad, siempre será el partido de los obreros de vanguardia y no de los obreros políticamente atrasados.

“La tarea de la socialdemocracia es desarrollar la conciencia política de las masas y no ir a remolque de una masa carente de derechos políticos; en segundo lugar —y esto es lo principal—, es falso que las masas no comprenderán la idea de la lucha política. Hasta el obrero más atrasado la comprenderá, a condición, naturalmente, de que el agitador o propagandista sepa abordarlo de modo que le transmita esa idea en un lenguaje inteligible y basándose en los hechos de la vida cotidiana conocidos por su interlocutor. Pero esta condición es también indispensable para hacer comprensible la lucha económica: tampoco en este terreno el obrero atrasado, el que pertenece a los sectores inferiores y medios de la masa, está capacitado para asimilar la idea general de la lucha económica; esta idea la asimila un pequeño número de obreros cultos a quienes la masa sigue, guiándose por su instinto y por sus intereses directos, inmediatos. Esto es válido también en el dominio político: la idea general de la lucha política sólo será asimilada, por supuesto, por el obrero culto, a quien seguirá la masa porque se da perfecta cuenta de su falta de derechos políticos (como lo reconoce en un pasaje la Profession de foi del Comité de Kíev), y porque sus intereses cotidianos más inmediatos la llevan constantemente a enfrentar toda suerte de manifestaciones de opresión política. En ningún movimiento político o social ni en ningún país hubo jamás, ni podía haberla, otra relación entre la masa de determinada clase o de determinado pueblo y el reducido número de sus representantes cultos que la siguiente: siempre y en todas partes los jefes de una clase determinada han sido sus representantes de vanguardia, sus representantes más cultos”.

Los marxistas, continuó Lenin, utilizan la lucha económica como base para organizar a los trabajadores, para desarrollar esta lucha espontánea en una lucha de clases contra el sistema capitalista. La lucha económica, en sí misma, no tiene nada de socialista. La tarea de los socialistas es contribuir a la fusión de la lucha económica con la lucha política en una única lucha de clases de las masas trabajadoras en su conjunto. Para lograr esto, el partido marxista debe llevar a cabo una amplia agitación económica y política sobre cada hecho importante de la realidad política del momento, para atraer trabajadores a unirse al partido revolucionario y socialista. La agitación es un medio importante para ampliar el conocimiento y la educación de la clase y promover formas más organizadas de lucha política.

En abril de 1900, saliendo de su confinamiento en Siberia, se fue a vivir a Pskov, región cercana a Petrogrado.

Como la represión seguía muy de cerca a Lenin, tuvo que exiliarse fuera de Rusia, donde se unió a la dirección general del grupo Emancipación del Trabajo.

Así, redactó propuestas para lanzar un periódico unificado Iskra (La chispa) y una revista teórica Zariá (Aurora), e inició un debate con la alta dirección de los fundadores. Iskra tenía, junto a su nombre, la siguiente frase: “De la chispa saldrá la llama”.

Escribió en abril de 1900, el “Proyecto de declaración de la redacción de Iskra y Zariá:

Lenin identificó el surgimiento de una situación prerrevolucionaria y notó un salto en el crecimiento de las ideas socialdemócratas entre la intelectualidad. Que este movimiento tiende a unirse con el movimiento obrero espontáneo. Esta situación obligó a los revolucionarios a superar los métodos artesanales de organización.

Lenin creía que estaban surgiendo matices de opinión dentro del movimiento y del partido, que creía que aún no había habido una cristalización de posiciones y esperaba que fuera posible trabajar junto con estas corrientes. Mostró una metodología de trabajo común con diferentes posiciones (dentro de un mismo programa marxista) y defendió el debate franco y la camaradería entre los polemistas. La creación de un periódico y de una revista teórica universalizaría la acción de cientos de círculos locales y pondría todos los matices y diferencias regionales al servicio de un todo único, que sería el POSDR reconstituido.

“Común también en el sentido de que una a todos los literatos de que disponemos y exprese todos los matices de opinión y puntos de vista existentes entre los socialdemócratas rusos no como activistas aislados, sino como camaradas unidos en las filas de una organización única por un programa y una lucha comunes.”

La propuesta era que estas organizaciones de prensa, al unificar todos los círculos locales, se convirtieran en una poderosa fuerza política en nivel nacional.

El programa de estos organismos proporcionaría un gran espacio para los problemas teóricos marxistas y la relación entre esta teoría y el movimiento obrero europeo. Los acontecimientos políticos nacionales e internacionales de la situación actual se reflejarían en la prensa.

La prensa iba a servir como medio para estudiar el movimiento social intelectual de la década de 1890 en Rusia y estudiar la situación de la clase trabajadora.

También debería servir como palanca para “La incorporación en amplia escala de las masas juveniles obreras e intelectuales al movimiento”.

El objetivo fundamental de esta prensa es que “todo obrero consciente se forme un criterio concreto sobre todos los problemas fundamentales: sin esa condición son imposibles una propaganda y una agitación amplias y sistemáticas.”

Por tanto, el objetivo era unir el socialismo marxista con el movimiento obrero espontáneo para lograr la reconstitución del POSDR. Según Lenin, basándose en la visión del Manifiesto Comunista, “la socialdemocracia consiste en unir el socialismo con el movimiento obrero”.

Luego, discutió los métodos de organización y disciplina, no como un fin en sí mismo, sino para obtener agitación y propaganda para amplias masas, por esto, el carácter del periódico era diferente del carácter de la revista teórica y servía a propósitos diferentes, e incluso eso en una unidad del partido:

“Los temas y problemas señalados por nosotros serán distribuidos entre la revista y el periódico de acuerdo únicamente con las diferencias de volumen y de carácter de ambas publicaciones: la revista debe servir primordialmente a la propaganda, y el periódico, a la agitación. Pero es necesario que tanto la revista como el periódico reflejen todos los aspectos del movimiento. Y desearíamos destacar de manera especial nuestra desaprobación del plan consistente en que el periódico obrero publique exclusivamente lo que afecta de modo directo e inmediato al movimiento obrero espontáneo, dejando para el órgano «destinado a los intelectuales» todo lo referente a la teoría del socialismo, la ciencia, la política, la organización del Partido, etc. Por el contrario, es indispensable precisamente unir todos los hechos concretos y manifestaciones del movimiento obrero con los problemas indicados, es indispensable enjuiciar a la luz de la teoría cada hecho parcial, es indispensable hacer propaganda entre las más vastas masas de la clase obrera de los problemas relacionados con la política y la organización del Partido e incluir esos problemas en la agitación.”

Sin embargo, al hablar del movimiento obrero no se podía olvidar que el partido representaba los intereses estratégicos de la clase trabajadora internacional. Se deben utilizar todas las tácticas, no debe haber veneración por ningún medio de lucha. Su apoyo a todos los sectores que luchan revolucionariamente contra la autocracia no puede hacer olvidar que el POSDR es el partido de la revolución social, un enemigo implacable de todas las clases explotadoras.

Insistió en definir el carácter de los órganos de prensa, aunque observando un criterio de unidad programática con las bases del marxismo.

“Pero al dar a nuestra labor literaria una orientación determinada, no nos proponemos en modo alguno presentar todas las particularidades de nuestras opiniones como la opinión de todos los socialdemócratas rusos; no nos proponemos en modo alguno negar, velar o relegar a un segundo plano las divergencias existentes. Al contrario, queremos que nuestros órganos de prensa sean órganos de discusión de todos los problemas por todos los socialdemócratas rusos, por muy distintos que sean los matices de sus opiniones. Lejos de rechazar la polémica entre camaradas en las páginas de nuestros órganos estamos dispuestos, por el contrario, a dedicarle muchísimo espacio. La polémica pública ante todos los socialdemócratas y obreros conscientes rusos es necesaria y deseable para poner en claro la profundidad de las discrepancias existentes, para discutir en todos sus aspectos las cuestiones litigiosas y para luchar contra los extremismos en que caen inevitablemente los representantes de distintas opiniones, los representantes de distintas localidades o de distintas «profesiones» del movimiento revolucionario. Consideramos incluso que uno de los defectos del movimiento actual es la falta de una polémica pública entre puntos de vista a todas luces discrepantes, es el afán de ocultar disensiones que atañen a problemas muy esenciales”.

En julio de 1900, Lenin fue vivir a Suiza para cumplir el plan de edición de Iskra y Zariá.

Además de las dificultades derivadas de la censura y de la clandestinidad para crear y llevar estos órganos de prensa a Rusia, todavía existían diferencias fundamentales en la propia redacción, que surgían no tanto de diferencias políticas (en el momento de la fundación), sino de diferentes métodos de trabajo entre generaciones de revolucionarios. La diferencia fundamental se dio entre los nuevos dirigentes (Lenin, Martov y Potrésov) y los fundadores (Plejánov, Vera Zásulich y Axelrod), ya que tenían una relación “familiar”, de “círculo”, de simpatías y antipatías personales en lugar de una relación partidista, profesional.

En el texto siguiente, Lenin informaba del choque de opiniones y del enfrentamiento entre los jóvenes dirigentes y Plejánov (en nombre de los viejos fundadores),“De como casi se extinguió ‘Iskra’ (La Chispa)”:

El texto es casi un diario de Lenin que relata el enfrentamiento entre él y Plejánov por la publicación de los órganos de prensa Iskra y Zariá. Fue el primer enfrentamiento que se produjo entre ambos y es uno de los textos más autobiográficos de Lenin, que escribió no para ser publicado, sino como recuerdo de la discusión.

Este choque entre Lenin y Plejánov reflejó las distintas generaciones que iban formando el POSDR, que acabó enfrentándose en la redacción de estos órganos de prensa, que estaba integrada por seis miembros: Plejánov (44 años), Vera Zásulich (51 años ), Axelrod (50 años) – estos tres fueron fundadores de la corriente marxista en Rusia y vivieron en el extranjero, sin contacto ni activismo práctico en Rusia– más Lenin (30 años), Martov (27 años) y Potrésov (31 años)– estos tres constituían la flor y nata de la nueva generación revolucionaria marxista en Rusia, acababa de salir de tres años de confinamiento en Siberia y, prácticamente, dirigía los intentos de organizar el POSDR. Estas dos generaciones se reunirán en Suiza para debatir el carácter de los órganos de prensa –ver la propuesta de Lenin en el texto anterior– y naturalmente hubo violentos enfrentamientos que aún no reflejaban diferencias políticas o teórico-programáticas, pero sí reflejaban la metodología de construcción del partido: los tres fundadores tenían una relación camarillesca, que funcionaba basada en simpatías y antipatías personales, mientras que Lenin quería establecer una relación política profesional en la dirección del partido, donde los editores dividían las tareas y eran ascendidos de acuerdo con su trabajo para el partido y no sobre la base de las estrellas clavadas en el pecho por el pasado militante. Una diferencia política latente se reflejó en cómo trabajar con la corriente “marxista legal”, dirigida por Struve. Lenin abogó por actuar juntos, pero haciendo crítica política, como ya había estado haciendo públicamente en Rusia. Plejánov guardó silencio al enfrentarse con esta corriente, pero apareció en esta reunión editorial como si hubiera recibido “órdenes” de no polemizar con Struve, cuando en realidad no quería polemizar con esta corriente que presentaba un marxismo al gusto de la burguesía liberal. Este debate “inocente” reflejaba una diferencia que se aclararía más adelante: Lenin criticó duramente a la burguesía rusa por su cobardía, mientras que Struve y Plejánov tendieron a otra táctica, una alianza estratégica con la burguesía liberal rusa. También hubo enfrentamientos sobre el carácter de los órganos: Plejánov estaba totalmente en contra de expresar diferencias (matices) en la revista teórica Zariá o en el periódico Iskra. Lenin estaba en contra de publicar cartas privadas en controversias públicas, algo que acababa de hacer Plejánov en la controversia con los “economistas”. Plejánov criticó la propuesta para la publicación de Iskra y Zariá (ver reseña anterior) diciendo que era “oportunista” porque los “nuevos” permitían la polémica entre los colaboradores y quería llevar la polémica de forma leal entre los compañeros, pero buscando la unificación en un Partido único socialdemócrata. Esta propuesta de los “nuevos” había sido presentada anteriormente a Plejánov y él no había dicho nada al respecto. De hecho, Plejánov tenía celos de la nueva generación que estaba asumiendo la dirección del partido que surgeia y esto era insoportable para él, que era el “fundador”, el “teórico”, y que tenía toda la razón en todo.

