Vie Abr 19, 2024
19 abril, 2024

Comunicado desde Ecuador al MIT de Chile y al pueblo chileno: a más de un mes de Revolución

Compañeras y compañeros del Movimiento Internacional de Trabajadores (MIT) de Chile, reciban un saludo fraterno y combativo desde el MAS del Ecuador.

Por MAS-Ecuador

A través de este comunicado queremos expresarles nuestra solidaridad con la lucha valiente y consecuente que lleva a cabo el pueblo chileno contra el modelo capitalista neoliberal que se impuso desde hace 30 años con la dictadura de Pinochet, el mismo que sumió a la clase trabajadora, y a la mayoría de la población chilena, a la pobreza, la desigualdad y la discriminación. También queremos manifestarles que la insurrección popular que vivimos en Ecuador desde el 11 hasta el 13 de octubre ha contado con el respaldo moral y la legitimación que ha aportado el proceso insurgente que ustedes y el pueblo chileno protagonizan en las calles desde hace más de un mes y que constituye un ejemplo del camino que debemos seguir las clases populares en Latinoamérica para derrotar al capitalismo y construir una sociedad justa e igualitaria. Nosotros que somos parte de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI) les hacemos llegar nuestra lectura sobre el proceso revolucionario que vive el hermano país de Chile.

 

Una oleada de luchas populares se desata en América Latina. A esta “primavera latinoamericana” pertenecen los levantamientos en Honduras, Puerto Rico, Haití, Panamá, Ecuador, Chile, Bolivia y, posiblemente Colombia que se apresta a vivir un paro nacional convocado para el 21 de noviembre. El malestar generalizado en la región tiene como trasfondo la ofensiva del Imperialismo y las burguesías nacionales que, para complacerlo y conseguir los favores del FMI, arremeten contra en nivel de vida de los trabajadores y de la población más pobre. En ese contexto, desde hace ya más de un mes, cientos de miles de chilenas y chilenos continúan en las calles exigiendo la salida de Sebastián Piñera del poder, la convocatoria inmediata a una Asamblea Constituyente, la judicialización de los numerosos casos de violación a los Derechos Humanos y la mejora en las condiciones de vida. Exigencias que conllevan la necesidad de derrotar a uno de los modelos más rapaces del capitalismo, el neoliberalismo.

Uno de los principales protagonistas de esta larga resistencia ha sido el movimiento estudiantil que en la historia reciente de Chile se ha manifestado en contra de las políticas neoliberales que desmantelaron la educación pública. Las movilizaciones más recordadas, por su creatividad e inmensa participación y por la adherencia de otros sectores, fueron las de “La revolución de los pingüinos” que ocurrió en los años de 2006 y 2011. Chile vive un proceso revolucionario heroico, en el cual la juventud ha vuelto a ser la protagonista de la historia.  Las “evasiones masivas” en el metro de Santiago ante el alza de los pasajes que decretó Piñera encendieron la mecha del estallido popular. De ahí en adelante, inmensos sectores perdieron el miedo y se sumaron a la lucha impulsados por el alto costo de la vida y la elevación de los precios de los servicios de luz, agua y medicamentos.  Muy pronto el ejemplo de Santiago hizo eco en todo el país dando muestra de que esa sociedad perfecta, “oasis” en América Latina, paradigma de los defensores del mercado, ejemplo de desarrollo y de estabilidad en la región, no era más que una fachada.

Las medidas adoptadas por Piñera golpearon al bolsillo de la gran mayoría de chilenos que cuentan con un salario mínimo de 387 dólares (301.000 pesos) que resulta insuficiente para subsistir hasta el fin de mes, pese a que la canasta básica es de $241 dólares. Un 11% de la población es adulta mayor y vive con una pensión miserable menor a $ 150 dólares. La privatización indiscriminada de los sectores de la salud y de la educación dejó a la población sin más alternativa que endeudarse para acceder a éstos “servicios”, además que fueron privatizadas las carreteras e inclusive el servicio del agua potable. Por otra parte, la clase trabajadora ha sido explotada al máximo para sostener un sistema económico podrido que desde los años de la dictadura de Pinochet no ha podido dar solución a los problemas más urgentes de los chilenos.

Con toda esta frustración a sus espaldas y el odio contenido, los trabajadores, la juventud desempleada, los estudiantes, los ancianos, las mujeres, artistas y todo el pueblo en general salió a manifestarse. Pronto decenas de movilizaciones multitudinarias se tomaron las calles y las plazas. Concentraciones inmensas, cacerolazos e incontables formas de protesta emocionan al mundo. Pero, además, producto del descontento social y la infiltración de las fuerzas represivas, como vimos en Ecuador, se han dado quema de estaciones, saqueos y el inevitable enfrentamiento entre los manifestantes con militares y policías. En respuesta se han acoplado y creado nuevas y variadas formas de autodefensa que, de la mano de la juventud valerosa, han protegido las concentraciones realizadas en la “Plaza de la Dignidad” donde se han llegado a reunir más de un millón de personas.

