Jue Mar 28, 2024
28 marzo, 2024

¿Es “progresivo” el fenómeno de Podemos?

En las últimas semanas, tuvo gran repercusión en la prensa internacional la información que el partido Podemos (Estado español) y la coalición Syriza (Grecia) podrían ganar las elecciones en sus países y, por esta vía, llegar al gobierno.

La noticia no ha hecho más que acentuar el carácter de “estrellas” que estas corrientes políticas tienen actualmente dentro de la izquierda mundial. Especialmente, en el caso de Podemos, que logró rápidamente 100.000 afiliaciones y cuya página facebook ya supera los 900.000 seguidores.

Muchos obreros y sectores populares españoles, y de todo el mundo, ven con mucha simpatía a esta organización. El impacto es tan grande que incluso organizaciones o militantes que se reivindican de “izquierda revolucionaria” comparten esta actitud.

Esta simpatía se explica por la imagen de Podemos de ser “lo nuevo contra lo viejo” y, más concretamente, los “herederos de indignados” (también llamado Movimiento 15M),  el gran proceso de movilizaciones populares que, en 2011 y 2012, sacudió al Estado español y fue conocido en el mundo entero.

¿Pero es así? ¿Podemos es realmente el heredero político del movimiento de indignados? Nosotros creemos que no. Que, aunque la base social de ambos es muy similar, indignados fue un proceso muy progresivo de conjunto, mientras que Podemos es un fenómeno regresivo que busca “matar” el significado del 15M.

Indignados: un proceso muy progresivo

Decimos que el de “indignados” fue un proceso muy progresivo de conjunto por varias razones. Primero: se asentó sobre la movilización de masas y este era el centro de su acción. Segundo: levantó un justo programa de reivindicaciones populares. Tercero: aunque de modo un tanto confuso, significó una fuerte denuncia del régimen monárquico que domina el estado español y las ligazones de este régimen (y sus principales fuerzas políticas, PP y PSOE) con el poder económico. En los hechos, chocaba con la institucionalidad burguesa.

Un componente era muy contradictorio. Por un lado, era muy positiva su reivindicación de la “democracia de masas” frente a los aparatos burocráticos y verticalistas, como los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, o las organizaciones políticas que se dicen de “izquierda”, como el PSOE e Izquierda Unida. Esas organizaciones, en conjunto, han sido cómplices del poder político y económico (desde la caída del franquismo, en 1976), lo han ayudado a pasar sus feroces planes de ajuste y han impedido una reacción obrera y popular mucho mayor. Frente a eso, tanto la reivindicación de la lucha como de la democracia de masas, resultaba una bocanada de aire fresco.

Pero, al mismo tiempo, esta justa reivindicación era acompañada de la falsa ilusión de que bastaba “radicalizar la democracia” a través de las asambleas populares para enfrentar al poder y cambiar las cosas.

Finalmente, tenía un aspecto totalmente negativo: al confundir los aparatos sindicales con la clase obrera, se negaba a incorporar a los trabajadores organizados (fuerza social central de una lucha contra el poder político y económico de la burguesía), y reivindicaba la construcción de un movimiento colectivo integrado sólo por “ciudadanos individuales” y no por sectores sociales.

Esta visión se expresó negativamente durante la “marcha negra” de julio de 2012, cuando diversas organizaciones llamaron a apoyar a los mineros de Asturias (herederos de la mejor tradición de lucha obrera del país) que marchaban a Madrid en defensa de sus fuentes de trabajo. Las asambleas más importantes de “indignados” votaron en contra de este apoyo, con argumentos “ecologistas” contra el uso del carbón como combustible. Por el contrario, las asambleas de los barrios más obreros dieron su respaldo y se sumaron a la “marcha negra” con la consigna “Madrid obrero apoya a los mineros”.

¿Fenómeno progresivo o regresivo?

Aunque tengan una base social similar, Podemos es lo opuesto de  indignados. Es un partido que busca “domesticar” la bronca de esta base social y esterilizarla dentro de las instituciones burguesas.