El Congreso se celebró entonces con tres viejos dirigentes de la Emancipación del Trabajo y tres dirigentes jóvenes (Martov llegaría más tarde). La actitud de Plejánov en el Congreso llevó a Lenin a caracterizarlo como “un dictador”. O aceptaba el mando dictatorial de Plejánov o abandonaba la redacción. Método de ultimato: “Esto demostró claramente que ya no existían entre él y nosotros relaciones normales”. Aquí tuvo lugar la primera ruptura de Lenin con Plejánov. Aunque se centró en el “método”, ya eran evidentes diferencias políticas de todo tipo, por ejemplo, las relaciones con el Bund (partido de los trabajadores judíos). El reflejo del choque generacional ya estaba ahí y el carácter “señorial” de Plejánov ya había trastocado las relaciones.

 “Mi «amor» por Plejánov también había desaparecido como por encanto; me sentía ofendido y amargado al extremo. Nunca, jamás en mi vida había experimentado por ningún hombre una estima y un respeto tan sinceros, tal vénération[4]; ante nadie me había comportado con tanta «humildad», y jamás había recibido tan brutal «puntapié».”

Este fue uno de los pocos textos autobiográficos de Lenin, en el que habla en primera persona, revelando sus sentimientos:

“Pero desde el momento en que un hombre con quien queremos colaborar para una obra común, entrando en las más estrechas relaciones, emplea respecto a sus camaradas semejantes maniobras, ya no cabe duda de que ese hombre es una mala persona, verdaderamente mala, dominada por móviles personales de amor propio mezquino y vanidad, que no es sincero. Este descubrimiento —¡para nosotros fue un verdadero descubrimiento!— nos causó el efecto de un rayo, porque hasta ese momento los dos adorábamos a Plejánov, y se lo perdonábamos todo, como se perdona a un ser querido; habíamos cerrado los ojos a todos sus defectos, tratábamos con todas nuestras fuerzas de persuadirnos de que esos defectos no existían, que eran pequeñeces a las que sólo daban importancia quienes no valoraban suficientemente los principios. Y, de pronto, nosotros mismos debimos convencernos con nuestros propios ojos de que esos «pequeños» defectos eran capaces de repeler a los amigos más devotos, y que la convicción de que él tenía razón en el plano teórico no podía hacer olvidar sus rasgos repelentes”.

“Era un verdadero drama, una ruptura total con lo que, como a un niño querido, yo había arrullado durante largos años; con lo que había unido indisolublemente el trabajo de toda mi vida”.

El conflito fue suavizado, pero las relaciones entre Lenin y Plejánov jamás volverían a ser las mismas de antes de ese episodio. Prevalecería, de ahí en adelante, el “amigo, amigos; negocios a parte” o “si quieres la paz, prepárate para la guerra”.[5]

Ya hemos identificado cinco diferencias importantes entre Lenin y Plejánov, en 1901:

  • la primera, sobre el materialismo (que discutimos en el episodio 4),
  • la segunda, sobre las relaciones del proletariado con la burguesía en la revolución democrática (que se reflejó en las relaciones con Struve).
  • la tercera, que vimos aquí, sobre el pueblo judío (que según Plejánov “todos los judíos son chovinistas y nacionalistas… que el partido debe ser exclusivamente ruso”, mientras que Lenin valoraba la participación de los judíos en las luchas revolucionarias más que la de los rusos y creía que el partido debe unir a todas las nacionalidades, sin privilegios nacionales),
  • También hubo diferencias entre el proyecto de programa elaborado por Plejánov y el de Lenin.
  • Por último, el método de construcción del partido.

Sin embargo, es necesario decir que Lenin valoraba mucho la posición de Plejánov, especialmente, en este momento, la feroz lucha contra el economicismo que amenazaba el partido ruso y el bernsteinismo, que avanzaba en el partido alemán, y que Plejánov tuvo un papel de vanguardia, incluso criticó en una carta abierta a Kautsky por su tibia confrontación con Bernstein.

Estamos en septiembre de 1900. En tres años, en el II Congreso, con la ruptura entre bolcheviques y mencheviques, este conflicto se politizó y, en 5 años (en la revolución de 1905), la ruptura teórico-programática-política y metodológica fue definitiva.

Después de este conflicto, Lenin escribió una propuesta de acuerdo y una declaración de la dirección de Iskra que definía a los “nuevos” como editores de Iskra y a los viejos como colaboradores. De los seis miembros de la redacción, Plejánov recibió dos votos, en caso de empate. Por otra parte, la redacción de Iskra permaneció en Munich, tal como deseaban los jóvenes dirigentes.

Krúpskaia escribió una breve opinión sobre este desacuerdo, que expresaba la esencia del problema:

“Nunca hemos experimentado el tipo de vida en la emigración que experimentó el grupo «Emancipación del Trabajo». Estábamos constantemente en estrecho contacto con Rusia y siempre venía gente de allí a vernos. Estábamos mejor informados que si hubiéramos vivido en alguna ciudad de provincias de la propia Rusia. No teníamos vida fuera de los intereses de nuestro trabajo ruso. Las cosas en Rusia estaban mejorando, el movimiento obrero estaba creciendo. El grupo «Emancipación del Trabajo» había estado aislado de Rusia, viviendo en el extranjero durante el peor período de reacción, cuando un estudiante llegado de Rusia era un acontecimiento. Los viajeros tenían miedo de visitar a Plejánov. Cuando Klasson y Korobko lo visitaron, a principios de los años 1900, tan pronto como regresaron, los llamó la policía y les preguntó por qué habían ido a ver a Plejánov”.

Plejánov representaba el pasado del grupo fundador y ya era un obstáculo para los nuevos dirigentes que asumían la tarea de pasar a una nueva etapa de construcción del partido, de vinculación con el movimiento obrero, de construcción de un partido marxista revolucionario, donde el libro ¿Qué hacer? expresaba las tareas del nuevo partido.

En noviembre de 1900, Lenin concluyó el año escribiendo: “Tareas urgentes de nuestro movimiento”, publicado como editorial en el número 1 de Iskra.

Lenin comenzó definiendo la tarea central del partido: derrocar la autocracia y lograr la libertad política. Criticó a los “economistas” que querían dar un papel preponderante a la lucha económica, dejando la política a los intelectuales burgueses. Definió este período como de vacilaciones, en el que ciertos revolucionarios querían separar el socialismo del movimiento obrero.

Las deficiencias del movimiento obrero ruso se debían, según Lenin, a tres cuestiones: la primera fue la inercia de realizar propaganda sólo en círculos reducidos, y cuando empezó a realizar agitación masiva cayó en otro extremo, agitativo. La segunda, al principio, fue una gran lucha contra los populistas, que veían la política como terrorismo individual, una acción divorciada del pueblo. Los socialdemócratas pasaron de un extremo a otro. Se acostumbraron a actuar aislados de los círculos locales y no dieron mucha importancia a la organización general del país. Esta visión dispersa en círculos se sumó a la defensa del predominio de la lucha económica.

Estas deficiencias llevaron a los “economistas” a transformar la estrechez economicista en una teoría general y a unirse con la teoría revisionista de Bernstein, que estaba prosperando en Alemania.

“La socialdemocracia es la unión del movimiento obrero con el socialismo. Su cometido no estriba en servir pasivamente al movimiento obrero en cada una de sus fases, sino en representar los intereses de todo el movimiento en su conjunto, señalar a este movimiento su objetivo final, sus tareas políticas y salvaguardar su independencia política e ideológica. Desligado de la socialdemocracia, el movimiento obrero se achica y adquiere por fuerza un carácter burgués: al sostener exclusivamente la lucha económica, la clase obrera pierde su independencia política, se convierte en un apéndice de otros partidos y traiciona el gran precepto: «La emancipación de la clase obrera debe ser obra de la propia clase obrera».

El centro de actividades, según Lenin, era llevar las ideas socialistas y la conciencia política a las masas proletarias y organizar el partido revolucionario, indisolublemente ligado al movimiento obrero espontáneo.

Aquí formula por primera vez la visión del militante como miembro activo, punto que dividirá al partido en torno al punto 1 del Estatuto, que será discutido en el Tercer Congreso, de 1903:

 “Hay que preparar hombres que no consagren a la revolución sus tardes libres, sino toda su vida, hay que preparar una organización tan numerosa que pueda aplicar una rigurosa división del trabajo en los distintos aspectos de nuestra actividad”.

También expresó una lección fundamental para todo partido revolucionario:

“la socialdemocracia no se ata las manos, no limita su actividad a algún plan previamente preparado o a un solo procedimiento de lucha política, sino que admite todos los procedimientos de lucha con tal de que correspondan a las fuerzas reales del Partido y permitan lograr los mayores resultados posibles en unas condiciones dadas”. Es decir, el partido utiliza todas las tácticas en el movimiento obrero, sin embargo, no transforma ninguna táctica de estas en acción predominante (por ejemplo, el parlamentarismo, ni siquiera en momentos de legalidad partidaria).”

Y, finalmente, retomó su tema fundamental de análisis del campo y de las clases sociales rusas en marzo de 1901: E“l partido obrero y el campesinado”:

El texto es un resumen de toda la elaboración de Lenin y el partido sobre la cuestión del campo ruso. Comenzó con una caracterización de la reforma agraria de 1861, que en realidad representó una redistribución de la tierra a favor de los terratenientes. Las tierras campesinas fueron tomadas y distribuidas nuevamente, en peores condiciones y teniendo que pagar mucho por las tierras que eran de los propios campesinos. Pagaron tributo durante décadas, incluido el trabajo para los nobles feudales a cambio de rescatar la tierra. Esta reforma agraria se aplicó con bayonetas a cualquiera que rechazara sus draconianas condiciones. A esto se sumó la opresión de los capitalistas rurales. “Los cuarenta años transcurridos desde la abolición de la servidumbre son un proceso ininterrumpido de proletarización, de lenta y dolorosa extinción del campesinado. El campesino estaba reducido a un nivel de vida miserable: vivía con bestias, vestía harapos y se alimentaba de hierba”. Luego de esta caracterización, Lenin habló de la propuesta para el campo y los campesinos: invitar a los campesinos a unirse con los trabajadores de la ciudad para luchar por la socialización de los medios de producción. Lenin explicó que no se trataba de defender la pequeña propiedad de los campesinos, ya que esto representaba una lucha por el pasado y les daba a los campesinos la ilusión de que el bienestar es posible bajo el capitalismo. Defendió el fin de los pagos de rescate de tierras, la devolución de lo pagado, la superación de las barreras feudales, por ejemplo, el pago en forma de trabajo en lugar de trabajo asalariado. En definitiva, se trataba de llevar la lucha de clases al campo, desarrollar la conciencia política convocando una asamblea representativa, derrocando la autocracia. Para Lenin, no se trataba de llevar a los militantes a agitar en el campo, sino de que los trabajadores de la ciudad apoyaran la causa campesina y pidieran apoyo a la lucha entre los trabajadores de la ciudad, apoyo a la lucha por el socialismo. Los militantes debían concentrarse en las fábricas y los centros industriales porque el proletariado era la única clase que podía garantizar el derrocamiento de la autocracia, y el proletariado sólo podía llevar a cabo esta tarea si contaba con el apoyo del campesinado. Cuando se produjera la unión del proletariado urbano con los campesinos pobres, sería el fin de la autocracia.

