Escribe Dirceu Travesso, directo de Honduras
La Conlutas de Brasil envió un representante a Honduras para llevar su solidaridad y unirse a la resistencia al golpe. Dirceu Travesso (Didí) de San Pablo, miembro de su Coordinación Nacional, fue al país atendiendo al llamado del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado. Dirceu también es uno de los organizadores del Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores (ELAC).
Llegó al país el miércoles 12, un día después de que la marcha convocada por el Frente había llegado a la capital, y mandó sus primeras impresiones pocas horas después. A continuación, sus dos primeros informes.
PRIMER INFORME
Llegué alrededor de las 13h30 al aeropuerto. Las contradicciones ya aparecen en menos de tres horas de estadía. En el aeropuerto, no aparentaba haber un golpe militar en el país. La figura que me aguardaba estaba con una camiseta contra el golpe. Yo usaba una camisa con la imagen de Rosa Luxemburgo y su frase: "Quien no se mueve no siente las cadenas que lo prenden". La policía me preguntó la dirección donde me iba a quedar. Dije que tenía amigos esperándome. Me dijeron, entonces, que fuera al zaguán del aeropuerto para preguntar la dirección y volviera. Imaginen: pasé por todos los controles de salida del aeropuerto sin el pasaporte, fui hasta el zaguán y volví nuevamente, pasando por todos los controles (aduana, verificación de equipaje etc.), sin ningún problema.
Creo que eso expresa la situación internacional y la necesidad del gobierno de reprimir de manera selectiva, sin dejar traslucir que hay una dictadura en el país, en todos los aspectos cotidianos. Al menos, por el momento.
Salimos y el compañero que me acompañó dijo que me llevaría para la manifestación que se estaba realizando en el centro de la ciudad, ante el Congreso. En medio del camino, nos habían informado por teléfono que había habido una represión fuerte, con más de 30 presos.
Con las bombas, los tiros y la represión, las personas se habían dispersado y estaban yendo en dirección a la Pedagógica, la facultad de formación de profesores de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), donde es tradicional que los profesores se concentren para las manifestaciones.
Llegamos a la Pedagógica, bajamos del coche y empezamos a conversar con las personas que estaba por allá. Todavía había poca gente en la calle. De golpe, las personas comenzó a correr de adentro hacia fuera. La policía atacó por dentro, lanzando gases para dispersar. Tomó la facultad para impedir que las personas se aglutinase para continuar las manifestaciones.
La gente corría por la calle sin que nada ni nadie consiguieran, mínimamente, organizarlas. El compañero con quien yo estaba y uno de los coordinadores prefirieron subir al coche y salir rápido del local. Seguimos siendo informados por teléfono delo que estaba pasando.
Muy poco tiempo aquí y todo parece en alta velocidad. Existe, todavía, fragilidad de la dictadura en función del cuadro internacional. Nos llega, en directo, la noticia de la visita de Zelaya a Brasil y la reunión con Lula y con el Congreso brasileño.
Hay una resistencia impresionante, pero muy desorganizada. El compañero me decía que cree que hay señales de cansancio entre los profesores, que siguen siendo la vanguardia del movimiento. Según él, la marcha no movió la cantidad de organizaciones campesinas que creían que podía mover. Parece que hay una acción del gobierno en el sentido de cooptar algunas organizaciones.
Él dice que lo que impide el gobierno de estabilizarse es la inexistencia, de momento, de una base social más amplia. Identifica dos movimientos preocupantes para los golpistas. Uno, de algunos sectores del campo, y otro de sectores medios de las ciudades, que empiezan a cansarse y a tener perjuicios con la situación que les impide hacer negocios.
Pesa mucho el aspecto de la dirección, o mejor dicho, de la falta de ella. La política general de la resistencia es definida por los zelayistas. Incluso existe descontento de sectores importantes que consiguen hacer algunas acciones, pero que todavía están intentando construir una dirección alternativa. Sin embargo, el pueblo en la calle está dispuesto a resistir.
El tiempo está corriendo. Es aún más urgente la necesidad de acciones más fuertes del movimiento internacional, por fuera de los gobiernos e instituciones burguesas.
Son mis primeras impresiones. Me estoy me guiando totalmente por el compañero, escuchando, observando. Voy a intentar escribir una carta para el movimiento al final del día. Aquí, son ahora las 18 hs. Está empezando el toque de queda y hay un partido de la selección local de fútbol con la de Costa Rica.
Abrazos,
Didi
SEGUNDO INFORME
(13 de agosto de 2009)
Durante la marcha del jueves, aparece en cada detalle, conversación, consigna gritada en las calles, la historia de este país y de cómo continúa planteada la misma cuestión de siglos: la dominación colonial.