 

Frente a este legítimo acto de democracia, Sebastián Piñera respondió con una represión brutal, decretando el estado de emergencia y el toque de queda tratando de desgastar el levantamiento. Pero la población, que lleva en su memoria la herida abierta de la dictadura, no está dispuesta a soportar un estado dictatorial de nuevo.  Así, los trabajadores y las organizaciones sociales organizaron la huelga y estallaron las calles en todo Chile.  Se organizaron asambleas por todas partes y en la línea de batalla se organizó la autodefensa del pueblo. Esto fue necesario debido a que los chilenos de a pie son víctimas de innumerables abusos por parte de la represión militar y, principalmente, de los odiados carabineros, que dan cuenta de al menos 23 muertos, varios heridos, 6300 detenidos, torturados, más de 200 personas con daños oculares graves e incluso abusos sexuales llevados a cabo por militares y policías. Por esta razón, la consiga del ¡fuera Piñera! se ha convertido en la consigna fundamental de las protestas. A nivel internacional la solidaridad no se hace esperar. Desde deportistas hasta artistas dan su apoyo a la lucha en Chile. Organizaciones de trabajadores, civiles y colectivos de todo tipo se concentran en las embajadas chilenas.

 

De esta forma, la fuerza del levantamiento hizo que el gobierno de Piñera se apresure a cambiar su gabinete y a dar luz verde a promesas postergadas por largo tiempo a fin de frenar las protestas, incluso se vio obligado a aceptar la propuesta de una nueva Asamblea Constituyente, pero restringiendo su funcionamiento a los amarres del parlamento. En el mismo sentido los partidos tradicionalistas se acogieron al acuerdo de la paz, a espaldas del pueblo que se mantiene en las calles con la conciencia clara de que no se puede confiar en el gobierno represivo de Piñera y no se debe firmar ningún acuerdo sobre la sangre de los compañeros muertos, torturados, mutilados y apresados. Por tal razón el pueblo chileno sigue en las calles luchando y organizando la resistencia.

Desde Ecuador muchos sectores rechazamos el “modelo exitoso de Chile” que tanto han defendido la burguesía ecuatoriana y latinoamericana y nos solidarizamos con la lucha del pueblo chileno por la DIGNIDAD. En nuestro país, tuvimos una insurrección victoriosa que derrotó el decreto 883, puso contra la pared al gobierno de Lenin Moreno y le dijo no al FMI. Ahora, con el proceso revolucionario de los hermanos de Chile nos reafirmamos en que la lucha popular es el único camino que nos garantizará la consecución de las reivindicaciones de los trabajadores del campo y de la ciudad, de los pueblos originarios, de los estudiantes, de los jóvenes desempleados y sin acceso al estudio, de las mujeres, de los ancianos, de los jubilados y de todo el pueblo pobre.

Desde el MAS (Movimiento al Socialismo) de Ecuador saludamos la valentía del pueblo chileno y llamamos a todas las organizaciones sociales, a los trabajadores, a los estudiantes secundarios y universitarios, a los colectivos de mujeres y de toda índole en el Ecuador a que sigamos impulsando la campaña de solidaridad internacional con el pueblo de Chile. Llamamos al pueblo chileno a que se mantenga en las calles hasta que caiga Piñera y su gobierno criminal, que fortalezcan las asambleas populares como base de un futuro gobierno de los trabajadores, campesinos y pueblo pobre. Pero, sobre todo, llamamos a todas las luchadoras y los luchadores chilenos que han surgido en este proceso de movilización para que se organicen en un Partido Revolucionario que pueda canalizar la indignación de la insurrección hacía una sociedad sin explotación, una sociedad sin clases, una sociedad socialista. Por ello les invitamos a que conozcan al Movimiento Internacional de Trabajadores (MIT), sección chilena de la Liga Internacional de los Trabajadores, una organización revolucionaria que viene luchando consecuentemente junto a ustedes.

¡A seguir en las calles hasta que caiga Piñera! 

¡Fuera el imperialismo y el FMI de América Latina! 

¡Vivan los cabildos y las asambleas populares! 

¡Viva la lucha del pueblo chileno, ecuatoriano y de Latinoamérica! 

¡Viva la autodefensa del pueblo! 

¡Justicia y reparación para las víctimas de la represión brutal! 

¡Libertad a los presos políticos! 

¡Por la construcción de un Partido Revolucionario Internacional!

 

 

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