En diciembre de 1901, Vladimir Ilich Ulianov escribió su primer artículo bajo el seudónimo de Lenin: “La cuestión agraria y las críticas a Marx”, en el número 2 de la revista Zariá.


[1] Al cabo de unos años se convertiría en el líder de los mencheviques, pero durante este período, en el exilio siberiano, fue, según Lenin, “el único que tomó todo esto [los intereses de la revista y del Partido] con energía y con gran sinceridad”.

[2] Obras Completas, tomo 46, Carta a A.N. Potrésov, 27 de abril de 1899.

[3] Obras Completas, tomo 46, Carta a A.N. Potrésov, 2 de setiembre de 1899.

[4] En francés, en el original.

[5] “Nosotros somos un grupo literario independiente. Queremos seguir siendo independientes. No creemos que sea posible seguir adelante sin fuerzas como Plejánov y el grupo Emancipación del Trabajo, pero nadie está autorizado a concluir de ello que renunciaremos a la menor partícula de nuestra independencia. Eso es todo cuanto podemos decir por el momento a las personas que quieren saber sobre todo cuál es nuestra actitud hacia el grupo Emancipación del Trabajo. (…) Preguntará usted: ¿qué clase de relaciones mantendrán ustedes con la Unión? Por el momento ninguna, porque nuestra decisión irrevocable es seguir siendo un grupo independiente y contar con la más estrecha colaboración del grupo Emancipación del Trabajo.” Carta a un destinatario no identificado, 5 de setiembre de 1900. Tomo 46, p. 45.

Apoyo a la resistencia ucraniana desde Alemania

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Por militantes de la LIT-CI en Alemania, 25 de febrero de 2024

El sábado 24 de febrero tuvieron lugar en distintas ciudades de Europa y del mundo concentraciones y manifestaciones para recordar los dos años de la resistencia ucraniana contra la invasión imperialista de Rusia.

En varias ciudades de Alemania miles de personas salieron a la calle para mostrar su solidaridad con el pueblo ucraniano y protestar contra la invasión rusa. En Bremen la organización ucraniana “Unity Center UA” convocó una concentración y manifestación que comenzó a las 15:00 horas en la Plaza Central del mercado de la Ciudad Vieja. Allí nos concentramos algo más de 1000 personas y partimos en manifestación por la ciudad.

Se podían ver carteles de rechazo a la invasión rusa, de repudio a la pasividad de la UE, de rechazo a Putin o de exigencia de la devolución de los presos de guerra. Se cantaron consignas como: “Rusia fuera de Ucrania”, “Armas pesadas y sistemas antiaéreos para Ucrania” o “Rusia estado terrorista”. En la manifestación participaron también un grupo de exiliados y sindicalistas de Bielorrusia perseguidos por su gobierno, que también vinieron a dar su apoyo a la resistencia ucraniana.

Al finalizar la manifestación se hizo un cierre desde la organización llamando a continuar con la solidaridad y el apoyo a la resistencia.

Como Lit.ci en Alemania seguimos impulsando la campaña de apoyo internacional por la victoria de la resistencia ucraniana y realizaremos esta semana una charla aprovechando la llegada a Bremen del dirigente del Sindicato Independiente de Mineros de Krivih Rih (NPGU), Yuri Samojlov. En este acto podremos charlar con él sobre la actual situación de la resistencia obrera y ver de qué manera podemos continuar apoyando desde Bremen.

El abrazo de Milei y el Papa Francisco

Por Alejandro Iturbe

Luego de su visita a Israel[1], el presidente argentino Javier Milei viajó a Roma y mantuvo una audiencia personal con el papa Francisco, en el Vaticano, durante la canonización de la misionera argentina Mama Antula. ¿Cuál fue el significado político de esta reunión?

Pocos días después, varias organizaciones sociales que garantizan el funcionamiento de los comedores populares o comunitarios (en los que muchos argentinos cubren mínimamente sus necesidades de alimentación) realizaron cientos de cortes de calles reclamando al gobierno de Milei que vuelva a entregarles los alimentos para su funcionamiento ya que este suministro fue cortado desde que asumió[2]. En este artículo analizaremos la relación entre ambos hechos.

La inflación derrota al salario

Desde que asumió, el gobierno de Milei aplica un durísimo ataque al nivel de vida de las masas. Este ataque tiene “dos brazos”: el primero es un brutal ajuste (recorte) de los gastos del Estado para lograr un “equilibrio fiscal”, congelando el salario de los trabajadores estatales y de los docentes, cerrando o reduciendo reparticiones y eliminado varias partidas con destino fijo.

También eliminó diversos subsidios que se otorgaban a determinados servicios para abaratar su precio final al consumidor. Esto significó grandes aumentos del precio del transporte público y de suministros esenciales como el gas y la electricidad domiciliaria. Estos aumentos fueron replicados por las grandes empresas “formadoras de precios” en rubros como alimentación y medicamentos.  Al mismo tiempo, estas empresas calculan sus precios en dólares y luego los “pesifican”. El peso argentino vive un proceso de “licuación” frente al dólar y se devalúa cada vez más. Así se detonó un nuevo salto en la inflación.     

Argentina es un país de alta inflación estructural. Durante el último gobierno peronista, creció aún más, pero desde la asunción de Milei se ha disparado de modo brutal. En diciembre pasado, fue de 25,5% sobre noviembre y un acumulado interanual sobre 2022 de 211,4%. En enero, fue de 20,6% con un acumulado interanual de 254,2%[3]. Aunque son impresionantes, estas cifras esconden el verdadero impacto del aumento de precios sobre el poder de compra de las familias obreras y populares ya que rubros indispensables como alimento, transporte y servicios esenciales han aumentado aún más.

El segundo brazo del ataque del gobierno es que los salarios se actualizan nominalmente muy por debajo de la inflación. Un estudio privado calcula que el aumento salarial promedio para los trabajadores argentinos, en el bimestre diciembre 2023/enero 2024 fue de 38,4% contra una inflación acumulada de 51,9%[4]. Otro estudio previo ya estimaba que “el poder de compra de los argentinos cayó un 13% solo en diciembre [de 2023]”[5]. Actualmente, el salario mínimo legal en Argentina es de 152 dólares, el segundo peor de la región, solo superior al de Venezuela. Incluso el salario de bolsillo de muchos trabajadores industriales, en sectores como alimentación o metalúrgicos, es de 400 dólares, frente a una canasta familiar básica para una familia de cuatro personas (límite debajo del cual se considera “pobreza”), que, en enero, se estimaba en unos 570 dólares (a la cotización actual)[6]. En otras palabras, grandes sectores de la clase obrera argentina que cobran un salario mensual están en la pobreza e incluso en la indigencia. 

Ante la fuerte caída del salario real, algunos sindicatos han comenzado a realizar paros, como el sindicato de los conductores ferroviarios (al que se sumaría la seccional Haedo de la Unión Ferroviaria, dirigida por la izquierda), el sindicato de Sanidad (trabajadores de hospitales privados y laboratorios de medicamentos)[7], A ello, se suma el de los trabajadores aeronáuticos[8], el de los trabajadores portuarios[9] y el diversos sindicatos docentes[10]. En el contexto actual, los conflictos por sindicato (e incluso por empresa) pueden extenderse aún más y generalizarse.

Por su parte, la CGT (el aparato que nuclea a los sectores centrales de la burocracia sindical peronista) se vio obligada a llamar al paro, al que le sucedió una gran movilización, el 24 de enero pasado, sin integrarlo en un plan de lucha. Ahora, ante el pequeño aumento del salario mínimo que decretó el gobierno, “amenaza” con la “posibilidad” de llamar a un nuevo paro[11].

Crece la pobreza

Esta caída del poder de compra del salario se refleja en un importante aumento de la pobreza en el país. Sus cifras ya eran muy altas durante el último gobierno peronista pero han dado un nuevo salto desde que asumió Milei y comenzó a aplicar su plan.

Un informe reciente del Observatorio Social de la UCA-Universidad Católica Argentina (cuyos estudios son considerados muy serios) indicó que, en enero de 2024, un 57,4% de la población argentina estaba por debajo de la “línea de pobreza”. Esto significa que 27 millones de personas no conseguían cubrir una canasta básica completa. Es el porcentaje más alto de la serie iniciada en 2004, cuando el índice de pobreza fue de 54%[12].

En una comparación de corto plazo, el informe indica que, en el tercer trimestre de 2023 (período final del gobierno anterior), el índice era 44,7% y en diciembre de 2023, cuando asumió Milei, llegó a 49,5%. Nuevamente, es muy posible que las nuevas medidas del gobierno agraven aún más el porcentaje más reciente. Un sector cada vez mayor de la clase trabajadora argentina cae en la pobreza porque, como vimos, su salario no alcanza a cubrir completamente sus necesidades.

También la indigencia y el hambre

En el marco de este crecimiento de la pobreza, crece también la indigencia, cuyo valor de referencia es el acceso una canasta alimentaria básica que no incluye ningún otro tipo de gasto esencial (transporte, gas, electricidad, vestimenta, etc.). En enero pasado, se calculaba en 265 dólares mensuales.

El informe de la UCA “proyecta que la población en situación de indigencia pasó de 9,6% en el tercer trimestre de 2023 a 14,2% en diciembre de 2023 y a 15% en enero de 2024”.Es decir, siete millones de argentinos están en esta situación. Si se consideran otros criterios, como la necesidad de recibir ayudas sociales del Estado, en enero de 2024, la indigencia habría sido de 23,8%.

En el marco de la indigencia, crece el hambre. La organización social latinoamericana La Poderosa, estimaba en noviembre pasado que “unos diez millones de argentinos y argentinas necesitan algún tipo de asistencia alimentaria”[13]. Una cifra que ha aumentado en estos meses.

Los comedores comunitarios

Este déficit alimentario era cubierto parcialmente por la actividad de 38.000 comedores comunitarios en los que trabajan unas 70.000 personas (especialmente mujeres cocineras) que no reciben ningún salario legal. Algunos de estos comedores llegan a atender 100 personas por día, especialmente niños, a los que les proporciona merienda, almuerzo y/o cena, como Tacitas Poderosas que funciona dentro de la gigantesca Villa 31 en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires[14].

Estos comedores funcionaban gracias a un equilibrio muy precario: recibían partidas de comida del Estado o donaciones. Para los gastos fijos, como el alquiler del local (si es el caso), el costo de las garrafas de gas para cocinar y la electricidad, realizan colectas y rifas, o venden algunos productos alimenticios artesanales que se fabrican en ellos con un esfuerzo adicional de quienes trabajan.

Algunos han surgido de una organización del propio barrio, otros son garantizados por ONGs como la ya citada La Poderosa y, finalmente, muchos son coordinados por las llamadas “organizaciones sociales” provenientes del movimiento piquetero, como Barrios de Pie, Libres del Sur o la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular), impulsados por organizaciones políticas que se ubican en el área de influencia del peronismo, y también muchos organizados por los llamados “piqueteros de izquierda”.

