Vie Abr 19, 2024
19 abril, 2024

¿Porqué no vamos a la Jornada Mundial de la Juventud?

Respetamos a los miles de jóvenes que estarán en la JMJ. Muchos, incluso, participaron de las recientes manifestaciones de masas en Brasil. Sin embargo, no podríamos eludir el presentar el verdadero significado y los objetivos de ese evento

La 26° Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y la llegada del Papa Francisco a Brasil, entre los días 23 y 28 de julio, en Río de Janeiro, ocurre un mes después que la juventud brasileña protagonizó uno de los mayores levantamientos contra los gobiernos federal, estaduales y municipales.  Respetando el derecho a la libertad religiosa de las personas, es necesario decir que la JMJ no contribuye para la realización de los anhelos y de las agendas reivindicativas expresadas en las calles por la juventud brasileña.

Ante la situación internacional y nacional, en las cuales la juventud es sacrificada con el aumento de la explotación del trabajo y de las formas de opresión, los jóvenes deben asumir un gran desafío, como garantía de su presente y su futuro: el desafío de no salir de las calles, en tanto sus victorias no sean garantizadas.

La situación internacional y nacional de la juventud

Lacoyuntura internacional de intensificación de la crisis del sistema capitalista alcanza de lleno a la población más joven. Los datos presentados sobre la tasa de desempleo, en mayo de 2013, por la Eurostat, muestran la situación de desamparo de la juventud europea. En el Estado Español, donde los trabajadores sufren con los planes de austeridad de la troika (FMI, Unión Europea y Banco Central Europeo), la tasa de desempleollega al 56.5% entre la población joven y a 26.9% en general. Este porcentaje, que tiende a crecer, también es desolador para juventud trabajadora de Grecia (59.2%), Portugal (42.1%), Italia (38.5%) y Croacia (52.1%), miembro reciente de la UE.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe “Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2013 – Una Generación en Peligro”, lanza una alerta sobre la creciente tasa mundial de desempleo juvenil que gira entorno del 12.6%. Esto representa cerca de 73.4 millones de jóvenes sin empleo. Entre los jóvenes, aumentó también el número de empleo temporal o a tiempo parcial, informal, de baja calidad y mal remunerado. “En algunas economías en desarrollo, hasta dos tercios de la poblaciónjoven está sub-aprovechada, esto es, los jóvenes están desempleados, trabajan en empleos ocasionales, probablemente en el sector informal, o no forman parte ni de la fuerza de trabajo, ni están recibiendo educación o formación”. En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el número de jóvenes que no trabajan ni estudian, los llamados “ni-ni”, ya llega a 15.8% de la población entre 15 y 29 años. Es una verdadera tragedia social, causada por la profundización de la crisis financiera mundial.

En Brasil, la tasa de desempleo de los jóvenes de 18 a 24 años, medida por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) para las seis mayores regiones metropolitanas del país, fue de 12.4%, en 2012, más del doble del 5.5% de la tasa general de aquel año. Aunque los índices de desempleo hayan presentado una caída en la última década, al relacionarlos con otros índices sociales, la juventud pobre y trabajadora no tiene mucho que celebrar.

En educación, tenemos una juventud más escolarizada que en los últimos tiempos. Sin embargo tenemos altísimas tasas de deserción escolar, analfabetismo funcional y distorsión entre la edad y el grado cursado.  En 2009, 1.479.000 de jóvenes entre 15 y 17 años no estudiaban. Ellos representaban 14.8% de esa población. En 2010, este número subió a 1.722.000 o 16.3% (PNAD 2011 – Investigación Nacional por Muestra Domiciliaria).

En salud, “El mapa de la violencia del 2011: los jóvenes de Brasil”, elaborado por el sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, a partir del Sistema de Informaciones de Mortalidad del Ministerio de Salud (SIM/MS), constata que, entre 2002 y  2010, hubo un aumento considerable de la tasa de homicidios entre los jóvenes, convirtiéndose en una de las principales causas de mortalidad juvenil. Homicidio (39.7%), accidente de transporte (19.3%) y suicidio (3.9%), son responsables por casi las 2/3 (62.8%) de las muertes de los jóvenes brasileños. Aún más preocupante e intolerable es el aumento vertiginoso de la victimización de la juventud negra en el país. Este es un legado maldito de los 10 años del PT en el gobierno.