En las paredes, las marcas de los últimos días. La cantidad de comercios de fast food internacionales esparcidos por la ciudad, con sus carteles inmensos llama la atención. El "Popeye" completamente incendiado, Mac Donalds, Burger King, Pizza Hut y otros con sus vidrios completamente rotos. Todos pintados:. "Fuera Golpistas", "Fuera Gorilleti" (juego de palabras con el apellido de Micheletti, el presidente del Congreso Nacional que asumió la presidencia con el golpe militar y "gorilas", como eran llamados los militares golpistas de otros tiempos. Más adelante Gorilletti vi "Pinochelletti', otra "pintada" con juego de palabras. Los colores de las cadenas de comida rápida, que aquí están exentas de cualquier impuesto, con sus vidrios rotos y las pintadas, muestran un mosaico de las luchas que se están librando.
En las conversaciones, durante la marcha, el tema de la dominación colonial, aparece de varias formas. ¿De dónde viene el nombre de la moneda local (Lempira)? El nombre extraño de esta moneda (que, en su cotización actual, necesita de 20 Lempiras para 1 dólar), es el de un líder indígena, de una de las numerosas tribus descendientes de las mayas en la región, que, en 1537, consiguió unir cerca de 200 jefes indígenas para expulsar a los invasores españoles. Después de mucha lucha y resistencia, aceptó participar de una Conferencia de Paz, pero reafirmó su posición de continuar luchando por la retiro de los invasores y fue asesinado a traición. Con su muerte, los españoles consiguieron la rendición de más de 30.000 guerreros que Lempira había unificado.
Camino un poco más y, en otra "pintada", aparece el rostro de un obispo católico con sus símbolos y el número 666 (el número de la Bestia) inscrito en su frente. Al pasar, se canta una consigna de repudio: "Cardenal, cardenal, nunca serás Papa, Bestia Infernal". Una vez más, la Iglesia mantiene su coherencia institucional histórica secular: al lado de los explotadores. Por más que figuras como Monseñor Romero, el obispo salvadoreño asesinado por la dictadura en los años 80, y otros hayan aparecido como parte de la historia de la resistencia, el papel reaccionario de la Iglesia se mantiene.
La figura de Morazán
El General Francisco Morazan es una figura nacional histórica de la lucha por la independencia. Fue una lucha trabada en dos sentidos: por la independencia nacional y por la unidad centroamericana, contra la división artificial en distintos países, promovida por los imperios, siempre apoyados en oligarquías regionales. La independencia de España fue conquistada en 1821. Hasta 1823, forma parte 1823 del Imperio Mexicano, cuando Honduras se suma a las recién fundadas Provincias Unidas de Centroamérica.
En 1838, esta experiencia de unidad sufre una derrota y es disuelta. Morazán es la figura más destacada en la lucha por el mantenimiento de la unidad centroamericana. Hasta hoy, la bandera de Honduras permanece con cinco estrellas en referencia a la lucha por la unidad de las que eran las provincias centroamericanas, (Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Honduras). Panamá fue fundado posteriormente, separándose de Colombia. Una unidad que fue restablecida militarmente en la segunda mitad del siglo XIX, para enfrentar a "piratas" de EE UU., que intentaron apoderarse de las tierras centroamericanas. Estos episodios históricos, van revelando la constancia de la lucha por la independencia nacional y contra la división artificial impuesta siempre por los dominadores y sus aliados internos.
Así aparece en la conversación sobre la gran manifestación del día 5 de julio pasado, cuando cerca de 100.000 hondureños marcharon hasta el aeropuerto (otras 200.000 personas no consiguieron llegar, bloqueados en las carreteras). Habían ido a esperar a "Mel", como es conocido el depuesto presidente Manuel Zelaya, para restituirlo en el gobierno, de donde había sido depuesto una semana antes. Fue la mayor manifestación desde 1954, año de la Huelga General Bananera, una gran lucha de los trabajadores bananeros que derrotó a la industria Imperialista que dominaba la región. Los países de América Central eran conocidos como "repúblicas bananeras" por el grado de dominación colonial ejercido por la United Fruit Corporation. Existe orgullo de esta huelga general que marcó un cambio en la correlación de fuerzas en toda la región.
El orgullo del grupo negro con sus timbales, tocando, cantando y bailando en medio de la marcha, que son parte de la OFRANEH (Organización Fraternal Negra de Honduras). Rápidamente insisten en identificarse como de la etnia garífona, identidad de indígenas africanos, de origen en São Vicente, en las Islas Canarias, que desde 1797 viven en Honduras. Completan: "Luchamos por el derecho a nuestras tierras, a nuestra cultura y nuestros valores" constantemente usurpados por el imperialismo. Y sigue la marcha en una mezcla de los ritmos de los pueblos explotados.