Podemos “mata” los aspectos más positivos de indignados como su propuesta de movilización y lucha de masas, y su programa de reivindicaciones, y lo transforma en una propuesta de “democratizar” las instituciones imperialistas.

Al mismo tiempo, se apoya en la ilusión de “radicalizar la democracia” para proponer que esta “radicalización” puede darse por la vía muerta de las elecciones burguesas. Finalmente, potencia sus aspectos negativos como la reivindicación del “ciudadano individual” contra la clase obrera como fuerza organizada. Para la visión ideológica de Podemos, existe una contradicción entre “la gente” (agrupación positiva de los individuos)  y “la casta” (los políticos corruptos). La batalla es entre estos sectores de definición completamente ambigua y no entre clases y sectores sociales (proletariado y bruguesía). 

Por eso, decimos que la propuesta de Podemos es “regresiva” y no “reformista progresiva”, como afirman muchos. No es heredera de indignados sino la liquidación del significado de este movimiento. Es necesario diferenciar la radicalización que expresa el crecimiento del apoyo electoral a Podemos (fenómeno progresivo) con la política totalmente negativa de este partido de esterilizar esa radicalización y asimilarla al sistema.

El apoyo de grandes medios de prensa

La situación española (profunda crisis económica, feroces planes de ajuste, crisis del PSOE y otros aparatos de la izquierda tradicional) dan el marco para el crecimiento de la influencia electoral de Podemos. Pero este proceso está lejos de ser “puro” o “independiente”. En ese crecimiento, Podemos ha contado con el apoyo de grandes multimedios de la prensa burguesa.

Los más relevantes son el grupo Mediapro, nacido como productora de películas muy exitosas como “Los lunes al sol” y “Vicky Cristina Barcelona”. Hoy, está asociado a la multinacional de publicidad británica WPP, es el principal accionista del canal televisivo La Sexta y productor de muchos programas para otras cadenas.

Otro apoyo importante es del grupo Multiprensa y Mas, cuyo accionista mayoritario es el consorcio noruego Schibsted, propietario de muchos diarios (pagos y gratuitos), TVs, radios, etc., en varios países del mundo. En el Estado español, edita el periódico diario gratuito “20 Minutos”, el más leído del país (2.911.000 lectores) que, tiene, además, una edición online muy visitada.

Un tercer grupo de medios es Display Connectors, cuyo accionista mayoritario es el catalán Toni Casis. Esta empresa ha gestionado más de 100 periódicos en el mundo. Entre ellos, The Independent (Reino Unido), La Stampa (Italia), Clarín (Argentina),  El Comercio (Perú) , O Estado de São Paulo (Brasil); La Gazzetta dello Sport (Italia),  Metro International y Público (España), Daily Mirror (Reino Unido), etc. En el Estado español, gestiona además el periódico digital de acceso gratuito Público.es, con casi 7.600.000 vistas mensuales. 

Para terminar con este punto, digamos que este partido cuenta con el apoyo de Hispan TV, edición española de la cadena televisiva pública iraní. Pablo Iglesias cuenta con un programa en este canal (Fort Apache).

Eliminando la democracia interna

Por otro lado, la dirección de Podemos, encabezada por Pablo Iglesias (PI) está liquidando la democracia interna del partido. Así lo denuncia un artículo publicado por la página de Izquierda Anticapitalista (integrante de la organización internacional conocida como Secretariado Unificado de la IV Internacional – SU), que ha sido impulsora de Podemos desde su fundación.

El artículo (escrito por un militante de Madrid, trabajador de la salud) informa que Pablo Iglesias (PI) designó personalmente a los 62 miembros que hoy conforman el CC y a los 10 de la Comisión de Garantías” y que también se están eligiendo “a dedo” los secretarios generales regionales y diversas candidaturas. Agrega que las verdaderas decisiones se toman arriba y se ejecutan abajo” y que esta falta de democracia se expresa en “un programa en proceso de adaptación a la lógica de los mercados (‘realista y pragmático’, lo llama PI)” (3).