La política y las medidas del gobierno de Milei han agravado el cuadro de hambre y aumentado la demanda de estos comedores: “Los movimientos sociales que manejan muchos de estos centros aseguran que, entre diciembre y febrero, aumentó al menos 50% la cantidad de personas que acuden”[15].

Al mismo tiempo que aumentan las necesidades de estos sectores, el gobierno de Milei dio un golpe aún más duro contra los comedores: les suspendió todos los envíos de comida, de cualquier auxilio financiero, y generó una situación en la que muchos ya no pueden funcionar.  “Hoy no sé si llegamos”, dijo Carina López del comedor Las hormiguitas viajeras de Loma Hermosa, un barrio del Gran Buenos Aires[16].

En este marco, varias organizaciones realizaron una actividad frente al Ministerio de Capital Humano: se formó una fila de más de dos kilómetros pidiendo entrevistarse con la ministro Sandra Pettovello para que se reanude la ayuda alimentaria a los comedores. Petovello no recibió a nadie y, hasta ahora, los envíos no se han reanudado.

El vocero del gobierno justificó esta actitud diciendo “No queremos más intermediarios, no queremos más negocios con los pobres. Queremos que la ayuda le llegue a quien la necesite”. Esta imagen de miles de personas con hambre esperando en la calle y de la funcionaria del gobierno que debía atender ese pedido (vestida con costosas ropas de marca) negándose a recibirlos recorrió el país y el mundo como una imagen muy expresiva de la realidad argentina.

Como vimos al inicio han vuelto a movilizarse, ahora de modo más radicalizado: con cortes de calles y varios de esos movimientos anunciaron una nueva jornada de luchas en la que irán a los grandes supermercados a exigir la entrega de comida[17].

Comprar sobras y descartes

Hasta aquí, la política del gobierno de Milei parecía tener como objetivo reducir “gastos” del Estado y, al mismo tiempo, quitarle la base de apoyo e influencia política a organizaciones sociales que se ubican en la oposición para asumir directamente la tarea y lograr para sí un beneficio político “clientelista”.

Rápidamente quedó claro otro objetivo diferente: transformar el hambre en ganancia para las grandes empresas productoras y distribuidoras de alimentos. Con la excusa de que el anterior gobierno “compraba caro” y “sin transparencia” (lo que contiene una parte de verdad) ha decidido cambiar el mecanismo de licitación para las compras, que ya no se harán globalmente y con un cierto criterio de equilibrio alimenticio global sino que “los oferentes [podrán] concursar de manera parcial por cada uno de los renglones de lo que se busque adquirir”. Para ejemplificar este mecanismo y mostrar sus beneficios, Pettovello declaró que “Si una empresa o distribuidora tiene un excedente de 50.000 latas de tomates, puede ofertar por eso, y […] así se va comprando a los que ofertan más barato”.

Pero el verdadero trasfondo es muy diferente, como explicó un analista económico: “De esta manera, las empresas podrán ubicar sus sobras y descartes, también llamados ‘excedentes de producción’, a un precio bajo, tal y como aquellos que se venden, puerta a puerta, en los colectivos y en la vía pública, chocolates y golosinas próximas a caducar. Productos que no se deberían poder vender, ahora tienen un destinatario”[18].

Es decir, gracias a esta medida del gobierno de Milei, las empresas evitarán pérdidas y obtendrán ingresos adicionales.

A Milei se le complicaron las cosas

En el marco de seguir desarrollando su brutal ataque al nivel de vida de las masas, al gobierno se le están complicando mucho las cosas. La aprobación de su paquete de medidas legislativas (la Ley Ómnibus) está trabado en el Parlamento y no hubo “período de gracia” por parte de sectores importantes del movimiento de masas. A menos de dos meses de su asunción ya ha habido muchos cacerolazos en los barrios y movilizaciones (algunas muy grandes, como la del 24 de enero pasado)[19].

El segundo factor es que hay una profunda crisis política en la burguesía y en sus organizaciones con representación parlamentaria e institucional (gobernadores e intendentes), con una tendencia a rupturas y fragmentación en todas ellas y, al mismo tiempo, nuevos reagrupamientos. El conjunto de la burguesía argentina está a favor de la esencia de la política de Milei: la necesidad de un feroz ajuste a las masas y el Estado, y la subordinación al FMI y el imperialismo. Pero está dividida tanto sobre cómo enfrentar el choque con las masas como sobre quiénes recibirán los beneficios de este ajuste y sobre cuáles costos va a pagar cada sector burgués

Si el proceso de lucha contra el gobierno de Milei no es más agudo y acelerado es porque las distintas fracciones del peronismo (incluido el kirchnerismo) tienen la política de llamar a su base a no enfrentar al gobierno en la calle y dejar que gobierne y “se queme”, para capitalizar su desgaste en futuras elecciones[20]. Es lo mismo que hizo en 2017 durante el gobierno de Macri.

En este contexto, el gobierno de Milei “redobla la apuesta” de su ajuste y su ataque: ya anunció nuevos aumentos del transporte público y de los servicios, y cortó el envío de fondos federales a las provincias, cuyos gobernadores, en muchos casos, no podrán pagar los salarios de los trabajadores estatales y docentes. Luego de la brutal caída del nivel de vida de la población, anunció que marzo y abril serán todavía “más duros”[21],

Entonces, crece el sector de la población que lo votó y ha comprendido el verdadero significado de la propuesta de Milei, de “total libertad para los mercados”, y ya no cree en la promesa de Milei sobre que después del “sacrificio” vendrán “tiempos mejores”. Como resultado, decreció rápidamente el apoyo político al gobierno.

Con su promesa de “cambiar las reglas del juego”, Milei obtuvo un 56% de apoyo electoral, y el día que asumió (10 de diciembre pasado) una encuesta indicaba que 60% de la población tenía una “imagen positiva” del nuevo presidente. Recientemente, una encuesta realizada por la empresa Zuban Córdoba en todo el país, el 13 y el 14 de febrero, mostró que 44,6% “aprueban la gestión del presidente” y 55% la desaprueban. Lo mismo sucede cuando la pregunta es “si el gobierno va en la dirección correcta o equivocada”[22].

En esa misma encuesta, solo 34,3% se manifestó a favor de que la Ley Ómnibus sea aprobada “sin objeciones”, 46,7% quiere que sea rechazada, y 17,5% respondió que, más allá de votar a favor o en contra, los legisladores “deberían ponerle límites a Milei”. En dos meses, Milei perdió entre 10% y 15% de apoyo, una pérdida que seguramente aumentó después que anunció nuevos aumentos de tarifas y que se “venían meses más duros”.

Milei y el Papa se “reconcilian” 

Muchos analistas han señalado que este aumento del hambre y la crisis del sistema de comedores representan una “bomba de tiempo”, por la posibilidad de que, si no hay algún tipo de respuesta, la situación genere un estallido social y/o saqueos como ya ha sucedido otras veces en el país, en el pasado. La propia Iglesia católica había advertido al gobierno de Milei sobre este peligro[23]. Más aún si esta dinámica se combina con una expansión de conflictos por el salario y el enfrentamiento de las provincias con el gobierno nacional[24].

Hasta ahora, el gobierno de Milei, además de agravar las condiciones objetivas con sus medidas, parecía “encerrado en sí mismo” frente a esta situación y este peligro, al que solo ha respondido con su “protocolo antipiquetes”, una política que implica un “choque en crudo” con las masas y un alto riesgo de fracasar[25].

Ahora, el gobierno parece haber comenzado a percibir que existe una olla a presión en el país y que puede necesitar ayuda para contener su estallido, ya que no tiene una “red de contención” propia (con la que sí contaba y cuenta el peronismo). Por eso, pidió la ayuda de Francisco y de la Iglesia en esta tarea de contención. Ya en una carta personal que Milei había enviado al Vaticano, invitaba a Francisco a viajar al país para que su visita diera “frutos de paz, hermandad y unidad”[26].

Por ahora, el Papa no viajará a la Argentina, pero la audiencia personal que tuvo con Milei fue una reunión de “reconciliación”. Durante su campaña electoral, Milei había acusado a Francisco de ser un “imbécil” y un “izquierdista asqueroso”, en tanto el Papa y la Iglesia argentina “jugaban” a favor de la candidatura del peronista Sergio Massa[27]. En la audiencia, Milei le “pidió perdón” y Francisco se lo concedió. Ya el año pasado, cuando se conoció el triunfo electoral de Milei, lo había llamado para felicitarlo, “le envió un rosario bendecido y le pidió que tuviera ‘coraje y sabiduría’ durante su gestión’”[28].

La Iglesia entra en el juego

Desde el lado de Milei, este “pedido de perdón” significó en realidad un “pedido de ayuda”. Del lado de Francisco, muestra que la Iglesia está dispuesta a jugar ese papel y poner todo su aparato y su influencia en el país al servicio de la “pacificación” (es decir, de contener los procesos de luchas). Una influencia que, en Argentina, incluye también su relación con movimientos sociales como la UTEP, cuyo principal dirigente, Juan Grabois, mantiene una estrecha relación con Francisco desde hace años[29]. Recordemos también que, durante su carrera eclesiástica en la Argentina, el actual Papa tenía una fuerte relación con la derecha peronista.

En el marco del capitalismo imperialista, la Iglesia católica es uno de los grandes poderes de la economía mundial. Esto se ve complementado con su gran influencia política internacional, y en muchos países. Desde la asunción de Francisco, ha asumido un perfil de denunciar las peores consecuencias del capitalismo imperialista y llamar a “corregirlas”. Al mismo tiempo, actúa para evitar que las respuestas de las masas a esa situación se desborde, se radicalice y avance hacia una cuestionamiento global del capitalismo imperialista con sus permanentes llamados (y su acción) por la “paz” y la “hermandad”[30]. Hoy, Francisco está dispuesto a jugar ese papel en Argentina, al servicio de “ayudar” al gobierno de Milei.

Aquí entra el tema de la crisis del suministro de comida a los comedores comunitarios por parte del Estado, y su funcionamiento. La Iglesia católica argentina sí posee la estructura necesaria para garantizar su funcionamiento y evitar una dinámica de estallido social. A cambio, seguramente, ha pedido ser quien centralice y controle todo el proceso.

Por un lado, para impedir que ese papel (o parte de él) sea jugado por las iglesias evangélicas (con quienes mantiene una dura disputa por la influencia popular), a quienes el gobierno de Milei se había acercado[31]. Quiere el “monopolio” para sí. Por el otro, quiere “morder” en el “negocio” de la entrega de comida.

La Iglesia argentina ya tiene grandes privilegios económicos legales, como las exenciones impositivas por los ingresos que obtiene por sus actividades y también por sus propiedades. El tema de la comida para los “hambrientos” también es un negocio. De hecho, la Iglesia tiene una institución (Cáritas) para las actividades de “beneficencia”. Cáritas Argentina ya ha comenzado a recibir fondos del gobierno para intervenir en el tema de la comida[32]

¿Cómo resolver el problema del hambre en Argentina?

Esta pregunta debe ser respondida es dos planos. El primero es el inmediato: ¿cómo garantizar el funcionamiento de un sistema de comedores populares que asegure que millones de argentinos puedan tener al menos una alimentación básica diaria y evitar que enfermen o mueran de hambre? El punto de partida es que el Estado garantice el suministro de comida y los fondos necesarios para su funcionamiento.

Resolver este primer plano sería muy fácil. Según el estudio ya citado de La Poderosa: “La inversión social requerida representaría un presupuesto global equivalente a menos de 0,07% del producto interno bruto nacional, 10% de lo destinado a servicios de inteligencia o a 0,14% de los servicios de deuda previstos en el presupuesto 2023”[33].