En el cierre del acto, al hacer referencia a la presencia de la Conlutas y nuestro apoyo como parte de la solidaridad internacional de clase, vienen los agradecimientos, los abrazos fuertes y la otra parte de la historia, en el comentario de una activista de que Honduras podría ahora pagar caro por el papel que cumplió en los años 80 de servir de base militar imperialista para el financiamiento, entrenamiento y organización de los "contra" (sectores paramilitares de derecha, entrenados directamente por el imperialismo para derrotar las revoluciones que se desarrollaban en la región). La división regional tantas veces impuesta por el imperialismo, utilizándose de lacayos locales, aparece como una vergüenza que no pertenece a los que luchan. Digo que los que recibieron y ayudaron los yanquis y los contras son los mismos que ahora están con el golpe. Y que ellos, en las calles, son los que continúan la historia heroica de nicaragüenses y salvadoreños, vanguardia de la lucha de aquel periodo.
En Tegucigalpa fue un día sin la represión de los días anteriores. La manifestación, cerca de 5.000 persona, pasó delante del Ministerio Público y una comisión del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado fue recibida para exigir la liberación de los presos y el castigo a los militares y policías que están reprimiendo. La respuesta fue que el Ministerio Público no tenía conocimiento de ningún caso de violación de derechos humanos. Después del Ministerio Publico, la manifestación terminó frente a la Radio Globo, amenazada de cierre por oponerse al golpe.
Este mismo día hubo represión violenta otra vez en San Pedro Sula (principal ciudad industrial del país), donde fue realizada una manifestación con bloqueo de la carretera que la une con Tegucigalpa. La justicia, una vez más con su carácter de clase, "no sabe" de las cerca de 30 personas muertas con balas de fusiles, en las madrugadas de Tegucigalpa, desde el golpe; no sabe de los cientos de detenidos, de los 27 ya procesados, que permanecen presos; de los cientos de heridos. Como un gesto de repudio a esta "ceguera", terminé el día con una visita al diputado antigolpista Melvin Ponces , ingresado en un hospital de la ciudad. En las manifestaciones del 12, Ponce fue apaleado por los militares golpistas y tuvo un brazo roto, hematomas y lesiones y debió sufrir dos operaciones. Nada que la justicia burguesa pueda "ver".
El tema de la independencia nacional continúa planteado dramáticamente para la región. Como tantas veces en las últimas décadas, nuevamente surgen momentos en que se pone sobre el tapete la posibilidad de discutir un proyecto nacional de independencia y soberanía. Defender la democracia y exigir la vuelta del presidente elegido Mel Zelaya, contra el golpe militar, no puede confundirse en abandonar la independencia de clase de los trabajadores y campesinos. Mel Zelaya es un burgués latifundista que, momentáneamente, está en conflicto con otros sectores de su clase e, incluso, de su partido, el Liberal, el mismo de Micheletti, el golpista. Exigir su vuelta no puede confundir con apoyar una figura burguesa, latifundista, miembro del Partido Liberal.
Restituir a Zelaya en l gobierno es una medida para derrotar los golpistas. Y derrotar a los golpistas es garantizar la cárcel y el castigo de todos los envueltos en el golpe, garantizar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente donde se discuta la reforma agraria, la política económica, la relación con el imperialismo y el TLC. Zelaya, presidente que aprobó el TLC, no puede llevar adelante un programa que signifique la confiscación de sus tierras y el ataque a los negocios de su clase.
Durante las últimas décadas, el debate sobre la relación entre la lucha por la independencia nacional y el papel de sectores "burgueses progresivos" se planteó de manera dramática en la región. Las alianzas con esos sectores, abandonando la construcción de organizaciones y de un programa de clase independiente, que cuestione sus propiedades, tarde o temprano, llevan a la derrota. Cuando el movimiento, en su proceso de luchas objetivas, les plantea a estos señores una elección de clase (expropiar o defender la gran propiedad privada), su origen y sus intereses de clase definen su "lado".
Caminamos juntos en la lucha para derrotar los golpistas, restituir a Zelaya en el poder y garantizar las libertades democráticas, con el castigo a los golpistas y la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente. Pero sin confundirnos en que, para llevar adelante de manera coherente la lucha por la independencia nacional y contra los golpistas socios menores del imperialismo, sólo la construcción de un polo clasista independiente y un programa que cuestione la gran propiedad privada, de las multinacionales y de sus agentes internos, podrá garantizarla.