Mar Oct 03, 2023
3 octubre, 2023

¿Es necesario apoyar a Lula para derrotar a Bolsonaro?

Quienes se dicen de izquierda y defienden la candidatura de Lula se apoyan en dos afirmaciones verdaderas para forzar una conclusión falsa. Es evidente que derrotar a Bolsonaro es la necesidad más urgente en el Brasil hoy. Y es un hecho que Lula es el favorito en la carrera presidencial. Pero de ahí no se deriva que la candidatura del PT sirva a los intereses de los trabajadores, como nos quiere hacer creer su marketing electoral.

Por: Júlio Anselmo

El debate sobre la composición de la lista es solo el principio del asunto, no el final. En este aspecto, la actual candidatura de Lula no solo repite los errores del pasado, sino que los profundiza. Esto simplemente quiere decir que, si en el pasado el PT formó una coalición con algunos sectores burgueses, ahora se trata de pactar con la mayoría de la burguesía brasileña e internacional.

Viajar por los países imperialistas y ser recibido por los jefes de Estado no es gratis. No es cualquier cosa que el Financial Times diga que “el mercado hoy tiene más esperanzas de que Lula pueda ser un buen presidente para la economía, más responsable y capaz de implementar una agenda mejor que Jair Bolsonaro”.

Lula y Alckmin: ¿quién ganó a quién?

La propuesta de Geraldo Alckmin, exgobernador de São Paulo por el PSDB, para ser su vice es aburguesar aún más el aburguesamiento de Lula. Es un efecto de la adaptación, no la causa de ella. Es decir, refuerza que la propuesta es una lista presidencial, un programa electoral y un proyecto de gobierno mucho más a la derecha de lo que fueron entre 2002-2016.

Hay quienes dicen que con sacar a Alckmin sería suficiente. Pero, independientemente de quién sea el vice, será alguien con este mismo perfil. Está en marcha la construcción de un amplio arco de alianzas con sectores burgueses, empresarios, banqueros, legítimos representantes del estiércol de la política brasileña, incluidos sectores del centro y nombres como Temer. El PT incluso ha estado buscando elementos de derecha que hasta ayer eran bolsonaristas o a los que llamaban “golpistas”.

En la lucha, en las manifestaciones, en la acción del movimiento contra Bolsonaro, toda unidad es válida y necesaria. Pero lo que hace el PT en la elección no tiene nada que ver con eso. Aunque diga que esa es la única forma de derrotar a Bolsonaro, los hechos no lo respaldan. Porque la propuesta de Lula no es solo para ganar las elecciones, es una alianza con la burguesía para gobernar el país. Es para garantizar el apoyo de un futuro gobierno suyo.

Es muy poco probable que, electoralmente, Lula necesite tanto a la derecha y a la burguesía. Aunque esta gente libere millones de reales para candidatos que ellos tengan algún interés en que ganen.

Pero entonces, ¿por qué Lula necesita esto? ¿Por qué Lula insiste tanto en esta alianza? De hecho, deberíamos invertir la pregunta. No habiendo diferencias programáticas irreconciliables, o sea, teniendo todos un acuerdo general sobre la conducción del capitalismo brasileño, ¿por qué, entonces, no debería hacerse tal alianza?

La alianza de Lula con la burguesía es la prueba de que los programas de sus participantes tienen puntos en común que van mucho más allá de la cuestión sobre el posicionamiento en relación con Bolsonaro. Porque nadie construye una lista unificada para gobernar el país a partir sobre un único punto en el programa.

Entonces, alguien está siendo engañado: o la burguesía, o Lula, o los trabajadores. O parte de la derecha y de la burguesía brasileña estaban locas por apoyar una candidatura que favorece a los trabajadores, que cuestiona sus riquezas y sus intereses, o es Lula quien en realidad, lejos de afectar los intereses de la burguesía, los protege.

¿Qué significa derrotar a Bolsonaro?

Sobre todo esto, la dirección del PT dice que ahora todo vale para derrotar a Bolsonaro. En las propias palabras de Dilma: “Bolsonaro es la expresión de un ala conservadora y reaccionaria de la burguesía brasileña. Fue apoyado por militares, partidos y políticos de derecha y centro-derecha”. Ahora, estamos totalmente de acuerdo con esta frase de la expresidente. El problema es que el proyecto del PT para derrotar a Bolsonaro, a los reaccionarios y a la derecha es poner en su gobierno a sectores reaccionarios y de derecha.

Dilma incluso afirma que “Bolsonaro es el resultado del huevo de la serpiente en el golpe de 2016, del discurso de odio que lo sostuvo y de la interdicción del expresidente Lula”. De hecho, el problema de esta cloaca política de la que salió el actual presidente no empezó en 2016 y, para ser justos, ni siquiera en 2002. Viene de mucho antes. Pero el PT tiene su parte de responsabilidad con los 13 años al frente del gobierno federal, donde acordó con toda la estructura política arcaica y atrasada del país y no enfrentó a la burguesía lacaya y servil al imperialismo.