Es decir, bastaría dejar de pagar la fraudulenta deuda externa y destinar una pequeñísima fracción de lo que es robado del país con ese pago para que los comedores comunitarios puedan funcionar sin sobresaltos. Pero ninguno de los gobiernos burgueses, ni Macri ni el peronismo (y, menos aún, Milei) han estado dispuestos a dejar de pagar la deuda externa, romper con el FMI y dejar de cumplir sus exigencias.

Al mismo tiempo, para resolver la situación que da base a la necesidad de estos comedores (la pobreza y la indigencia de los trabajadores) es necesario luchar por un inmediato aumento de que lleve el salario mínimo al valor de una canasta básica completa, es decir a 570 dólares.

El segundo plano es mucho más estructural y requiere medidas mucho más de fondo. Argentina es un país de 48 millones de habitantes, que produce alimentos que pueden satisfacer las necesidades de 400 millones de personas[34]. Sin embargo, como consecuencia de su sometimiento al imperialismo, que la saquea, sólo un puñado de terratenientes (que domina la producción agropecuaria), un puñado de empresas exportadoras de granos (la mayoría de propiedad extranjera) y de grandes empresas industriales de alimentos se beneficia de esa gigantesca producción, en un modelo de acumulación cuyo centro es la exportación de la que obtienen grandes ganancias[35].

El resultado es que los alimentos son cada vez más caros en el país y 10 millones de argentinos pasan hambre. Es la consecuencia del capitalismo imperialista y de cómo este funciona en el país, con todos los gobiernos burgueses. La política de Milei sólo exacerbó esta base de fondo.

Por eso, para resolver con profundidad el problema del hambre en la Argentina, en el tema de los alimentos, también es necesario “expropiar a todas las empresas multinacionales, a las grandes empresas capitalistas nacionales [y a los terratenientes], dejar de pagar la deuda fraudulenta, y poner todos los recursos al servicio de un plan económico obrero y popular”. Un plan que debe ser centralizado desde el Estado y cuyo objetivo no sea las ganancias de los terratenientes y de los monopolios y el pago al FMI, sino que tenga como prioridad la satisfacción de las necesidades de los trabajadores y el pueblo. En este caso, el acceso a una alimentación segura y completa[36].


[1] ¿A qué fue Milei a Israel? – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[2] https://www.pagina12.com.ar/714883-organizaciones-sociales-realizaran-este-viernes-500-cortes-e

[3] https://elpais.com/argentina/2024-02-14/argentina-comienza-2024-con-una-inflacion-del-206-solo-para-enero.html

[4] La licuadora y la recesión: se agudiza la crisis de los salarios y prevén mayor deterioro (ambito.com)

[5] Ver nota 5.

[6]  Canasta básica: cuánto necesitó una familia para no ser pobre en enero | TN

[7] Paro de trenes: a qué líneas afecta y hasta qué hora no habrá servicios este miércoles 21 de febrero | TN

[8] Quiénes adhieren al paro de trabajadores aeronáuticos y cómo afectará a los vuelos este miércoles | TN

[9] Estibadores anunciaron un paro nacional para el día lunes en los puertos del país – El retrato de Hoy

[10] Paro nacional en escuelas y universidades contra el ajuste de Milei – Diario El Ciudadano y la Región (elciudadanoweb.com)

[11] Otra vez, Pablo Moyano amenaza con un nuevo paro general – Estación Claridad (estacionclaridad.com.ar)

[12] https://www.resumenlatinoamericano.org/2024/02/17/argentina-un-estudio-de-la-uca-confirma-que-en-los-dos-primeros-meses-de-milei-la-pobreza-ha-llegado-al-574-por-ciento/

[13] Mujeres, pilares de la economía popular | Diario El Norte

[14] https://elpais.com/america-futura/2023-04-19/las-cocineras-que-alimentan-a-millones-de-argentinos-quieren-ser-reconocidas-por-la-ley.html

[15] https://www.swissinfo.ch/spa/comedores-populares-de-argentina-en-crisis%3a-sin-comida-y-con-m%c3%a1s-gente-para-atender/72577734#:~:text=Los%20movimientos%20sociales%20que%20manejan,Sur%2C%20que%20coordina%20este%20comedor.

[16] https://www.cadena3.com/noticia/nuevo-gobierno/pettovello-no-recibio-a-manifestantes-que-fueron-a-capital-humano-no-los-cite_379999

[17] Movimientos sociales protestarán en supermercados por la entrega de alimentos | Perfil

[18] https://infobaires24.com.ar/sobras-descartes-estrategia-pettovello-comida-pobres/

[19] Argentina | Lo que dejó el paro del 24 – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[20] El peronismo se reorganiza para salvar a Milei – PSTU

[21] Javier Milei advirtió que el momento más duro va a ser en marzo y abril | Infocielo

[22] https://www.iprofesional.com/politica/398079-encuesta-reveladora-se-desploma-la-imagen-de-javier-milei-por-ley-omnibus

[23] La Iglesia reitera su reclamo por alimentos para comedores populares (iprofesional.com)

[24] La rebelión patagónica se extiende a todo el país – Infobae

[25] Los trabajadores dijimos NO al “protocolo antipiquetes” – PSTU

[26] Milei le prende velas al Papa: lo invitó a la Argentina y dijo que su presencia contribuirá a la unidad | La carta que le envió | Página|12 (pagina12.com.ar)

[27] https://www.lanacion.com.ar/politica/elecciones-2023-las-criticas-de-milei-al-papa-francisco-segun-the-new-york-times-palabras-osadas-nid16102023/

[28] https://www.pagina12.com.ar/694802-que-dijo-el-papa-francisco-de-javier-milei-y-sobre-su-visita

[29] Con el Papa. El Vaticano oficializó a Grabois como miembro de un ministerio – LA NACION

[30] https://litci.org/es/la-iglesia-catolica-no-tiene-el-derecho-de-ser-la-voz-de-los-pobres/

[31] https://www.lapoliticaonline.com/politica/milei-se-bolsonariza-y-terceriza-con-evangelistas-la-ayuda-alimentaria/

[32] https://www.infobae.com/politica/2024/02/07/tras-el-reclamo-de-la-iglesia-el-gobierno-renovo-con-caritas-un-acuerdo-por-310-millones-para-alimentos-para-comedores/

[33] https://elpais.com/america-futura/2023-04-19/las-cocineras-que-alimentan-a-millones-de-argentinos-quieren-ser-reconocidas-por-la-ley.html

[34] ¿La Argentina produce alimentos para 400 millones de personas? | Biodiversidad en América Latina (biodiversidadla.org)

[35] Ver, por ejemplo: ¿Quiénes son los verdaderos dueños de la comida en la Argentina? | El Destape (eldestapeweb.com) y

Quiénes son los 20 mayores terratenientes de la Argentina – Punto de Partida (puntodepartidatv.com)

[36] Hay una alternativa al plan de Milei – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

Ucrania ante la invasión rusa: Agredida por un imperialismo y chantajeada por otros

Por Tarás Schevchuk

Como definimos desde el inicio, Ucrania libra una guerra de liberación nacional partiendo de su condición de país semicolonial. Por eso objetivamente enfrenta a todos los imperialismos y al sistema capitalista en su conjunto. Y las masas ucranianas -en especial la clase obrera- chocan cada vez más con su dirección política y militar burguesa, proimperialista y prosionista, que sirve además a los intereses de los diversos clanes de oligarcas locales. A dos años del  inicio de la guerra de resistencia a la invasión y ocupación, las clases explotadas viven una dolorosa experiencia y están ante el gran desafío de superar las falsas ilusiones en el apoyo de «Occidente» y avanzar hacia la revolución social, aunque el significado del “socialismo” para la mayoría de los que resisten al invasor está envenenado por la memoria del estalinismo, que degeneró y finalmente derrumbó la URSS y que nuevamente traicionó a través de los partidos herederos del PCUS, como el PCU, PSPU y otros satélites, que en el 2014 apoyaron la anexión rusa de Crimea o actuaron como agentes de la invasión y partición del Donbass. En síntesis, la guerra de Rusia contra Ucrania ya lleva 10 años.

La clase obrera armada fue el factor esencial que permitió a Ucrania resistir dos años la agresión de una de las mayores potencias militares y la heroica resistencia de las masas. Fueron la iniciativa y la auto organización de las masas las que lograron rechazar la invasión de la ciudad y la región de Kiev y hacer retroceder a los ocupantes que invadieron desde la frontera Norte. En la región de Kiev y otras ciudades, el pueblo se movilizó exigiendo la entrega de armas. Al principio el gobierno intentó controlar la entrega. Pero decenas de miles fueron tomadas por los voluntarios. Eso obligó a la Rada a dictar una ley para la tenencia de armas por la emergencia de la guerra. Desde marzo del 2022, la clase obrera, alistada masiva y voluntariamente, constituyó el sujeto social fundamental de las tropas en combate. Al inicio fue la organización de las brigadas de Defensa Territorial. Después se fueron centralizando y disciplinando bajo el comando militar de la FDU. Aún con esas transformaciones y distorsiones, asistimos en estos dos años a una inmensa de ofrenda de vidas por defender la causa de la libertad, que ya representa una hazaña histórica.

Todo esteenormeproceso extraordinariamente progresivo choca con un primer obstáculo: el gobierno Zelensky, que es el agente de turno de la colonización imperialista. Este gobierno asumió en 2019 y fue el segundo –el primero fue el magnate Poroshenko– surgido de la política de reacción “democrática” aplicada por la burguesía imperialista para desviar el inmenso ascenso de masas que protagonizó la insurgencia del Maydan, que derrotó el intento bonapartista del presidente Yanukovich y lo obligó a huir y refugiarse en Rusia. En los meses previos a la invasión, Zelensky y su partido “servidor del Pueblo” ya se habían desacreditado profundamente por sus políticas neoliberales y la pérdida de la soberanía del país. Cuando comenzó la invasión sólo recibió un provisorio crédito cuando decidió quedarse en el país y no huir. Pero con el paso de estos años y las duras pruebas que soporta Ucrania, surgen cada vez más profundos cuestionamientos a su rol como jefe de estado de un país en guerra y mucha desconfianza a sus políticas internas e internacionales. Por supuesto, que este gobierno agente de la colonización del país es incapaz de garantizar su integridad territorial.

Además, el abierto apoyo de Zelensky a la ocupación genocida sionista de Palestina, aisló aún más la lucha del pueblo ucraniano contra la agresión y ocupación rusa, causando una ola de repulsa entre los pueblos del Cáucaso que habían expresado activa solidaridad con la resistencia ucraniana e incluso destacado combatientes voluntarios. 

Por otro lado, desde octubre pasado, la nueva evidencia del tradicional rol asesino del imperialismo yanqui y de la OTAN con su incondicional apoyo prioritario al verdugo sionista Netanyahu, coloca al chacal Putin y sus crímenes de guerra y bombardeos permanentes a la población civil ucraniana, en un segundo plano. Y esta realidad es aprovechada por el aparato mediático internacional financiado por el régimen ruso.

