Jue Abr 25, 2024
25 abril, 2024

Chile | El hambre y la crisis sanitaria no se calman con represión. ¡Salud, Pan y Trabajo! ¡Fuera Mañalich y Piñera!

La comuna de El Bosque fue punta de lanza de las decenas de protestas por el hambre en los barrios, un episodio que marcó la prensa incluso internacional.

Por MIT-Chile

Sin embargo El Bosque no ha sido la excepción, la crisis a través de los despidos y la famosa “ley de protección al empleo” está golpeando a cientos de miles de familias y ya se han expandido las protestas en barrios como Bajos de Mena en la comuna de Puente Alto, en Renca, San Bernardo, La Pintana, en la población La Bandera de la comuna de San Ramón, y fuera de Santiago en: Talca, San Felipe, Mejillones, entre otros. Es que están lejos de llegar siquiera las 2 millones y medias de cajas con mercadería que prometió Piñera, en su reemplazo llegan las Fuerzas Especiales y los militares a reprimir las protestas, gaseando con lacrimógena las casas durante las noches, y en algunos casos incluso con militares enfrentándose a disparos a los pobladores como fue en el caso de Renca.

Los testimonios de trabajadores de El Bosque son desgarradores, algunos denuncian que “a veces pasa el día con un tecito y otros apenas con un vaso de agua”, “en los negocios la gente compra bolsitas de té individuales”, y una de las vecinas protesta:“Si pue, días malos, malos…días que uno se los pasa prácticamente acostada para no sentir hambre”, “Yo me pregunto cómo puede ser tan cerrado este gobierno que no escucha a su pueblo. No mira hacia fuera, no mira al prójimo, no mira al débil, al humilde, sólo se mira a sí mismo”. En San Pedro de La Paz no es muy distinto: “No hay trabajo, no hay plata, no hay alimento, no tenemos una casa digna para nuestros hijos, tenemos que vivir aquí, rodeados de ratones y de murciélagos”, contó Carolina Marín, presidenta del Comité La Esperanza de Michaihue.

Pero no solo el hambre se está reprimiendo, sino que la desesperación por ver a nuestra clase contagiarse y no poder ser atendida en los hospitales debido al colapso que hay en el sistema de salud. En muchos casos hay personas que mueren y ni siquiera habían sido diagnosticados de covid-19. Ya la pandemia está fuera de control, hemos sobrepasado a China en número de contagios y a la media global de mortalidad con 46.3 muertos por millón de habitantes. Eso, sin considerar que ya un estudio de la U. de Talca estableció que en Chile se detectan 1 de cada 6 infectados. Es por eso que recientemente un grupo de 40 científicos le exigieron a Piñera a través de una carta “el aislamiento y cierre oportuno de ciudades o regiones, que pronto se verán saturadas por los altos niveles de contagio, para así evitar que se repita la situación actual de la Región Metropolitana, donde se actuó tarde”, con el objetivo de “evitar en Chile una catástrofe nacional por la propagación del COVID-19”.

Si consideramos que en el marco de esa pandemia, hay más de 2000 presos politicos hacinados en las cárceles y se sigue encarcelando a los que protestan por el hambre, vemos que además Piñera tiene una política focalizada de exterminio contra un importante sector de luchadores.

Un genocidio administrado por el Gobierno

Piñera y Mañalich hacen gárgaras diciendo que están salvando vidas, sin embargo bastó poco tiempo para que el mismo Presidente reconociera que en Chile no estábamos bien preparados, y para que Mañalich asumiera que mucho de lo que tenía entendido se basada en suposiciones erróneas. Han cambiado su discurso a medida que la realidad golpea a la cara, pero siguen con esa hipocresía y mintiéndonos en nuestra cara al decir que están haciendo todo lo posible. Lo que más les preocupa es la economía de los ricos, por eso han destinado miles de millones de dólares a empresas, mientras que para repartir algo tan básico como una canasta alimentaria -anunciada con más mentiras porque cubrirá no al 70% más vulnerable, sino al 70% del 40% màs vulnerable- se han demorado semanas. Es que la política de Piñera no es sólo la represión, también intenta acallar las protestas con migajas, mientras los recursos a las empresas son cuantiosos. Pero peor, incluso para financiar todo ésto, al igual que como hizo tras las protestas del 18 de Octubre, sigue endeudando al Estado, es decir solicitando préstamos al imperialismo que luego se tendrán que pagar a costa de despidos y ajustes fiscales, en lugar de hacer que la crisis se financie con un impuesto a las familias más ricas como los Luksic o los mismos Piñera. En ese sentido, el FMI ya aprobó la Línea de Crédito Flexible por un monto de US$23.930 millones, ya que saben que para su economía el panorama no es auspicioso: una caída de 4,5% del PIB este año y en el peor de los casos -es decir si hay un brote más largo de coronavirus a nivel global- una caída de hasta 8,5% este año, según el FMI. Claramente esta crisis, la están poniendo en los bolsillos de los trabajadores.

En síntesis, en Chile estamos viviendo aún solo el inicio de lo que puede ser una catástrofe social, el hambre y el descontrol de la pandemia recién solo está mostrando sus primeras consecuencias. Y si dejamos en las manos de Piñera y compañía esta crisis, no viene un futuro mejor.

El Frente Amplio y el PC no entregan una salida real

El gobierno sabe lo que se viene, por eso presiona por un Acuerdo Nacional para poder tener una única voz y mayor estabilidad entre los de arriba frente al panorama de crisis que puede traer nuevas manifestaciones. El Frente Amplio y el PC también lo saben, por eso cada uno plantea salidas. El Frente Amplio ya se mostró disponible para el Acuerdo Nacional poniendo eje en que haya mayor control de la pandemia, renta básica de emergencia y que en el Acuerdo participen “actores sociales”, incluso para la renta de la emergencia, también proponen ¡endeudar al Estado!. El PC se cerró al Acuerdo, sin embargo hace hincapié en exigir un impuesto del 2.5% a las fortunas más grandes de Chile para garantizar una renta básica.

