Jue Mar 28, 2024
28 marzo, 2024

Las centrales convocan a un nuevo Día Nacional de Paralización para el 30 de agosto

Las ocho centrales sindicales (CSP-Conlutas, CUT, Fuerza Sindical, UGT, CGTB, NCST, CGTB, CTB y CSB), reunidas el pasado viernes 12, hicieron un balance positivo de las acciones que realizaron el 11 de julio. Ante eso, convocaron un nuevo “Día Nacional de Paralización”, señalado para el 30 de agosto próximo. El objetivo es presionar a la presidente Dilma para que atienda las reivindicaciones de los trabajadores.

 Para José María de Almeida quien, juntamente con Atnágoras Lopes, estuvo representando a la CSP-Conlutas, “la definición de ese llamado es muy importante porque, conforme quedó demostrado en la fuerza de las movilizaciones realizadas en prácticamente todos los Estados del país, el día 11, la clase trabajadora está dispuesta y va a mantener la presión sobre el gobierno”. De acuerdo con el dirigente: “o Dilma atiende la plataforma de los trabajadores, hasta dicha fecha, o la paralización nacional puede ser un camino para una huelga general en Brasil”.

Más allá de las más de 50 manifestaciones que bloquearon calles, avenidas y carreteras, en las diversas regiones de Brasil, durante las protestas del 11, el balance de todas las centrales puso énfasis en los millones de trabajadores y trabajadoras que cruzaron los brazos, hicieron huelgas y promovieron la paralización de la producción de diversos sectores de la industria, del comercio y de servicios. Por ejemplo, los metalúrgicos de las automotrices de São José dos Campos, Minas Gerais, San Pablo capital y ABC, Santos y Rio Grande do Sul; obreros de la Construcción Civil de Fortaleza, Belén y San Pablo, además de los empleados de comercio y sectores del transporte en algunas capitales, empleados públicos de Paraná, entre otros. Para los diversos representantes de las centrales sindicales, la clase entró con fuerza en la defensa de sus reivindicaciones y eso fue un elemento clave. Las organizaciones presentes también destacaron las acciones de los movimientos sociales, en especial del MST (Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra).
 
La CSP-Conlutas llegó a proponer que se definiese ya un llamado a la Huelga General para el día 30 de agosto. Esta propuesta, sin embargo, no fue aceptada por las demás centrales. Al final, todos acordaron con el llamado al Día Nacional de Paralización, marcado para el 30 de agosto. Hasta esa fecha, las centrales van a exigir una reunión con la presidente Dilma para, una vez más, exigir la atención de los reclamos unitarios: reducción del precio y mejor cualidad de los transportes colectivos; más inversiones en salud y educación públicas; fin del factor previsional y aumento de las jubilaciones; reducción de la jornada de trabajo; fin de los remates de las reservas de petróleo; contra el Proyecto Legislativo 4330 de la tercerización; reforma agraria.  

Zé Maria reiteró además que es importante que las centrales sindicales mantengan la unidad para arrancar estas conquistas para los trabajadores brasileiros. Sin embargo, el dirigente hizo una ponderación: “Para conquistar nuestras reivindicaciones tenemos que enfrentar a los gobiernos, comenzando por la presidente Dilma que, no sólo no atiende nuestros pedidos sino que sigue aplicando una política al servicio de los intereses del capital. Basta ver el mantenimiento del superávit primario, el envío de centenas de Miles de millones de nuestro dinero público todos los años para pagar intereses de la deuda pública, la desoneración de impuestos a los empresarios, el aumento da tasa de interés, las privatizaciones etc.”, destacó. El dirigente dijo además que en esta batalla los sindicatos tienen de tener un lado, es decir,  el de la clase trabajadora, contra los patrones y el gobierno. “Debemos seguir con las movilizaciones, realizar las protestas estaduales, preparar el día nacional de paralización e ir creando las condiciones para realizar una Huelga General en este país”, finalizó Zé Maria.  

Las centrales sindicales definieron también que van a pedir una reunión con el presidente del TST (Tribunal Superior del Trabajo) para discutir sobre los ataques al movimiento sindical con la  llamada “interdicción prohibitoria”, con condenas y multas al movimiento.  El 11 de julio, decenas de fallos preliminares, con aplicación de multas de centenas de millares de reales, fueron concedidas, a pedido de instituciones del gobierno, contra varias centrales sindicales. Los representantes de las centrales estaban indignados con esto. También quedó definido el 6 de agosto como un día de realización de protestas en los Estados y el Distrito Federal contra el PL 4330.

Traducción Laura Sánchez

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