Sobre este genocidio de la juventud negra, vale leer dos párrafos del “Mapa de la violencia del 2012: el color de los homicidios en Brasil” de Julio Jacobo Waiselfisz: “Si la tasa de homicidio de jóvenes blancos cayó del 40.6%al 28.3% de cada 100 mil, lo que representa una caída del 30.1%, la tasa de los jóvenes negros no acompañó ese movimiento. Por el contrario, incluso creció, pasando de 69.6% a 72% de homicidios, de cada 100 mil jóvenes negros.” (…) “Ese movimiento contradictorio: caída de los índices de homicidios de blancos y el aumento de los negros va a determinar un crecimiento significativo en los índices de victimización de los jóvenes negros: si en 2002 era de 71.7% (mueren, proporcionalmente, 71,7% más de jóvenes negros que blancos) ese índice se eleva al 108.6% en 2006. Y en  2010, el índice se eleva a 153.9%. O sea, en 2010 murieron, proporcionalmente, 2.5 jóvenes negros por cada joven blanco, víctima de asesinato, índice que puede ser considerado inaceptable por su magnitud y significado social.”

No podemos olvidar que el aumento de la mortalidad violenta también alcanza a la juventud indígena, víctima del crecimiento del agronegocio, de la extracción vegetal y mineral en Brasil. La tasa de suicidio de la juventud indígena está, relativamente, entre la más alta del mundo. Si tomamos, específicamente, a la población indígena, la tasa de suicidio es de 20 por cada 100 mil habitantes, o sea, 4 veces por arriba del promedio nacional (4.9 suicidiospor 100 mil). “Entre los jóvenes, podemos estimar, para el Amazonas, una tasa de 101 suicidas por 100 mil jóvenes (se registraron 17 suicidios juveniles en 2008) y de 446 para Mato Grosso do Sul, que registró 29 suicidios juveniles en ese año”, dice el informe de Waiselfisz.

Las jornadas de junio de la juventud, en Brasil
 
En el mes de junio, la juventud protagonizó una de las mayores jornadas de luchaen la historia brasileña. Cansada y desacreditada conla política tradicional brasileña, la juventud preconizó otra forma de hacer política: la acción directa en las calles. Las manifestaciones por la reducción de las tarifas del transporte público y por mejores condiciones de movilidad urbana se transformaron en manifestaciones de masas, que abarcaron otras exigencias como la educación y la salud, que hace años vienen siendo tratadas sin atención por los gobernantes.

Durante la Copa de las Confederaciones, la insatisfacción de la población con las altas inversiones públicas para la realización de la Copa del 2014, en detrimento de las necesidades sociales, transformó las calles en arenas de lucha, contra los gobiernos que no economizaron en su fuerte aparato de represión. En cuestión de días, los gobernantes tuvieron que salir de su indiferencia a la sociedad civil y apresuraron algunas medidas, que hace años tramitaban en el Congreso.

La Jornada Mundial de la Juventuddel 2013 como amortiguador de la lucha política, en Brasil
 
La JMJ fue creada en 1984, por el Papa Juan Paulo II (el polaco Karol Jozef Wojtyła), quien condujo a la Iglesia Católica  entre 1978 y 2005. Reúne cada 2 ó 3 años a jóvenes católicos de todo el mundo, para momentos de oración y adoctrinamiento, que culminan en el encuentro con el Papa. Fue creada como forma de frenar la pérdida de fieles hacia las iglesias evangélicas y, al mismo tiempo, debido al creciente desinterés de la juventud por las instituciones religiosas.

Su organización está en manos de los sectores más conservadores de la Iglesia Católica, como  el Opus Dei. Paralelo a eso, fue creada en una época de alineamiento entre el Vaticano y Estados Unidos, para combatir al comunismo e implantar las bases de la política económica neoliberal en el mundo. Tal alineamiento costó el silencio del papa Juan Paulo II sobre los horrores de las dictaduras militares en América Latina, con apoyo de Estados Unidos.

La JMJ se realizaen Brasil en un momento en el cual miles de jóvenes salieron a las calles a reclamar de los gobiernos, la reducción de las tarifas de transporte público, más inversiones en educación, saludy contra la corrupción. Como vimos, la juventud brasileña tiene mucho que reclamar respecto a su situación. A pesar de que la Iglesia Católica afirma el protagonismo juvenil, la JMJ está lejos de ser palco para discusiones de problemas sociales, económicos y políticos que afligen a los jóvenes. Va a ser palco para el discurso moralista de la alta jerarquía de la Iglesiay no para que la juventud sea escuchada y decida el derrotero de laIglesia.

Costo millonario financiado con dinero público…

El financiamiento público de los altos costos del evento pone bajo sospecha el laicismo del Estado y la preocupación social que el nuevo Papa quiere imprimir en la opinión pública. Esta Jornada  y la llegada del Papa Francisco costarán a las arcas públicas cerca de  53 millones de dólares (el equivalente a la construcción de 2.360 casas populares, al costo de 23.000 dólares cada una. Buena parte de ese dinero viene del gobierno federal, que dispondrá de cerca de 28 millones de dólares (13.4 millones para la seguridad del Papa). De las arcas del Estado y de la Prefectura de Río de Janeiro, se estima un gasto de 25 millones.