Avdiivka y la dimisión de Zaluzhny

El chantaje del imperialismo de EEUU y la UE están en el centro de las causas y factores que generaron y detonaron el relevo de Zaluzhny y, que semanas después obligaron a la caótica retirada de las tropas ucranianas de Avdiivka. Ambos hechos están íntimamente ligados. Porque Zaluzhny con sus resonantes entrevistas a medios imperialistas desnudó ante el mundo que la tan mentada «contraofensiva» de otoño en el Sur no podía llevarse a cabo sin aviones y un cambio cualitativo en el armamento. Y justificó su permanente mayor cautela en los frentes como Bajmut o Avdiivka para salvar vidas y minimizar bajas ante la permanente falta de municiones, de armamento con nueva tecnología y artillería de largo alcance. Con el relevo de Zaluzhny fueron reemplazados una cantidad significativa de generales más. El malestar en las fuerzas armadas se hizo sentir. La figura política de Zaluzhny es una de las más populares en Ucrania. Su relevo sin una nueva ubicación clara en el régimen alimenta más especulaciones. Continúa la crisis en el mando militar en medio de una guerra que exige cada vez más alta moral de combate. Y esa moral en toda la cadena de mando está hoy en desgaste permanente.

Para ilustrar la indignación de los militares veteranos reproduzco textualmente las duras expresiones de Roman Svitan, coronel de aviación retirado, que combatió años desde el 2014, defendiendo Ucrania de la agresión rusa en Donbass:

“Llevo dos semanas diciendo que si abandonamos Avdiivka será sólo porque no hay suficiente munición. Esto es una perogrullada. Sólo se podía abandonar así una zona bien fortificada por razones de fuerza mayor. El componente primero y fundamental: la ausencia de aviación. Segundo: la total ausencia de proyectiles, de balas. Esta escasez se siente ahora en toda la línea del frente. Naturalmente, la culpa de esto la tiene nuestra dirección político-militar. Todavía no tenemos proyectiles de artillería. ¡Y durante los 30 años de independencia de Ucrania, todo el «liderazgo» político ni siquiera ha creado reservas serias! Y los que estaban en el gobierno permitieron que se detonaran sin reponerlos. Y en dos años de guerra aún no se ha creado la producción de proyectiles de calibres necesarios.

La segunda razón es la falta de asistencia que nuestros “garantes” estaban obligados a brindarnos en virtud del Memorandum de Budapest. Su problema es que asumieron ciertas obligaciones que no cumplieron. Escondiéndose detrás de juegos políticos internos de EEUU, prácticamente regalaron Avdiivka a Putin antes de las elecciones, creando para él condiciones fáciles para una “reelección” más. ¡Pero lo más probable es que todo esto sea algún tipo de acuerdo entre Biden y Putin, a través de Burns (Director de la CIA) y Sullivan (Secretario de Seguridad), grandes amantes del vodka ruso!

Y al final perdemos territorio, perdemos una zona fortificada poderosa y seria y un trampolín para una mayor liberación de Donbass. Lo importante es que perdimos la vida de nuestros combatientes defensores, que podrían haber mantenido esta cabeza de puente y, en principio, haber llevado a cabo otras acciones. Ahora todo es mucho peor: perdimos territorio y vidas, y luego perderemos 10 veces más fuerzas y recursos para liberar las posiciones perdidas”…

El nuevo jefe militar Oleksandr Sirsky es llamado «carnicero», porque en función de lograr objetivos militares da órdenes con mano de hierro, sacrificando vidas y equipos bélicos, con un ejército en condiciones de penuria de armamentos que impone el imperialismo. En ese sentido, al igual que Zelensky, Sirsky parece adaptarse mejor a la perversa política imperialista, expresada en los medios internacionales, de acentuar los reveses militares de Ucrania –como Avdiivka– por un lado y ocultar que se deben a la práctica suspensión de suministros militares. Y así continúan desde hace meses, esperando lograr que una significativa porción de las masas acepte negociar las concesiones territoriales a Rusia por las que viene presionando desde hace un año. Pero hasta ahora más de un 75% de los ucranianos de casi todas las regiones rechazan esa posibilidad.

La clase obrera es la vanguardia en la defensa armada de la independencia del país. ¡Pero vemos lo opuesto desde el aparato represivo del estado burgués! Es el caso del Cuartel de la fuerza policial antimotines de la ciudad de Dnipro, la capital de la región de Dniepropetrovsk, cuyos efectivos rechazaron ir al frente de batalla bajo el argumento de «no tener instrucción de combate», cuando esos profesionales “custodios del orden público” portan armas y se entrenan en el combate para enfrentar violentamente a las manifestaciones obreras y populares. Y este no es un caso aislado.

La colonización imperialista agudiza la crisis del régimen ucraniano

Las presiones de EEUU, la UE y el FMI, no sólo producen crisis en la esfera militar, sino en el conjunto de las instituciones del régimen. Pues la crisis desde la revolución del Maydan en 2014 fue desviada y amortiguada, pero no cerrada. Y todo parece indicar que entramos en una nueva agudización desde el cese de Zaluzhny como jefe de las Fuerzas de Defensa de Ucrania FDU. Y en esta agudización incide el agravamiento de las condiciones de vida y el aumento de la desigualdad económica y social en estos dos años. Crisis en el frente y crisis en la retaguardia. Y aumento sin límites del saqueo imperialista, en especial de recursos naturales y tierras fértiles. Un dato de ese saqueo: una cantidad de 2,8 millones de hectáreas de tierras fértiles, comparable a un tercio del territorio ocupado por Rusia son propiedad y explotadas por corporaciones imperialistas: Kernel y Indusrial Lacteos MMK de Luxemburgo,  TNA Corporate Solution y NCH Capital de EEUU, Astarta Holding de Holanda, PIF Saudí de Arabia Saudita y varias corporaciones con matriz en Chipre, cuyos capitales pueden ser asociados con oligarcas ucranianos.  

Federación Rusa: La falsa imagen de solidez del régimen del FSB-Putin

La complicidad de los imperialismos con la agresión del régimen de Putin a Ucrania quedó en evidencia en 2014 cuando anexaron Crimea con un operativo comando y simularon que “era una decisión democrática de la mayoría rusa”.  Siguió con las negociaciones y “acuerdos de Minsk” que además legitimaban la partición del Donbass. Ahora, ante la invasión rusa en gran escala que provocó la mayor guerra en Europa desde la segunda posguerra, esa complicidad queda doblemente al desnudo. Empezando por las constantes violaciones de las “sanciones” decretadas por las instituciones imperialistas, por parte de sus propias corporaciones y empresas subsidiarias, que siguieron e incluso aumentaron sus negocios con Rusia. Pero también, por la falsa imagen de fortaleza del invasor y ocupante de Ucrania, que se transmite en todos los medios mundiales, a pesar de la fragilidad puesta de manifiesto en el estricto terreno militar. Y la preocupación y cuidado que tuvieron todas las potencias en junio de 2023, cuando estalló el motín militar de Prigozhin y sus mercenarios, que hizo tambalear al régimen de Putin.

El régimen policíaco del FSB imperante en la Federación Rusa se recuperó relativamente de aquel momento de extrema fragilidad. Prigozhin oficialmente “fue muerto en un accidente aéreo”, fue disuelta su empresa militar “Wagner” y muchos de los jefes militares, sospechosos de estar implicados en la rebelión tuvieron un destino incierto. Pero la inestabilidad se expresa en que ante la proximidad de las elecciones presidenciales, en las que Putin se presenta para un nuevo mandato hasta el 2030, fueron impedidas todas las candidaturas presidenciales que pudieran representar cierto canal “no oficial” para expresar el descontento dentro del régimen. Y el asesinato del principal opositor Alexey Navalny, que cumplía una larga condena en el Círculo Polar, representa un “feroz mensaje” que refleja la debilidad más que la fuerza de ese régimen.

A pocos días de ese hecho, cuando aún los medios mundiales debaten sobre Navalny, murió repentinamente Ivan Sechin, de 35 años. El motivo de la defunción fue diagnosticado: “desprendimiento de un trombo”, paradójicamente el mismo que Navalny. ¿Quién es este joven que murió en su “dacha” ubicada en una selecta región reservada sólo para las élites? Es el hijo de Igor Sechin, director de la petrolera Rosneft y uno de los oligarcas del círculo íntimo de Putin. Igor Sechin le negó todo acceso a los servicios del estado y encargo la investigación de la muerte de su hijo a los servicios de seguridad de la petrolera. Una vez más el régimen putinista desnuda su “canibalismo político”.

En el terreno de las masas las penurias de este invierno se han multiplicado. A pesar del inmenso ingreso de divisas por exportaciones de gas, petróleo, fertilizantes químicos y la cosecha de cereales, en una gran parte saqueados a Ucrania, estos recursos se dedican al presupuesto de la enorme máquina e industria militares. Esto produce una creciente pobreza y privaciones deficiencias tremendas en las asignaciones a la salud y educación públicas. Y también hubo serios problemas de abastecimiento de alimentos básicos en este invierno, como la “crisis de los huevos”, que trajo malestar. Por otro lado el deterioro de la infraestructura dejó sin calefacción y congelándose a decenas de miles de personas en zonas residenciales. Por lo que, aun teniendo en cuenta el régimen de represión imperante, se produjeron protestas relativamente numerosas en grandes centros como el extenso y poblado suburbio de Moscú. Aunque no podemos hablar de movilizaciones generalizadas, la crisis y la incipiente protesta social tienen raíces en que la guerra se ha cobrado 350 mil vidas –sin contar los miles de mercenarios muertos– y otros cientos de miles de mutilados. Son hechos que ya no se pueden ocultar bajo el perverso seudónimo de operación militar especial. En vísperas de elecciones el régimen evita hablar de reclutamiento masivo y prioriza la cacería de trabajadores migrantes y regiones periféricas bajo la forma de contratos.

La opresión gran rusa sobre otras numerosas nacionalidades es el factor más dinámico que señala uno de los puntos más vulnerables de la Federación Rusa. La guerra fue agudizando al extremo la opresión histórica de las decenas de pueblos y nacionalidades no rusas de la FR, con el envío masivo al frente de hombres que en algunos casos configura un exterminio étnico. El hartazgo y odio creciente se ha manifestado con agudeza en distintos puntos de la extensa geografía de Rusia. En el 2022 fue Daguestán, después Yakutia y otros. El estallido más reciente fueron los enfrentamientos en la república autónoma de Baskortostán, al Este de los Urales, una numerosa nacionalidad conocida como Bashkiria, mayoritariamente de religión musulmana. Hubo mítines de varios miles y sangrientos enfrentamientos con el OMON (fuerza federal de choque) en medio de la estepa helada por la detención y condena en juicio amañado a un activista nacional Bashkir, que venía denunciado la profanación por megaproyectos extractivos de montañas que son tradicionales santuarios religiosos.

No vemos, como lo más probable a corto plazo, un proceso generalizado de movilizaciones. Sin embargo, el régimen del FSB-Putin enfrenta una profunda crisis, que aparece casi oculta para la mayoría del mundo por la complicidad de todos los imperialistas por diversas y hasta contradictorias motivaciones internas y geopolíticas.

El juego de intereses en el marco de la crisis del orden mundial.

No es objetivo de esta nota detallarlas. Pero los motivos de EEUU fueron enunciados hace tiempo por el decrépito ideólogo contrarrevolucionario, Henry Kissinger. Él alertaba que una contundente derrota de Putin podría producir una desestabilización del inmenso espacio Euroasiático, que complicaría aún más mantener la hegemonía yanqui. La ocupación sionista de Gaza y el genocidio en Palestina desatado desde octubre pasado afecta a todo el dominio en Medio Oriente y eso agudiza la crisis del régimen bipartidista yanqui y debilita aún más la pretendida reelección de Biden y les da mayores márgenes a los chantajes republicanos que paralizan la ayuda a Ucrania y dan aire a las aspiraciones de Trump. Los imperialismos de la UE siguen dependiendo de la energía y combustibles de Rusia y de su comercio con China. Por otro lado, una parte significativa de los estados de la UE, boicotea las importaciones agrarias y de industria básica de Ucrania. Y para China la permanencia del régimen de Putin representa la oportunidad de importar petróleo y gas a precios ventajosos y ampliar sus mercados en todo el territorio de la FR y avanzar en la colonización de las repúblicas ex soviéticas de Asia Central.