¿El programa de Podemos es “reformista” o proimperialista?

Un elemento central para definir el carácter de una organización política es analizar su programa. Es decir, aquellas medidas que propone aplicar en caso de llegar al gobierno. En esto, seguimos el criterio de nuestro maestro León Trotsky, quien afirmaba que “un partido es, en primer lugar, su programa”.

Un análisis del programa de Podemos nos muestra que, lejos de ser “reformista progresivo”  es, en realidad,  profundamente proimperialista.

  • El punto 1.3 se titula Conversión del BCE en una institución democrática para el desarrollo económico de los países.
  • En el punto 4.1 (Impulso de la participación) se propone la “creación de un Comisariado de Participación en la Comisión Europea, propuesto y elegido por el Parlamento Europeo…”.
  • En el punto 5.1 (Derogación del tratado de Lisboa) se propone la “refundación de las instituciones de la Unión Europea (UE)…”. (1)

En otras palabras, la política de Podemos es “democratizar” a la UE y al BCE. Es necesario recordar que la UE (y sus instituciones) y el BCE son parte central de la estructura política y financiera montada por los países imperialistas de Europa (con Alemania a la cabeza) cuyo objetivo es atacar de conjunto las conquistas de los trabajadores y las masas europeas, y explotar a los países integrantes más débiles.

Agreguemos que la UE y el BCE, junto con el FMI,  forman la “troika” que impone y controla los feroces planes de ajuste en España y Grecia. A Podemos sólo le falta pedir la “democratización” del FMI para que su programa se ordene alrededor de una “troika democratizada”. No hay ninguna posibilidad de “democratizar” o “reformar” estas herramientas imperialistas. Son y serán siempre armas contra los trabajadores y las masas.

No es casual que el Financial Times (vocero de la burguesía imperialista financiera de Gran Bretaña) haya elogiado la propuesta de Podemos en el artículo «La izquierda radical tiene razón sobre la deuda europea», en el que señala que el programa de Podemos le parece «un enfoque coherente para gestionar el riesgo económico posterior a la crisis” (2). ¿Acaso alguien cree que esta vieja y experimentada burguesía imperialista es “ingenua” o “está engañada”? ¿O que lo es bueno para “ellos” puede ser favorable a los trabajadores y las masas españolas?

Las propuestas actuales de Syriza tienen un contenido similar: negociar (en el marco de la UE y sin romper con ella) una reestructuración de la deuda griega y la aplicación de planes de ajuste “menos brutales”.

En momentos en que las masas españolas y griegas luchan con dureza contra los planes impuestos por la “troika” y, cada vez más, llegan a la conclusión de que se debe romper con la UE, Podemos y Syriza vienen, desde la “izquierda”, a intentar salvar a las instituciones imperialistas y crear la ilusión reaccionaria de que pueden ser “democratizadas”. 

Esta lamentable política de organizaciones que se dicen de “izquierda” termina llevando agua al molino de la extrema derecha y hasta de organizaciones fascistas europeas (como Aurora Dorada, en Grecia; el Frente Nacional francés y el UKIP británico) que toman la bandera de ruptura con la UE para ganar peso de masas.

Por otro lado, en el caso de Podemos, su carácter proimperialista se expresa también con la posición sobre la lucha del pueblo catalán. Como ha señalado Corriente Roja del Estado español, frente a las grandes movilizaciones de masas y el reciente plebiscito en Cataluña, este partido (que, en abstracto, defendía el derecho de autodeterminación)  levantó la posición de defender “la unidad de España” (al igual que el PP y el PSOE).

Peor aún: afirmó que cualquier definición sobre Cataluña debía darse dentro de las “instituciones democráticas españolas”. Es decir, por dentro del podrido y opresor régimen monárquico heredado del franquismo.

En otras palabras, la lógica de Podemos es que existe el “derecho abstracto de autodeterminación”… pero, si se lo quiere aplicar, como en el caso del pueblo catalán, Podemos está en contra. 

