Vie Abr 19, 2024
19 abril, 2024

El programa de Lula: ¿neoliberalismo o desarrollismo?

El PT habla de “adoptar una estrategia nacional de desarrollo justo, solidario, sostenible, soberano y creativo, buscando superar el modelo neoliberal que llevó el país al atraso”. El centro de este proyecto es aumentar los gastos del Estado en supuestas inversiones para impulsar a empresarios brasileños y extranjeros, con el objetivo de aumentar la producción y reindustrializar el país.

Por: Júlio Anselmo

Pero, ¿es posible, en los marcos del capitalismo, desarrollar el país, resolver los problemas de la vida de los trabajadores y trabajadoras, y acabar con nuestro atraso y las desigualdades sociales crónicas?

Bolsonaro es un gobierno neoliberal, principal responsable de la tragedia social y económica del país en la actualidad. Lo que convencionalmente se denomina neoliberalismo es la política económica capitalista, impulsada a partir de la década de 1970, que va desde la privatización y desnacionalización de las economías de los países periféricos, hasta la exigencia de una política fiscal que limite las inversiones en áreas sociales, significando también, un desmantelamiento de los servicios públicos.

Todo ello a partir de un trípode formado por tipo de cambio flotante, meta de inflación y superávit primario, utilizado para garantizar la remuneración de los capitalistas a través de la dilapidación del presupuesto público.

El PT no romperá con la lógica neoliberal

Los gobiernos del PT no rompieron con estas medidas neoliberales. Tampoco lo harán ahora. Por ejemplo, una de las expresiones más claras del neoliberalismo en los últimos años es la Ley del Techo de Gastos. Y Lula, aun criticando esa ley, reafirma que respetará el techo de gastos, solo afirmando que, como es un respetuoso de la responsabilidad fiscal, no necesitará usar esa ley.

En sus gobiernos anteriores, al mismo tiempo que seguía con el neoliberalismo, el PT trató de impulsar sectores especiales de la burguesía, a través de incentivos del Estado. Esto es lo que llaman “desarrollismo”.

¿Qué sucedió? Tras el “boom” de los precios de las materias primas y el agotamiento del ciclo de crecimiento económico mundial, la medida se mostró incapaz de hacer avanzar el país, generando solo reprimarización de la economía (foco en la exportación de recursos agrícolas y minerales) y más dependencia del imperialismo. En otras palabras, seguimos retrasados ​​y rezagados, limitándonos a simples productores de commodities.

Incluso esta alternancia (entre más o menos gastos estatales) corresponde al funcionamiento normal del capitalismo. Es la alternancia de los ciclos económicos y de las necesidades del propio capital. De hecho, por mucho que digan lo contrario, no hay contraposición entre este supuesto “desarrollismo” del PT y el neoliberalismo.

Socio del imperialismo. No existe burguesía “desarrollista”

Obviamente, hay conflictos de intereses entre los sectores burgueses. Pero esto no significa que la realidad pueda explicarse, como la ve el PT, a través de la lucha entre un sector neoliberal de la burguesía contra otro sector supuestamente desarrollista. O entre un sector financiero contra el sector productivo; o, incluso, que coloque a la burguesía nacional enfrentada a la burguesía extranjera. Mucho menos quiere decir que haya algún sector progresivo que atienda los intereses de los trabajadores, frente a otro, reaccionario.

Primero, porque en la fase actual del sistema los sectores capitalistas están interconectados y dominados por el capital financiero, que domina no solo las finanzas, sino también las industrias, el sector comercial y el campo. Basta con mirar el dominio de los multimillonarios fondos de inversión y los bancos, que controlan grandes conglomerados industriales. Entonces, esta división entre el sector productivo y el especulativo no es sostenible. Están todos interconectados.

En segundo lugar, no existe una burguesía nacional que se oponga a la imperialista. Pero, sí, una burguesía nacional asociada al imperialismo. Una burguesía que nació atada a la burguesía internacional, en una conexión umbilical. El imperialismo explota el país directamente con sus propias empresas, e indirectamente a través de sus vínculos con las empresas brasileñas. De tal manera que una liberación del imperialismo presupone la derrota de la propia burguesía nacional.

Una burguesía parasitaria y reaccionaria

Tercero, en el Brasil, la burguesía se volvió parasitaria y financiera antes de haber completado varios aspectos del desarrollo industrial capitalista visto en otros países. El país se construyó sobre el tacón del capitalismo, desde siempre asociando formas sociales y productivas arcaicas con las modernas, de tal modo que nuestra burguesía se volvió reaccionaria incluso antes de haber sido progresiva en algún momento de la historia.

Por lo tanto, el objetivo del PT es, en verdad, justificar su tesis de apoyar y gobernar el capitalismo. Así, trata de disolver la lucha real (que se da entre los intereses de los trabajadores y la burguesía) en una disputa entre sectores burgueses, llevando a los trabajadores a la sumisión a un supuesto sector burgués “desarrollista”.

Pero la historia del país demuestra lo contrario. No hay posibilidad de desarrollo económico y social sin romper con el imperialismo, sin expropiar a la burguesía y sin tomar medidas de transición al socialismo. Por eso decimos que para derrotar el neoliberalismo hay que derrotar el capitalismo, enfrentar a los súper ricos y a las 100 empresas más grandes que controlan más de 60% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 9/9/2022.-

Traducción: Natalia Estrada.

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