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28 marzo, 2024

Brasil | La tesis del gobierno en disputa no se sostiene

Es común escuchar que el gobierno de Lula estaría en disputa, y que la izquierda debería disputar sus rumbos. Guilherme Boulos lo resumió bien el año pasado cuando dijo: “Yo defiendo que el Psol integre la base de apoyo de Lula. El gobierno será de frente amplio, y tenemos que disputar internamente espacios para empujar la agenda del país hacia la izquierda”.

Por: Júlio Anselmo

¿De dónde viene la política regresiva del gobierno?

El hecho de que el gobierno sea de “frente amplio” significa que, en su composición, hay nombres de diferentes sectores políticos. Actualmente, esto incluye nombres de la derecha tradicional, como Alckmin, que fue del PSDB durante muchos años, pasa por José Múcio, que elogió a Bolsonaro, y Daniela Carneiro, vinculada a las milicias y del partido de derecha União Brasil. Por no hablar de los diversos ministerios del PT e incluso de Sonia Guajajara del PSOL.

Pero ¿prueba esta amplitud que el gobierno estaría en disputa? Vamos a ver. El propio Lula dice que nada se aprueba sin su aval, entonces hay un programa común entre todos los sectores presentes en el gobierno, lo que se demuestra justamente por la sumisión al proyecto del PT.

Si el gobierno está en disputa ¿cómo el marco fiscal es creado por la supuesta “ala izquierda”? Después de todo, este proyecto cuenta con el aval de Lula y fue construido por Haddad del PT. Solo se puede concluir que un programa para administrar el capitalismo y garantizar los intereses de la burguesía proviene del propio PT y de Lula.

¿Al servicio de quién está el gobierno de Lula?

El gobierno del PT trata de hacer parecer que gobierna para todos en el marco del sistema capitalista que administra. Pero no es posible gobernar para todos porque los trabajadores y la burguesía tienen intereses antagónicos. En una fábrica, hasta para aumentar los salarios hay que enfrentarse al patrón y luchar. En una huelga, cualquiera que intente ver el lado del patrón y del trabajador es rápidamente identificado como un “pelego”. En el país, de conjunto, es lo mismo, sólo que en un grado mucho mayor.

Nos pueden cuestionar diciendo que se trata de un gobierno burgués, pero con un sector de la burguesía progresiva. Pero luego tendrían que señalar cuál sector burgués es ese. ¿Lemann, uno de los más ricos del Brasil y responsable de quebrar las Lojas Americanas con fraude? ¿Los hermanos Joesley, multimillonarios del agronegocio responsables de todo tipo de “maracutais” reveladas en la época de Temer? Bueno, estos dos tienen vínculos con el gobierno de Lula. Así como Trabuco del Banco Bradesco y grandes sectores del imperialismo mundial.

Por supuesto, no todos los gobiernos capitalistas o burgueses son iguales. Por ejemplo, el gobierno de Lula es muy diferente de lo que fue el de Bolsonaro. Pero ¿esta diferencia significa que el sector burgués encabezado por Lula es progresivo y debe ser apoyado por los trabajadores? No. Sería más exacto decir que son dos sectores burgueses: uno que apoya el proyecto de dictadura con Bolsonaro, y otra ala que está del lado de la democracia burguesa, a través de Lula. Ninguno de ellos representa una alternativa para los trabajadores.

Y no hay término medio. No existe un gobierno híbrido “medio capitalista y medio socialista”, a menos que se sume al discurso liberal que afirma que el socialismo sería “más Estado”, mientras que el capitalismo sería menos, lo cual es falso.

Aquí es cuando recurren al truco de la correlación de fuerzas, que sería la explicación de todos los males. Simplemente se olvidan de preguntarse qué define la correlación de fuerzas. La actuación del PT, de Lula y la política que defienden, las acciones que realizan, ¿no son también parte de la correlación de fuerzas?

Solo por poner un ejemplo: la ultraderecha sigue con su proyecto autoritario que se ampara en Bolsonaro, en la extrema derecha del Congreso y en los militares. Lula no está usando el aparato del Estado para derrotar a este sector reaccionario, al contrario, está tratando de llegar a un gran acuerdo. Esto tendrá un impacto en la correlación de fuerzas de aquí en adelante.

Así como gobernar el capitalismo en alianza con la burguesía y el centrão también ayuda a que la correlación de fuerzas vaya a la derecha, no a la izquierda. Entonces, esta lógica de supuestamente ceder en todo en nombre de la gobernabilidad ayuda a la derecha y a la burguesía, no para avanzar en los reclamos de los trabajadores o en su organización.

El PSOL y la disputa de un supuesto campo progresivo

El problema de la tesis del “gobierno en disputa” se agudiza cuando vemos que, en realidad, no hay disputa alguna. Boulos, quien dice que su política de adhesión al gobierno es para “tirar la agenda del país hacia la izquierda”, no dijo nada sobre el nuevo marco fiscal. El presidente del PSOL, Juliano Medeiros, dijo que tomarán la decisión el 15 de abril.

Pero dado que ambos celebraron efusivamente los 100 días del gobierno y todas las medidas, sin críticas y con todo para creer que seguirán en la base del gobierno, la pregunta que queda es: ¿qué disputa están haciendo?