A pesar de los escándalos de políticos, como la utilización para fines particulares los aviones de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), Brasil gastará  450 mil dólares sólo en el transporte de dos papamóviles por un avión Hércules C-130 de la FAB. Saldrán a las calles las mismas fuerzas represoras de las últimas manifestaciones juveniles, miles de Policías y más de 10.700 hombres: 9 mil de las Fuerzas Armadas y 1.700 de la Fuerza Nacional.

Una segunda fuente de financiación proviene de empresas y bancos multinacionales, como Bradesco, Itaú, Santander, Ferrero, Estacio, Nestlé, Mc Donald’s y las agencias TAM Viajes y Havas, patrocinadores oficiales, que inyectaron  9 millones de dólares en elmega-evento. La arquidiócesis de Río no reveló la participación financiera de cada empresa, alegando una “cláusula contractual de confidencialidad”. También están los royalties derivados de los productos licenciados por la Iglesia Católica.

La asociación entre el Santander y el Vaticano es bien conocida: después de todo el presidente del IOR (Banco del Vaticano), entre 2009 y 2012, fue Ettore Gotti Tedeschi, simpatizante del Opus Dei y representante del Banco Santander en Italia.  Tedeschi sólo fue despedido después de la publicación de informaciones sobre lavado de dinero, (conocido como el Vatileeks, que apresuró la renuncia del Papa Benedicto XVI).

Una tercera fuente viene de las inscripciones y contribuciones de los participantes, cuyos paquetes varían entre 48 y 273 dólares, sin contar los costos del viaje hasta el lugar del evento. Walkes Vargas y MatheusFirmino, en un artículo de opinión para Adital, afirman que este elemento traza una delineación del perfil del joven participante de la JMJ: “El alto costo de la inscripción es un precio bastante considerable para un joven de clases populares. Eso muestra que los/las jóvenes que, frecuentemente, participan de las Jornadas Mundiales son de una realidad burguesa o que lucharon mucho para levantar sus finanzas y participar del evento. Imaginen la diferencia de la vida de un joven que viaja casi anualmente, atravesando fronteras internacionales, para participar de las Jornadas Mundiales con la vida de un joven que tiene dificultades para trasladarse hasta la escuela o la universidad”.

Todo este desembolso público tiene un objetivo: el uso de los gobiernos de Dilma, Cabral y Eduardo Paes de la JMJ como un aplacador de las luchas políticas, protagonizadas por la juventud y comprar el apoyo de la Iglesia Católica a las élites que gobiernan este país.

Se cambia el rostro, pero el lenguaje es el mismo
 
Laelección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio para asumir el trono del Vaticano se da en un momento de gran crisis de la Iglesia Católica. La renuncia del Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, ocurrió en medio de escándalos de pedofilia, practicada por el alto y bajo clero y escándalos financieros de lavado de dinero, operado por el Instituto para Obras Religiosas (IOR), el Banco del Vaticano.

Era necesario un rostro nuevo que indicase cambios  y, al mismo tiempo, tuviese consenso entre el cónclave formado, en su gran mayoría, por los cardenales conservadores nombrados por la dupla Woltyla-Ratzinger. Bergoglio respondía a este perfil: un cardenal fuera de la cúpula europea, de hábitos modestos, conservador y el segundo más votado en el cónclave que eligió a Ratzinger como Papa. Fue así que Bergoglio salió de su casi anonimato para convertirse en el Papa Francisco, nombre escogido en referencia a Francisco de Asís. Este vivió en el siglo XIII y propuso un modelo de iglesia basado en la simplicidad, antítesis al modelo imperial eclesiástico de la época. Es un nombre bien escogido para pasar la imagen de “renovación”.

La gran prensa internacional y local pasó a propagandizar a Bergoglio como “el Papa del pueblo”, de los pobres y de la simplicidad. La Red Globo no se cansa de querer construir una imagen devocional de él. Sucede que la verdadera cara de Bergoglio es el conservadorismo y la sospecha de haber colaborado con la dictadura militar en Argentina. Meses antes de escalar al papado, vociferaba en contra de la aprobación del casamiento homosexual en Argentina: “El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación que, en caso de que tenga éxito, puede herir seriamente a la familia. Está en juego la identidad y la sobrevivencia de la familia: padre, madre e hijos. No debemos ser ingenuos: esa no es, simplemente, una lucha política, sino que es un atentado destructivo contra el plan de Dios”. Miles de jóvenes que salieron a las callesa pedir por “¡Fuera Feliciano!”, como forma de avanzar con las exigencias de la LGBT, encontraron la misma resistencia gemela del moralismo y conservadorismo del diputado Feliciano.