Otras presencias y omisiones de las propuestas de Podemos

Frente a la deuda española con la UE y los bancos extranjeros, la consigna de indignados era “No podemos, no pagamos”. Podemos comenzó con una propuesta progresiva: auditoría de la deuda, moratoria de su pago mientras se hacía esta revisión y no pago de la deuda ilegítima.

Luego, la dirección elegida “a dedo” por Pablo Iglesias giró claramente a la derecha y su propuesta actual es, básicamente, renegociar la deuda y seguir pagando. Eso sí, “democratizando” al BCE.

Otro problema gravísimo del pueblo español es el de aquellas familias que ya no pueden seguir pagando las hipotecas de sus viviendas. Hay más de 140 desalojos diarios por este motivo y, agravando la situación, la legislación española determina que esa familia debe seguir pagando la deuda aunque haya perdido la vivienda. Las reivindicaciones del movimiento que lucha contra esta realidad son: deuda cero si se pierde la vivienda y alquiler social (a precios accesibles) para quienes no tienen vivienda. La propuesta de Podemos se limita a proponer la “renegociación” de la deuda con los bancos.

Finalmente, es imposible saber lo que opina Podemos sobre temas tan importantes como el salario mínimo (hoy de 640 euros, muy por debajo de las necesidades de una familia) o de las pensiones (jubilaciones) aún más bajas. Aunque la prensa les preguntó reiteradamente qué (valores) proponen en estos puntos, la respuesta ha sido la omisión y, como dice el dicho, “quien calla, otorga”.    

¿Cuál debe ser la política de los revolucionarios?

Muchas veces, en la historia reciente, se ha dado el surgimiento de movimientos amplios que influyen e impactan sobre los trabajadores y las masas. Muchas veces, también se planteó entonces la necesidad de que los revolucionarios definieran su posición ante ellos.

Para nosotros, el primer paso para plantear cualquier política hacia esos procesos es definir su caracterización y su signo. Como hemos visto, hay un debate en curso, dentro de la izquierda, sobre el significado de  Podemos, debate que debe continuar profundizándose.

Las demandas obreras y populares siguen estando en las calles como lo mostraron las masivas movilizaciones del 22 de marzo y, más recientemente, el 29 de noviembre, convocadas por la Marcha de la Dignidad (por pan, trabajo y techo). Es una tarea muy importante tratar de que estas demandas sean obtenidas y las luchas tengan expresión política. Pero no será a través de Podemos: esta organización y su programa no representan un verdadero «cambio»; son las recetas de la vieja socialdemocracia pero en medio de la crisis económica más brutal del capitalismo. La ùnica salida progresiva a la crisis española, europea y mundial europea tiene que venir de la lucha de la clase obrera encabezando a las masas populares. Cualquier otra cosa es pura ilusiòn. Apostar por Pablo Iglesias sólo dará otro Felipe González, corregido y empeorado.

Por eso creemos que la política de los revolucionarios hacia Podemos debe pasar hoy por el más duro combate político. Creemos que la necesidad más imperiosa de las masas en el mundo es construir una dirección que pueda encabezar e impulsar sus luchas.

Una parte esencial de la respuesta a esa necesidad es la construcción de partidos revolucionarios en cada país, como parte de una organización internacional revolucionaria, y no la de una nueva alternativa electoral engañosa que no hace más que repetir el programa proimperialista de la vieja socialdemocracia europea.

Una alternativa que, tal como decía Lenin, debemos presentar “explicando pacientemente” nuestra posición a los trabajadores y las masas que simpatizan con Podemos. Debemos hacerlo, usando también otro concepto de Lenin, “sin temor a quedarnos en minoría” en estos momentos, mientras estos sectores hacen su experiencia. Es la única forma de construir una alternativa revolucionaria.  

  1. Extraído de http://podemos.info/wordpress/wpcontent/uploads/2014/05/Programa-Podemos.pdf
  2. Extraído de http://www.elmundo.es/espana/2014/11/24/54732110ca47410f1b8b4579.html
  3. Extraído de http://www.anticapitalistas.org/spip.php?article30170

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