Incluso, aun si realmente criticaran, esto todavía sucedería en el marco de un gobierno capitalista, dado que es imposible disputarlo para un programa de la clase trabajadora, justamente porque no hay forma de disputar un gobierno burgués para que sea antiburgués.

La contradicción reside en el hecho de que, si Boulos y el PSOL quieren disputar el gobierno hacia la izquierda, tendrán que enfrentarse a todos ellos, incluido el propio PT. Entonces, quedaría en evidencia que la supuesta ala progresiva es responsable por las medidas regresivas.

Una de dos: o la disputa que hacen es imposible sin provocar una ruptura del gobierno por la incompatibilidad de los programas de los trabajadores con la burguesía; o la disputa que hacen se basa en otro programa que no es el de los trabajadores.

El PSOL vive, en verdad, prisionero de uno de los campos burgueses y rehén de un programa capitalista de alianza con la burguesía. Esta es una prueba de que estar dentro del actual gobierno no ayuda a construir un campo alternativo a los campos burgueses ni contribuye a la organización, movilización y conciencia de los trabajadores.

Las corrientes del PSOL que hacen alguna crítica al gobierno

Hay sectores del PSOL que tienen una postura un poco diferente. El MES (Movimiento de Izquierda Socialista) dice que defiende las medidas progresivas y critica las regresivas. Al mismo tiempo que critican el marco fiscal, elogian las demás medidas y califican de victoria los 100 días de Lula. La Resistencia sigue un camino similar al defender que no apoyar las medidas progresivas es un error sectario.

Defender las medidas que consideran progresivas y criticar las regresivas también fortalece al gobierno. No ayuda a los trabajadores a ver el verdadero carácter y el papel del gobierno en la preservación de los acuerdos con la derecha y en el mantenimiento de los intereses de los capitalistas. Con más o menos críticas, esta política, en la práctica, se convierte en apoyo permanente al propio proyecto del gobierno, o la falsa idea de la posibilidad de cambiar el gobierno desde adentro.

Las medidas del gobierno no sirven como punto de partida para la emancipación de los trabajadores. De hecho, es lo opuesto, sirven para atender a la burguesía, para retroceder la conciencia y el nivel de organización del pueblo.

Las medidas anunciadas por el gobierno en estos 100 días son muy poco. Estamos hablando, por ejemplo, de R$ 70.000 millones para la Bolsa Família y R$ 215.000 millones de dividendos a los accionistas de la Petrobras. Lo que viene haciendo Lula está en la sintonía con lo que defiende la OCDE o el propio gobierno de Biden. Un sector del imperialismo defiende una política económica más “anticíclica”, que permita cierto nivel de gastos públicos para retomar el crecimiento y políticas sociales compensatorias. Por eso, el mercado celebra el marco e incluso la reanudación de proyectos petistas. Se trata de un intento de recuperar el nivel de lucratividad del capital.

Más bien deberíamos defender las conquistas de los trabajadores, o incluso las medidas progresivas, cuando son atacadas por la ultraderecha. Pero la condición para esto es que sean realmente atacadas. Y, aun ahí, es necesario exigirle al gobierno para tener más, y denunciar las insuficiencias, dado que ninguna “medida progresiva” en el capitalismo, por sí sola, resolverá los problemas de la vida de nuestro pueblo.

Explica pacientemente que el gobierno de Lula no es aliado de los trabajadores

Otra forma de capitular al gobierno es no tener una política para el gobierno. Por ejemplo, el PCB y el propio MES dan como salida organizar las luchas inmediatas de los trabajadores, hablan de mantenerse independientes del gobierno; el PCB incluso llega a saltar al socialismo, el poder popular, etc., pero no dicen cuál debe ser la política en relación con el gobierno. ¿Son situación u oposición? ¿Hay que explicarles a los trabajadores que este gobierno no es de ellos o no? Entonces, ¿qué consigna debemos usar para ayudar a desenmascarar y demostrar su verdadero carácter de clase?

La Resistencia, en este punto, es más coherente y defiende una política de exigir que el gobierno burgués de Lula y el PT rompa con la burguesía. Dicen que sería una política táctica para disputar la conciencia. Pero es incomprensible; después de todo, si el gobierno de Lula rompiera con la burguesía continuaría siendo burgués, dada la naturaleza actual del PT y de su proyecto. Entonces, esta “táctica” sirve más para confundir que para explicar la naturaleza del gobierno, pues sería igual que esperar que el PT rompa consigo mismo.

Los peligros de este gobierno Lula 3 son mayores que en el pasado, porque hoy hay una fuerte oposición de ultraderecha que merodea esperando que el gobierno se desmoralice para retomar el camino de su proyecto autoritario. Necesitamos decirles a los trabajadores que Lula y el PT, al elegir el camino que han elegido, terminarán ayudando nuevamente a la derecha y la ultraderecha. Al fin y al cabo, necesitamos preparar las luchas del pueblo contra este gobierno, exigiendo sus demandas y, junto con eso, explicar que este no es su gobierno, que no es posible confiar en Lula y que hay que fortalecer un proyecto que enfrente al capitalismo. Y eso pasa por fortalecer una organización política de los trabajadores, socialista y revolucionaria.

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 12/4/2023.-

Traducción: Natalia Estrada.

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