Durante el régimen militar de Argentina (1976-83), pesa sobre Bergoglio la acusación de quitar la protección a la Orden de los Jesuitas, a los Padres Orlando Yorio y Francisco Jalics, que fueronapresados y torturados por el régimen dictatorial. La hermana del Padre Orlando, Graciela Yorio, reclama: “Hasta hoy, la Iglesia continua sin colaborar con las investigaciones del Poder Judicial. Bergoglio nunca quiso abrir los archivos de la Conferencia Episcopal.”

El hecho es que el Papa Francisco no representa ninguna ruptura con la línea conservadora de Juan Paulo II y Benedicto XVI. La sensibilidad por la situación de pobreza y miseria de los pueblos latinos y por el grito de la juventud en las calles no pasará de un discurso vago, que apelará a la humanización del capitalismo y el control de sus excesos, como si la lógica interna del sistema permitiese tal hecho. Será un discurso que apelará al sentimiento religioso de los gobernantes y capitalistas, sin considerar los intereses de la lucha de clases. Ahora el corazón de los capitalistas es el mercado y estos sólo reconocenun lenguaje: el de las cifras bancarias.

Por una Jornada Mundial de la Juventud en Lucha
 
Definitivamente, las luchas de la juventud y sus anhelos por significativas cambios no se encontrarán en la JMJ. Tampoco ese espacio impulsará la necesidad de organización para combatir las llagas del capitalismo, que recaen sobre la mayoría de la juventud. La Geração à Rasca de Portugal, los indignados de España, la juventud griega que combate a los planes de austeridad de la troika, los millones de jóvenes revolucionarios egipcios, los estudiantes chilenos que luchan contra los males de la privatización del sistema de enseñanza y los millones de jóvenes brasileños, protagonistas de las jornadas de junio, no estarán representados en la Jornada Mundial de la Juventud.

Respetamos a los miles de jóvenes que estarán en la JMJ, muchos incluso participaron de las recientes manifestaciones de masas en Brasil. Sin embargo, no podríamos dejar de señalar, a ustedes y a toda una generación, que nos llenan de esperanzas de que otro mundo es posible, el verdadero significado y los objetivos de ese evento.

La grave crisis económica mundial y sus efectos coloca, sobre los hombros de la juventud,una enorme tarea: la de garantizar un futuro digno para los que trabajan, un futuro con empleo, jubilación, servicios públicos de calidad, movilidad urbana, tierra, sin violencia, sea la institucional o la causada por el tráfico de drogas, sin opresión y explotación.

Y esa juventud no está huyendo de tal responsabilidad. Desgraciadamente, las burocracias sindicales de todo el mundo no se unen a lalucha de esa nueva generación de la clase trabajadora. Incluso, algunas organizaciones de izquierda quieren canalizar sus aspiraciones hacia el calendario electoral de cada país. Se corre el riesgo de que millones regresen a su casa antes de abrazar sus victorias.

Sin embargo, existe otra posibilidad: la de las generaciones intermedias y más maduras de nuestra clase que son influenciadas por la lucha de los jóvenes. A escala de millones en las calles, se juntaron a ese nuevo proletariado, mezclando disposición y  experiencia, para barrer a las burocracias de las estructuras sindicales, pasar por encima de los partidos reformistas, forjar coordinaciones de luchaen los países, provincias, ciudades, barrios, lugares de trabajo, estudio y vivienda y, así, crear organismos que discutan la cuestión del poder.

Es esa la alternativa a la que apostamos e impulsamos. Ahora, es la hora de la alianza estudiantil, obrera y popular. Organizar unEncuentro Mundial de la Juventud Trabajadora, que discuta sus tareas en el escenario internacional y dé un salto en la organización de las luchas, apuntando a la construcción de una Jornada Mundial de Luchas de la Juventud.

En Brasil, las jornadas de junio mostraron la fuerza de la juventudy el día 11 de julio dio señales que esa nueva generación puede y debe juntarse a los batallones pesados de nuestra clase. El 30 de agosto, tendremos una nueva prueba. Cada centro académico, cada dirección central de los estudiantes, gremio estudiantil y sindicato, debe impulsar la participación de los jóvenes el 30 de agosto, porque podemos sí garantizar victorias. La juventud abrió una ventana de esperanza, la clase trabajadora organizada está mirando hacia ella. Cabe transformar esa ventana, enuna ancha avenida.

Traducción Laura Sánchez

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