Hacer alianzas con la burguesía, gobernar el Brasil sin atacar los cimientos del capitalismo brasileño, e incluso ganar las actuales elecciones en acuerdo con la derecha, es incubar el huevo de la serpiente. Está claro que Lula puede ganarle electoralmente a Bolsonaro. Pero esto puede no ser necesariamente la derrota política de la extrema derecha, de Bolsonaro y del bolsonarismo. Mucho menos significaría una derrota para la burguesía, incluso porque hay sectores de ella en ambas listas. Sacar a Bolsonaro del aparato del Estado es importante. Pero eso no es sinónimo de apoyar a Lula y el PT, ni votar por ellos en la primera vuelta de las elecciones.

Si derrotar a Bolsonaro significa derrotar todo lo que él representa, entonces tenemos que atacar las condiciones que le permitieron surgir y fortalecerse. Y cómo la existencia de Bolsonaro se explica por la propia situación de degradación que lleva a cabo el propio capitalismo. De tal manera que, precisamente por eso, porque Bolsonaro es un síntoma de la desagregación y decadencia del propio dominio burgués, la tarea de derrotar a esta ultraderecha no puede quedar relegada a acuerdos con la burguesía y necesita un programa de ruptura con el capitalismo.

El papel del supuesto voto útil y una alternativa

Si nos alejamos de la película que se está proyectando en esta elección, veremos la dinámica más general que explica el fenómeno Bolsonaro y también la rehabilitación de Lula/PT. Veremos que ambos están vinculados y se retroalimentan. Si profundizamos en este enfoque, ahora para ver los fundamentos que están ahí en la raíz de la alternancia política entre ambos, también nos daremos cuenta de que la polarización social y política no es una casualidad. Está en la realidad porque la realidad es polarizada por el conflicto de intereses de clases sociales opuestas.

Lo lamentable es que la construcción de una alternativa de los trabajadores, independiente de la burguesía, sigue siendo el lado frágil de este escenario. Ser garante del PT hoy no ayuda a superar esto, de hecho lo hace aún más difícil. La salida a la abominación ultraderechista actual no está en el retorno de un capitalismo supuestamente progresista, democrático y científico. Porque eso no existe en la realidad hoy. Vivimos en el mundo del capitalismo salvaje y barbarizado y no del “humanizado”. Es por eso que la realidad exige una alternativa revolucionaria y socialista, que se exprese también en una candidatura de los trabajadores, independiente de la burguesía, en esta elección.

Probablemente, muchos objetarán que todo esto es una tontería, diciendo que lo importante es el aquí y el ahora. Que basta con saber qué candidato es el más viable, el menos malo, con posibilidades de ganar e intentar mejorar un poco las cosas. Hemos seguido esta misma lógica desde la redemocratización del país. Si eliges siempre el mal menor, el “bien mayor” nunca crecerá y nunca será construido.

El hecho de que la gente quiera votar por cualquiera para sacar lo que hay es la demostración del nivel de indignación popular contra este gobierno. Desde la dictadura hasta aquí, comparado con Bolsonaro, cualquier cosa es mejor. Y eso no quiere decir que debamos apoyar o votar cualquier cosa, más aún cuando hay como opción una candidatura revolucionaria y socialista.

Este debate sería obvio para muchas personas si la alternativa más viable a Bolsonaro fuese Moro o cualquier otro representante directo de la burguesía brasileña. Pero con Lula es diferente, goza de un amplio respaldo popular, por una mezcla de su pasado como sindicalista, de luchador contra la dictadura, pero también porque su gobierno se apoyó en un boom económico mundial y de hecho dejó un recuerdo de que las cosas en ese tiempo parecían mejores. En busca de una salida para un momento actual difícil, es común que el pasado se idealice y se nuble en la memoria cómo era realmente la vida. Baste decir que las luchas de 2013 no fueron en vano.

Aquí también se aferran a un elemento verdadero: el gobierno de Bolsonaro es el mayor desastre que ha ocurrido en el país desde la dictadura militar. Pero, ¿significa eso que en los 13 años de su gobierno, el PT no sirvió a los ricos y poderosos del país? ¿O que se cumplieron las demandas de los trabajadores? Sin mencionar que, al final, los gobiernos del PT contribuyeron a desmoralizar la lucha, destruir la conciencia de clase y aumentar la desorganización y desmovilización de los trabajadores.

Adaptando la célebre frase utilizada por Marx para el caso brasileño en relación con los gobiernos del PT, la historia se repite, pero aquí primero fue una farsa y ahora, si no se fortalece una alternativa de los trabajadores revolucionarios y socialistas, puede ser una tragedia.

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 15/2/2022.-
Traducción: Natalia Estrada.

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