Parecieran buenas intenciones, pero lamentablemente no bastan las buenas intenciones para mostrar una salida real a la crisis. Ningún pacto con Piñera ni con gobiernos empresariales puede garantizar cambios reales a favor de la clase trabajadora, ya han sido claros que prefieren sus negocios en lugar de nuestras vidas. Por su parte, la apuesta del PC se mueve dentro de los estrechos límites del parlamento y las instituciones financiadas por los mismos empresarios que atacan nuestros derechos. Por eso no podemos depositar confianza en esas apuestas, ya que más que un intento de cambio real, son trampas que nos llevan al mismo callejón sin salida de siempre: El Congreso corrupto. Y dejamos bien claro desde el 18 de Octubre que ya no queremos más trampas de los de arriba.

¿Cómo seguir en esta situación en medio de una pandemia?

Es un momento muy difícil, en Junio y Julio se vienen los peores meses de la pandemia en Chile y la necesidad de confinamiento nos ha impedido responder con movilización a los ataques de este gobierno, solo la pandemia nos sacó de Plaza Dignidad y de las calles del país. Pero ya de a poco se ve que es muy difícil resistir el hambre o las consecuencias de la crisis de la salud solo esperando en nuestras casas. En EEUU la gota que rebalsó el vaso fue el asesinato de George Floyd, las y los negros han sido los más afectados por la pandemia, porcentualmente superan las muertes por una sobreexplotación justificada con la opresión racial, ya no pueden aguantar tanto abuso confinados en sus casas, por eso pese a ser el país epicentro de la pandemia hoy se alzan en profundas movilizaciones. En Brasil, otro epicentro de la pandemia, ya se ven las primeras protestas contra Bolsonaro.

En Chile hemos visto inicios de movilizaciones en los barrios por el hambre y la crisis, en ese sentido, desde el MIT apoyamos totalmente esas movilizaciones e incluso defendemos a los trabajadores que fueron llevados a saquear alimentos u otros bienes indispensables para poder sobrevivir. Por otra parte, las ollas comunes y centros de acopio se siguen reproduciendo a través de la consigna: solo el pueblo ayuda al pueblo, algunas asambleas territoriales y grupos de primera línea son parte de ese proceso.

Es importante seguir desarrollando y avanzando en centralizar (es decir juntar y organizar a nivel nacional) este tipo de respuesta de auto-organización en los barrios de la clase trabajadora para hacerle frente a la negligencia del gobierno. Si se dan movilizaciones en nuestros barrios o lugares de trabajo debemos participar resguardardándonos con todo lo necesario para evitar más contagios: mascarillas, lentes, etc. Además la organización se debe fortalecer en el sentido de garantizar una mejor defensa en el marco de la avanzada en la represión, en ese sentido las acciones aisladas son un riesgo mayor frente a la represión. Pero esta auto-organización y lucha que se vaya dando debe caminar en tener un plan claro para ver cómo enfrentar la pandemia y la crisis económica:

  • Cuarentena total con sueldo de emergencia garantizado sobre $600.000 mensuales para enfrentar esta pandemia y contrarrestar el hambre, esto debe ser financiado con impuestos progresivos y graduales a las fortunas de los grandes empresarios de Chile, para satisfacer las necesidades primarias y secundarias de las familias, en base a la movilización de trabajadores y el pueblo.
  • Se debe parar la lógica de despidos a destajo y garantizar empleos con sueldos pero que solo se lleven a cabo en terreno en caso de ser esenciales.
  • Libertad inmediata a todos los presos políticos, incluyendo a los mapuche. Medidas sanitarias en todas las cárceles.
  • Volcar la economía para detener la pandemia, garantizando más test de detección temprana, camas UCI, hoteles para dejar en cuarentena a personas en situación de calle, u otros. Necesitamos garantizar salud para toda la población no solo a través de que el gobierno centralice la red de salud privada, sino estatizándola y poniéndola bajo control de los trabajadores para hacer de la salud un servicio garantizado para toda la población y no un negocio empresarial. Probablemente para èsto será necesario no solo un impuesto, sino recuperar todo ese patrimonio de los super ricos (Luksic, Piñera) expropiándolo bajo control obrero y popular para ponerlo a disposición de detener la pandemia y el hambre.
  • Debemos hacer que esta crisis la paguen los ricos. Todo esto no se logrará con Piñera ni Mañalich ni todos ellos en el gobierno, por eso es más vigente que nunca la tarea de sacar a Piñera y a todos ellos. Por una nueva constitución a través de una Asamblea Constituyente que será convocada solo si fortalecemos la organización obrera y pobladora, y avanzamos en la lucha por un gobierno obrero y popular.
  • Si queremos que estas luchas que son parte de la revolución abierta el año pasado avancen en ser triunfante y no queden solo en un hecho histórico, necesitamos organizarnos en un proyecto que aprenda de las lecciones de las revoluciones anteriores y que de las experiencias actuales, para plantear un camino a seguir. Si estás de acuerdo con una alternativa política de los trabajadores que defienda lo anterior, construyamos en conjunto el MIT en Chile y la LIT-CI a escala internacional. Construyamos, difundamos y ampliemos un proyecto para que la revolución vaya teniendo triunfos.

Más contenido relacionado:

Artículos más leídos: