Jue Mar 28, 2024
28 marzo, 2024

Es necesaria una visión correcta de los acontecimientos y las tareas

Es difícil escoger un camino e incluso saber qué vehículos, equipamientos, o herramientas vas a necesitar, si usted no sabe dónde está.

Editorial de Opinión Socialista Nº 524

También en la lucha para cambiar al país y al mundo, es necesario saber dónde estamos y saber hacia dónde queremos ir. Sólo así podremos escoger el camino. Para escoger los caminos a seguir y las tareas a cumplir, es necesario tener una visión nítida de los acontecimientos sociales y un objetivo definido a alcanzar.

La explicación de que el impeachment de Dilma fue un golpe, causa desorientación. Quien crea eso está perdido y va a plantear tareas equivocadas para la clase trabajadora.

Sus defensores afirman que hay una “ola reaccionaria” en el país, protagonizada por la clase media, ante una clase trabajadora también reaccionaria o, como mínimo, apática. Creen que el impeachment es producto de la fuerza de la burguesía y de la debilidad del proletariado, que habría sufrido una derrota. El resultado sería que, después del impeachment, la burguesía cuenta con un gobierno más fuerte, con mayor capacidad de represión y de gobernabilidad, y una clase trabajadora y una juventud con la cabeza gacha, sumisa y en situación de reflujo de las luchas. En síntesis, ¡derrotada!

Una situación como esa impone a la clase tareas de resistencia bastante tímidas y objetivos bien limitados. La tarea sería derrocar a una dictadura, para restablecer el régimen político actual: la democracia de los ricos, que tenemos hoy, o incluso, reinstalar el gobierno de Dilma. 

¡No se metan con los derechos! ¡Ni un paso atrás! 
No hubo golpe alguno. Dilma cayó porque atacó derechos de los trabajadores, para favorecer a banqueros y empresarios. Atacó al seguro de desempleo y el bono del PIS (Programa de Integración Social), anunció una nueva reforma de la Previsión Social (como la que Temer quiere hacer). En fin, después de decir que no quitaría derechos “ni que la vaca tosa”, practicó un verdadero robo electoral a los 54 millones de votos que ella y Temer obtuvieron y, con eso, su base social se convirtió en polvo.

El impeachment, entonces, representó, de forma distorsionada, una parte de lo que la clase obrera y la mayoría de la clase trabajadora querían en primer lugar: ¡Fuera Dilma!

La burguesía y el imperialismo no querían que Dilma cayese, sino todo lo contrario. Sólo pasaron a considerar la alternativa de Temer, ahí sí como un «mal menor», cuando percibieron que Dilma ya no tenía mínimas condiciones de gobernabilidad.

El impeachment nunca fue solución, porque este Congreso Nacional corrupto daría el poder a Temer, el vice, para continuar, de forma empeorada, con los ataques que el gobierno de Dilma comenzó. No bastaba sacar a Dilma, era y es necesario ¡sacar a todos ellos del poder: Temer, Cunha y el Congreso! Porque todos ellos defienden gobernar para los ricos contra la clase.

La clase trabajadora, sin embargo, nunca quiso a Temer, a Cunha o a este Congreso corrupto, menos aún el ajuste fiscal.  La amplia mayoría quiere elecciones ya, porque no quiere a ninguno de ellos, mucho menos a Temer.

El impeachment no significó una derrota de los trabajadores, menos incluso un “golpe”. Por el contrario, produjo un gobierno aún más frágil y abrió las puertas a la ampliación de las luchas de la clase obrera, de los trabajadores, de la juventud, de los negros, de las mujeres trabajadoras, de las LGBT’s. Esto es a lo que estamos asistiendo ahora. 

Huelga General: Unidad para derrocar a Temer y las reformas
Es posible y necesario derrocar a Temer e impedir que desaparezcan nuestros derechos. Temer anunció la reforma de la Previsión para fin de mes. Vamos a construir una Huelga General y paralizar al país. Y, también, masificar actos que sean por el “Fuera Temer” y contra cualquier ataque a la jubilación, a los derechos laborales, a la educación y a la salud.
Para derrocar a este gobierno es necesario que la clase trabajadora, de conjunto, pare la producción, la circulación y la distribución de mercaderías. Pero, la clase trabajadora no va a moverse en defensa de Dilma o “contra el golpe”.

Desde el PSTU levantamos: “¡Fuera Temer! ¡Fuera Todos ellos!”. Impedir el retiro de cualquier derecho y luchar por un gobierno socialista de los trabajadores, formado por consejos populares. Defendemos, de inmediato, elecciones generales, con nuevas reglas, en tanto no tengamos consejos populares, porque eso es lo mínimo a que tienen derecho los trabajadores y el pueblo, que no quieren ni a Dilma ni a Temer.

El PT (que sabe que no hubo golpe) quiere, en realidad, buscar recomponerse a través de la conformación de un “frente amplio”, apuntando a las elecciones del 2018. La tesis del golpe sirve para que, en nombre de la “defensa de la democracia” poder reunir alrededor de una candidatura común, a buena parte de la izquierda y de los partidos burgueses, como el PDT y otros, además de figuras como Katia Abreu.

La mayor parte del PSOL, al defender la tesis del golpe, también tiene un proyecto que no va más allá de la defensa de esta democracia de los ricos que conocemos.

Es posible, con objetivos estratégicos diferentes, hacer unidad en este momento para levantar ¡Fuera Temer) e impedir las reformas. Pero, para que la clase trabajadora entre con peso en esta lucha, no podemos plantear  como objetivo de las manifestaciones esa cantilena sobre el “golpe”. Tenemos que plantear la lucha contra el gobierno Temer en primer lugar y avanzar camino a una Huelga General.

Traducción Laura Sánchez

 

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