En resumen, Rusia no es, invulnerable a la guerra prolongada. Se trata en esta guerra del enfrentamiento entre dos debilidades y NO entre dos fuerzas. Es decir, quién es capaz de soportar el sacrificio prolongado.

Los imperialistas occidentales que presionan al títere de Kiev apuestan a desmoralizar la resistencia ucraniana.

Los que conocemos y combatimos la ilimitada hipocresía de los imperialistas hemos denunciado desde el inicio de la invasión que el supuesto «apoyo a Ucrania» del «Occidente democrático» estaba subordinado a sus pujas por el orden mundial en crisis de hegemonía y al objetivo de colonizar a Ucrania o lo que reste de ella. En ese sentido se impuso la doctrina Kissinger de partición de Ucrania para evitar el colapso del régimen Putinista.

Desde Washington y la OTAN boicotearon bajo las excusas más absurdas la provisión de aviones F-16 y armas ofensivas de largo alcance. Y desde Kiev aplican su parte de la doctrina. Los ataques desde el régimen (gobierno y parlamento) a las condiciones de vida de la clase obrera y los derechos sindicales en Ucrania, con el proyecto de Nuevo KZoT, Código de Leyes del Trabajo. Y la nueva ley de servicio militar en las FDU.

La respuesta desde las masas a esta situación no se hace esperar más

Crecen las movilizaciones y la organización de familiares de soldados que exigen rotación de los que combaten y que se reduzca a 18 meses el periodo de servicio en el frente (actualmente es de 36 meses), para dar paso a otros soldados combatir en la primera línea. Los especialistas que conocen aseguran que si se cumple la rotación sin privilegios que causan irritación, la cantidad de efectivos totales permitiría hacerlo. Han aumentado las acciones de protesta de estudiantes y de habitantes de las ciudades por reclamos económicos y sociales derivados de las penurias de la guerra. También se han producido actos desesperados de violencia individual dentro del recinto de un ayuntamiento, que recibieron muchas expresiones de solidaridad con el hecho . Lo que expresa la crispación social creciente.

Mientras, dentro de las fábricas y empresas se hacen más frecuentes y rigurosas las requisas para el reclutamiento de obreros. Y a la par estallan los escándalos de corrupción por casos pagados de evasión por parte de los sectores sociales más adinerados.

Los diversos sectores de masas resisten como pueden, por ahora dispersos. Desde las filas sindicales se destaca la KVPU, Confederación de Sindicatos Libres de Ucrania, donde está integrado el Sindicato Independiente de Mineros de Ucrania, NPGU y sus combativos mineros del carbón, del hierro y del uranio, que aunque reducidos en número por los cierres de minas y procesadoras de mineral, mantienen una tradición de lucha porque enfrentaron las privatizaciones de los años ’90. Y también ya han enfrentado con huelgas y movilizaciones a Zelensky en el 2020. En la KVPU también se agrupa el Sindicato Libre de Ferroviarios de Ucrania, VPZU, que cumple una importantísima función en el transporte de pasajeros y de cargas. Todos ellos están denunciando frontalmente que ese nuevo proyecto de ley lleva someterse a un Código esclavista, que contradice todas las convenciones internacionales de la OIT y las leyes de la Europa “democrática” a la que el gobierno de Zelensky aspira adherirse.

Lecciones de años de guerra: Sólo la clase obrera puede conducir al triunfo

Se confirma una vez más lo que hace 85 años planteó León Trotsky con absoluta claridad sobre la cuestión ucraniana:

“La Cuarta Internacional debe comprender claramente la enorme importancia de la cuestión ucraniana no sólo en el destino del Este y Sudeste europeos sino de Europa en su conjunto. Se trata de un pueblo que ha demostrado su viabilidad, numéricamente igual a la población de Francia y que ocupa un territorio excepcionalmente rico y, además, de la mayor importancia estratégica. La cuestión de la suerte de Ucrania está planteada en todo su alcance. Hace falta una consigna clara y definida, que corresponda a la nueva situación. En mi opinión hay en la actualidad una sola consigna: Por una Ucrania Soviética de obreros y campesinos, unida, libre e independiente”….

En esa perspectiva necesitamos combinar la guerra de liberación nacional con la lucha por la independencia política de la clase obrera por su liberación social. Y a esta combinación le temen Putin y todos los otros imperialistas. Porque la historia demostró que el periodo de Ucrania Independiente se inició con la revolución de los soviets en 1917. Y la independencia real –la única conocida en la historia del país– sólo se concretó con el poder en manos de la clase obrera y los campesinos ucranianos armados y por una clara política sobre la autodeterminación nacional de los bolcheviques.

Programa de acción para avanzar hacia la victoria

Esta guerra es para liberar al país y expulsar a los ocupantes. Si en el frente de combate está la clase obrera, en el poder de Kiev debe decidir la clase obrera. Rechazamos que la guerra se convirtió en un negocio para los oligarcas y corporaciones extranjeras. ¡Basta de privilegios! ¡Qué se sacrifiquen todos! Cientos de miles de trabajadores se congelan en las trincheras del frente, mientras las empresas suspenden a los trabajadores y les recortan los salarios a la mitad en la retaguardia. Mientras, los ministros y diputados elaboran leyes para más ganancias capitalistas.

¡Destinar todos los recursos del país al servicio de la victoria militar contra los ocupantes! ¡Prioridad de recursos para los soldados y las brigadas de Defensas Territoriales! ¡Salarios plenos y orientar a la defensa toda la fuerza de trabajo disponible en la industria! ¡Nacionalización de todas las empresas vinculadas a la defensa nacional, bajo el control de los trabajadores!

¡Frenar la arbitrariedad de los mandos militares! ¡Respeto a la tropa que juega su vida en las trincheras con escasas municiones! ¡Abastecer en igualdad a las brigadas de Defensas territoriales! Hasta ahora las victorias militares ucranianas se deben sólo al sacrificio y esfuerzo del pueblo trabajador. El pueblo sabe que “Occidente” defraudó. Sólo han llegado algunos armamentos prometidos, con atraso, escasos y la mayoría defectuosos. ¡Exigimos aviones de combate y armas para Ucrania!

¡Combate a la corrupción a cargo de los que están en el frente! ¡Todas las compras de las FFAA bajo control de comités de soldados electos en los mismos regimientos! ¡Los recursos para guerra contra los ocupantes, tanto externos como internos, son despilfarrados con ganancias, corrupción y pillaje de la propiedad estatal! El gobierno fracasa en el combate a la corrupción porque es parte de la corrupción. Releva algunos funcionarios y los cambia por otros igual de corruptos o incapaces. Recursos hay. El pueblo ha recolectado masivamente fondos para el Ejército. ¡Urgente pensión a los familiares de los caídos y asistencia gratuita a los heridos y sus familias!

¡No al pago de la deuda externa! Ucrania está en guerra contra una invasión imperialista y la ocupación genocida de una dictadura. ¡Exijamos del FMI y al Banco Europeo la condonación de su deuda externa! Está al desnudo la hipocresía de las potencias imperialistas que declaran apoyo y se preparan a cobrar la cuenta como usureros.

¡No al ingreso en la OTAN o la UE! En el curso de la guerra, la OTAN ha dejado claro que la “ayuda material” ni ha estado a la altura ni responde a las necesidades urgentes de la resistencia ucraniana, y eso se debe a que dicha “ayuda” obedece en realidad a los intereses de los imperialismos europeos y estadounidense, y tiene como objetivo remplazar la dominación del régimen ruso sobre la parte de Ucrania no ocupada por la dominación de la UE. Los planes de “reconstrucción” acordados entre Zelensky, la UE y el FMI profundizarán la dominación colonial del estado ucraniano. Por eso es importante defender la integridad territorial de Ucrania realmente unida, independiente y libre.

¡Expropiación de todos los activos de los oligarcas y empresas rusas asociados al régimen de Putin en Ucrania! Es una paradoja indignante, que estando Ucrania invadida por Rusia, no hayan sido expropiados todos los cuantiosos bienes de sus numerosos oligarcas en el país. Eso permitiría lograr los recursos necesarios sin endeudarse más con el extranjero y lograr condiciones dignas para los soldados en el frente y el pueblo en la retaguardia.

¡Por la organización política independiente de la clase obrera! Sólo la clase obrera ucraniana, aliada con el resto del proletariado europeo y mundial –y apelando en especial a la solidaridad de los obreros de Bielarús y también de Rusia–, puede asegurar estas tareas de defensa nacional en sus propias manos y conducirlas al triunfo.

La solidaridad obrera y popular internacional

Es el único apoyo efectivo y consecuente para la resolución positiva de esta guerra y para evitar la desmoralización. Nuestro objetivo es que la clase obrera, que es el principal sujeto social de la guerra de liberación alimente la construcción del sujeto político, el partido obrero revolucionario de una Ucrania independiente con un gobierno de los trabajadores de las ciudades y el campo.

Para fortalecer la resistencia de los obreros ucranianos, debemos seguir desarrollando y coordinar todas las iniciativas de solidaridad actuales de la clase trabajadora internacional, como las de la Red Sindical Internacional de Solidaridad RSISL, de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania y de la Red de Solidaridad con Ucrania en EEUU.

Y esa solidaridad de clase internacional está mostrando que no es el nacionalismo (del signo que sea) el que ha demostrado su capacidad sino su impotencia pues sólo aportan su proyecto de someterse a otras potencias e instituciones imperialistas.

Bolivia | Los bloqueos de Evo Morales

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Por Alicia Sagra

Durante 16 días, desde el 22 de enero hasta el 6 de febrero, los bloqueos de carreteras, impulsados por organizaciones sindicales y sociales afines a Evo Morales, conmocionaron Bolivia. Ese tradicional método de lucha de los campesinos bolivianos, se volvió a hacer sentir.

Pero esta vez no era para luchar contra un golpe militar, ni por “tierra y territorio”, o en contra del aumento de los combustibles, como tantas otras veces. Está vez de lo que se trataba era de dirimir una pelea interna del MAS, el partido de gobierno.

La bandera de lucha de esos bloqueos, era la inmediata convocatoria a elecciones judiciales[1] y la renuncia de los jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP). El mandato de los jueces se cumplió el 31 de diciembre de 2023 y debieron ser sustituidos por otros salidos de nuevas elecciones judiciales, que no fueron convocadas por la división política del MAS en el congreso. La salida que viabilizó el gobierno de Arce fue prorrogar el mandato de los jueces hasta que se realice nuevas elecciones, es decir prorroga indefinida, que generó mucha critica. Fue el pretexto perfecto que utilizaron los sectores del MAS que apoyan a Evo Morales para convocar al bloqueo. Los jueces prorrogados fueron los que invalidaron la candidatura de Evo Morales para las elecciones presidenciales, resolviendo que la reelección indefinida, no es un derecho humano como sostenía el ex presidente boliviano, y que sólo se puede ser presidente, o vice, durante dos mandatos, tal como lo plantea la Constitución[2].

Por esa disputa, que tiene que ver con las apetencias electorales de los dirigentes masistas, más de 4 mil campesinos fueron llevados, por sus organizaciones sindicales, a realizar esa extrema medida de lucha que implica en horas y horas acampando bajo el fuerte sol, bajo la lluvia, sin dormir o durmiendo muy poco, siempre esperando la represión que puede venir por parte de la policía o del ejército.

