Mar Mar 19, 2024
19 marzo, 2024

En Costa Rica la lucha por la vacuna es la lucha contra el capitalismo

El pasado 24 de diciembre, el presidente Carlos Alvarado inauguró el histórico proceso de vacunación contra el Covid-19 en Costa Rica lo cual llenó de esperanza a todo el país, pero, desgraciadamente, ese acto político del inicio de campaña no explicaba lo difícil que iba a  ser para este país competir con las grandes potencias imperialistas por las dosis que se necesitan.

Por: SHD – Costa Rica, 8/2/2021.-

La meta que se propuso el Ministerio de Salud es la inmunización del 100% de las personas mayores de 18 años, lo que equivale a obtener dosis de vacunas para unas 3.06 millones personas en el mercado internacional.

De las más de siete millones de dosis que necesita el país, tres millones fueron contratadas con Pfizer-BioNtech, un millón con AstraZeneca, dos millones con COVAX (OMS) y otras 1.2 millones que  aún no ha podido contratar.[i]

A más de un mes de iniciado el proceso de vacunación, el país solo había podido conseguir 104.325 dosis, provenientes del contrato con Pfizer-BioNtech, lo que significa solo un 1.40% de las que necesita, y de la entrega de las demás y el cumplimiento de los contratos no hay noticias ni una perspectiva clara de cuándo ni cómo se van a conseguir; mientras tanto, mueren día a día decenas de personas en los hospitales y miles arriesgan sus vidas cada vez que salen hacia el trabajo.

¿El mercado no está funcionado “normalmente”?

Desde que se inició la pandemia, el Gobierno ha insistido en que producto de la pandemia el mercado internacional no funciona con normalidad, y con eso justifican las permanentes deficiencias en la obtención de respiradores, camas especializadas, equipo de protección, personal para personas profesionales en salud, y otros insumos para el combate de la pandemia.

Pero ese “funcionamiento anormal” del mercado es básicamente el  capitalismo siendo desnudado por un mercado que funciona en primera instancia para suplir las necesidades de los países más ricos, y por otro lado, un reflejo de la dependencia total de la vida de millones de seres humanos de unas cuantas empresas que son dueñas de los modelos  de utilidad y patentes de muchos de los insumos médicos, y lo mismo pasa actualmente con las vacunas.

Pese a que la mayoría de las investigaciones de las empresas que hoy son dueñas de las vacunas fueron financiadas con dineros públicos de los diversos países, hoy el futuro del conjunto de la humanidad depende de no más de diez empresas privadas que buscan cómo sacar el máximo de ganancia de la situación de calamidad del conjunto de la humanidad, son esas mismas las que hoy apenas satisfacen con un ritmo lento la demanda de los países imperialistas y ricos del mundo, mientras los países pobres como el nuestro están recibiendo las sobras de esa producción mundial.

Según un informe de la ONG Oxfam en asociación con Amnistía Internacional y la Justicia Global, los países ricos ya garantizaron 53% de las vacunas más promisorias, mientras tanto otros  67 países pobres tendrán vacuna para inmunizar apenas a una de cada diez personas en 2021. Esa lógica pone en peligro hasta el modesto esfuerzo de la OMS con su programa Covax Facility, que busca llegar a garantizar 700 millones de dosis para los países pobres en este año 2021, países que tienen una población que supera los 3.600 millones de personas. [ii]

Luchar contra las farmacéuticas imperialistas y por un modelo socialista distinto, de producción en favor de la humanidad

Cuando los militantes del Partido de los Trabajadores decimos que luchar por destruir el capitalismo y construir una nueva sociedad socialista es de vida o muerte para la humanidad, nos referimos precisamente a cambiar la lógica cruel y el cinismo con que los capitalistas controlan el mundo entero.

Para los socialistas, lo más lógico, una vez alcanzada la proeza científica de conseguir una vacuna que logra inmunizar el cuerpo humano de los efectos del Covid-19, es que se debía iniciar un esfuerzo humano de enormes dimensiones para fabricar y distribuir las dosis necesarias en el menor tiempo posible para el planeta entero, y así sortear el gran obstáculo de la pandemia: científicos y especialistas de todo el mundo encabezando un esfuerzo mundial para vencer la pandemia, edificando fábricas de vacunas en los países que sean necesarias para el esfuerzo mundial.

Desgraciadamente, en el capitalismo no es así. La propiedad privada de las farmacéuticas y las ganancias de los accionistas de estas están por encima de las necesidades de la humanidad, por más absurdo e ilógico que parezca, y no es extraño que debido a la desigualdad con que se están inmunizando los países, en unos pocos años el Sars-Cov-2 se reduciría a una “enfermedad de país pobre”, como muchas otras que existen en la actualidad.

Como trabajadores, ¿qué podemos hacer para cambiar esta realidad?

Las y los trabajadores en Costa Rica debemos sumarnos a la lucha internacional por exigir a los diferentes gobiernos la adquisición de vacunas para evitar la muerte de miles de personas de barrios pobres y obreros, todos los días.

En la actualidad, en todo el mundo se están dando luchas de trabajadores, principalmente de la salud y de la educación, para exigir la vacunación inmediata, pero los procesos deben dar un paso más allá y luchar para que se garantice el acceso a vacunas para todos y todas los/as trabajadores/as.

Nuestros esfuerzos deben enfocarse en romper el monopolio de las grandes farmacéuticas con una lucha antiimperialista que permita abrir y democratizar en todos los países las fórmulas para la elaboración de las vacunas y las máquinas que permitan producirlas. Nuestro país podría expropiar los laboratorios privados que tienen las grandes farmacéuticas internacionales en las zonas francas, con el fin de ponerlos al servicio de fabricar las vacunas; no hay dudas que se cuenta con los especialistas que lograrían desarrollar esa tarea.

Como clase trabajadora, tenemos la posibilidad de organizar esta lucha, aprovechando cada espacio que podamos en nuestros centros de trabajo y nuestros barrios, tenemos la fuerza para cobrarle al gobierno la inoperancia que ya casi nos cuesta 3.000 muertos en el país, número que se multiplicará si no nos rebelamos y exigimos un rumbo distinto.

Nuestro partido se pone al servicio de esas tareas, que si bien son enormes son el único camino que tenemos si queremos poner por sobre los intereses de los grandes ricos y sus empresas, las vidas y la salud de las personas de nuestra clase, que no tienen por qué sacrificarse como lo han venido haciendo durante el último año, y como lo han tenido que hacer siempre.

[i]       Información tomada de Delfino.cr : https://delfino.cr/2021/01/asi-avanza-la-vacunacion-contra-la-covid-19-en-costa-rica

[ii]      Información tomada de Litci.org: https://litci.org/es/para-garantizar-vacunacion-es-preciso-enfrentar-al-imperialismo-y-quebrar-patentes/

 

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