Por esa batalla entre los dirigentes del MAS, el partido que dice defender los intereses de los trabajadores y de los campesinos pobres, los pobladores de Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, (en su mayoría trabajadores y pobres) sufrieron con la escases de productos básicos de alimentación, de combustible, (efectos inevitables de los bloqueos) y con la típica subida de precios frente a la escases.

Los trabajadores, los campesinos y el pueblo pobre de Bolivia, están acostumbrados a ese tipo de situaciones. Esos sacrificios se soportan cuando tienen que ver con la lucha por mejores condiciones de vida, en defensa de los derechos humanos, de las libertades democráticas, para imponer un gobierno obrero como cantaban los mineros en marzo de 1985.  No nos parece que puedan ser vistos de la misma manera cuando de lo que se trata es de las disputas electorales de los dirigentes.

El presidente Arce habla por boca de la ministra de la presidencia María Nela Prada que dice: «Estos bloqueos tienen un solo móvil: intentar defender la candidatura de Evo Morales«[3]. Por su parte, Evo Morales dice que lo que busca Arce es impedir su candidatura para las próximas elecciones. “[Luis] Arce y [David] Choquehuanca pretenden controlar todos los poderes del Estado con el nuevo liderazgo militar en base a la prebenda y para ocultar la creciente corrupción en el país», escribió el ex presidente en sus redes sociales.[4]

Seguramente ambos tienen razón, al igual que en las acusaciones mutuas de corrupción que se hacen. En lo que no hay dudas es que esa pelea no está motivada por nada que tenga que ver con la calidad de vida de los trabajadores y el pueblo pobre que ambos dicen defender.

El 8 de febrero los bloqueos entraron en cuarto intermedio después de que una comisión bicameral del Parlamento firmara un acuerdo para destrabar las elecciones judiciales. Y el 17 de febrero, la Asamblea Legislativa aprobó por unanimidad la convocatoria a esas elecciones.[5]

Sin embargo, es difícil que eso solucione el conflicto, porque el enfrentamiento entre los dirigentes del MAS no comenzó con los bloqueos.

Un poco de historia

Para entender lo que hoy pasa en Bolivia, es necesario hacer un poco de historia.

Y lo primero que debemos tener en claro es que el gobierno del MAS no se explica sin la revolución obrera, indígena y popular de 2003 y 2005 que derrocó dos gobiernos burgueses Goni, Mesa e impidió la sucesión constitucional de Vaca Diez, hombre de confianza de la burguesía en ese entonces.

Pero a diferencia de lo que dice toda la izquierda oportunista, la revolución no se continuó con el gobierno de Evo, sino que este fue la herramienta central para desviarla. La revolución fue tan profunda que la burguesía más lúcida recurrió a la salida extrema de aceptar un gobierno encabezado por un indígena y además cocalero, aunque eso significase enfrentar a los sectores burgueses más reaccionarios. Claro, que esa aceptación no fue incondicional. Ese gobierno “indígena” debía defender el sagrado derecho burgués de la propiedad privada y respetar el monopolio total de las armas por parte de las Fuerzas Armadas de la Nación. Y así lo hicieron los gobiernos de Evo y también el de Arce.

El gobierno del MAS nunca fue revolucionario, pero para poder desviar la revolución obrera, indígena y popular tuvo que realizar importantes reformas democráticas, como la elección de los jueces por sufragio universal y otras con un gran carácter simbólico para un pueblo desde siempre oprimido y humillado, como la educación bilingüe, la wipala como símbolo nacional.  El Estado Plurinacional se contuvo dentro de lo simbólico y su mayor expresión material es la ampliación de la representación indígena campesina, obrera y popular en el Estado, diputados, funcionarios públicos y gobiernos locales. Hay cuotas de cargos según sindicatos y organizaciones. Todo eso, en medio de una situación económica favorable, le fue haciendo ganar gran prestigio popular y el apoyo de las organizaciones sindicales, centralmente campesinas, pero también obreras.

Pero todo quedó en eso. A partir de ahí, habiéndose desviado la revolución, el gobierno del MAS continuó aplicando los planes de la burguesía y del imperialismo, lo que se intensificó cuando las condiciones de la economía no fueron tan favorables. La vida de los obreros no mejoró cualitativamente e incluso se tomaron medidas que atacaron a los indígenas cuando, con el objetivo de construir una mega carretera, se reprimió a la marcha indígena en defensa del TIPNIS[6].

Esos hechos, sumado a las maniobras de Evo para concretar su tercera reelección, fueron haciendo crecer el desprestigio de su gobierno, lo que facilitó el reaccionario golpe militar impulsado por la derecha del Oriente boliviano, de noviembre de 2019.

Pero el desprestigio de Evo no era absoluto, como se comprobó en la reacción popular que impidió que el gobierno golpista de Jeanine Añez se consolidara y en que en las elecciones de 2020 volviera a triunfar la fórmula del MAS, esta vez encabezada por el profesor universitario Luis Arce.

Evo vs Arce

Si bien la popularidad del MAS es mucho menor que durante sus primeros gobiernos, sigue siendo el referente más importante de los sectores campesinos, obreros y populares.

Es por eso que, en la medida en que se aproximan las elecciones de 2025, se refuerza la pelea entre Arce y Evo. Lo que pasa es que este tipo de partidos, independientemente de su origen popular, en la medida en que administran el estado burgués, en que defienden los intereses de la burguesía, se van mimetizando con los partidos burgueses. Y al igual que en ellos se imponen las peleas intestinas por el poder, por los cargos en el gobierno, lo que está íntimamente ligado a la corrupción, a las prebendas que se reciben por ejercer esos cargos, en especial cuando se trata de la presidencia de la república. Eso pasa en todos los países donde se dan gobiernos de ese tipo, aunque esos partidos estén encabezados por un indígena como en Bolivia, o por un ex obrero metalúrgico como en Brasil. Y puede ser, también, que esos partidos, después de pasar años administrando el estado capitalista, cambien su carácter de clase. Después de la revolución del 52, a partir de los beneficios dejados por el gerenciamiento de las empresas estatales, dirigentes del MNR dieron origen a una nueva burguesía boliviana. No se puede descartar que algo parecido esté surgiendo en torno  a los dirigentes del MAS, con su papel de intermediarios en los grandes “negocios” entre el Estado boliviano y la burguesía internacional

Entonces, la pelea entre Evo y Arce no es por cuestiones políticas, no es porque tengan diferentes proyectos para el país, aunque Evo hace intentos de aparecer como más a la izquierda.  Por ejemplo, la defensa de los recursos naturales era uno de los puntos de la Agenda de la revolución (2003-2005). Sin embargo, se ha concretado una impresionante entrega del Litio del salar de Uyuni a la empresa privada china Citic Cuoan Group y a la estatal rusa Rosatom. Ante ese hecho, no hubo ninguna oposición de Evo, quien es, además, el que más impulsó (e impulsa) las relaciones con la dictadura capitalista china y las grandes empresas de ese país.

La pelea es por quien será el candidato a presidente por el MAS en 2025. Y la pelea se fortalece porque todos los datos indican que, si el MAS se presenta unido, de él saldrá el próximo presidente de Bolivia, ya que no se ve que haya vuelco hacia la derecha. Los sectores de derecha salieron muy mal después de que las masas derrotaron el proyecto golpista. Aunque no se puede descartar que esos sectores se vuelvan a recomponer si continua la crisis del partido gobernante.

Esta pelea salió a la luz, no sólo para Bolivia, sino para toda la vanguardia mundial, cuando en octubre de 2023, se realizó el congreso del MAS, que expulsó al presidente Luis Arce y al vice David Choquehuanca, (dirigente campesino, de origen aymara) y proclamó a Evo Morales candidato a la presidencia.

Lo que fue respondido por Arce con un llamado (apoyado por la COB) a un Cabildo Abierto, y con la impugnación ante la justicia de ese congreso y de la candidatura. Impugnación que fue aceptada por la justicia.

Ese enfrentamiento público entre los dirigentes, como no podía ser de otra manera, llevó a enfrentamientos entre las bases que respondían a uno u otro, lo que seguramente se debe haber potencializado con los bloqueos.

¿Cuál es la perspectiva?

Independiente de qué sector se imponga sobre el otro, de si el MAS se presenta unido o no a las elecciones de 2025, de quien triunfe en esas elecciones, la perspectiva más inmediata es una nueva frustración para los trabajadores, los campesinos y los pobres de Bolivia.

La clase obrera boliviana, que por más de 50 años ha venido protagonizando revoluciones, otra vez vuelve a sufrir la traición de sus dirigentes. Confiaron en el gobierno del MAS, en el Estado Plurinacional, y ahora se encuentran ante esta vergonzosa disputa entre dirigentes, que pelean para ver cuál de ellos dirigirá el estado burgués.

En estas frustraciones, mucho han colaborado sectores oportunistas que, en nombre de la izquierda e incluso del marxismo, llaman a confiar en movimientos y gobiernos de alianza de clases. Así como otros, sectarios, que lo único que hacen es repetir, ante cualquier situación: “dictadura del proletariado”, como una fórmula vacía de contenido, sin analizar las situaciones concretas, alejando así a los trabajadores del poder.

Hubo una sola experiencia con gobiernos de alianza de clases  que terminó a favor de los trabajadores. Fue la de la revolución rusa de 1917. Allí  también,  producto de la revolución que derribó al Zar, surgió un gobierno de ese tipo, Pero, la gran diferencia fue que existió un partido obrero, revolucionario, internacionalista, el partido bolchevique, que llamó a no confiar en ese gobierno, planteando que todo pasaba por la toma del poder por los trabajadores. Ese Gobierno fue destruido y reemplazado por el gobierno de los soviets (consejos de obreros, soldados y campesinos), con sus miembros revocables en cualquier momento, que concentraba los tres poderes del Estado.

El gran dirigente de ese proceso fue Lenin, hoy estamos a 100 años de su muerte, pero sus enseñanzas tienen gran actualidad: Ninguna confianza en los gobiernos de alianza de clase, ninguna organización política en común con los oportunistas que apoyan esos gobiernos.  Por la más amplia organización democrática de los obreros, de los campesinos, de los desocupados. Por la construcción de un partido obrero, revolucionario, como parte de un partido revolucionario mundial.

Sólo siguiendo esas enseñanzas, la clase obrera y el pueblo pobre de Bolivia, podrán evitar nuevas frustraciones en los nuevos procesos revolucionarias que seguramente vendrán.


[1] Bolivia es uno de los pocos países donde los jueces se eligen por sufragio universal, de candidatos preseleccionados por la Asamblea Legislativa por 2/3 de los votos. Los requisitos para ser candidatos: nacionalidad boliviana, hablar al menos dos idiomas oficiales del país, tener licenciatura, estudios especializados y un mínimo de ocho años de experiencia laboral. No pueden ser militante de ningún partido en el momento de la elección.

[2] A pesar de eso, Evo Morales fue presidente durante tres mandatos (2006-2009, 2010-2014 y 2015-2019) 

[3] BBC New Mundo, 3-02-2024

[4] Idem

[5] Los desacuerdos políticos, sobre todo en el seno del partido gobernante, impidieron en diciembre del año pasado que la Asamblea pudiera preseleccionar a los candidatospor dos tercios de los votos

Por ese motivo, tras haber fracasado el consenso político en la Asamblea, el Tribunal Constitucional de Bolivia prorrogó el mandato de los actuales jueces .

El Tribunal Constitucional ordenó que la Asamblea «acate» la prórroga de mandato de los magistrados, lo que fue rechazado por la oposición y el ala que lidera Evo Morales.

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[6] Territorio Indígena del Parque Isiboro Sécure