Vie Mar 29, 2024
29 marzo, 2024

Los políticos brasileños y el Papa «de los pobres»

El Papa de la Iglesia Católica, que está visitando Brasil, se aprovecha de la imagen más que sucia de la llamada clase política brasileña (gobernantes y parlamentarios de todas las esferas) para reforzar la suya, como si él representara lo opuesto: la imagen de la bondad, la preferencia por los pobres, la honestidad y la simpatía.

La prensa ayuda, es claro. Las 15.000 personas (en consonancia con los propios órganos comunicacionales) que fueron a las calles del centro del Río para ver el pasaje del jefe de la Iglesia fueron llamadas de "multitud". Representarían el "entusiasmo" del pueblo brasileño con la presencia del ilustre visitante.

¿El Papa merece toda esa imagen que intentan pintar para él? No vale la comparación con los políticos, pues cualquier persona, u objeto mismo, está siendo más valorado por el pueblo que ellos.

Respeto mucho la creencia de todas las personas, sea cuál sea la religión que ellas profesen. Obviamente, entonces, respeto a  los católicos y su creencia. Respeto inclusive la admiración que muchos tienen por Papa Francisco y me conmueve la esperanza que identifico en muchas personas: que la Iglesia Católica pase a preocuparse con los pobres y ayude a mejorar el mundo.

Partiendo de eso, no quiero eludir el hacer una reflexión que, creo, deberíamos hacer todos. Yendo al punto, entonces, ¿son justificadas las calidades atribuidas al sumo pontífice?

Veamos:

La Iglesia Católica, liderada por el Papa Francisco, sigue su campaña contra el derecho de las mujeres de escoger el aborto como forma de evitar un embarazo que no quieran o no puedan llevar adelante. Defiende el mantenimiento de la criminalización de esta práctica.

Esa situación lleva a que centenares de miles de mujeres mueran todos los años en el mundo, debido a abortos clandestinos y hecho sin la debida asistencia médica. La amplísima mayoría de estas mujeres son pobres. Parte importante de la responsabilidad por la muerte de ellas recae, por lo tanto, justamente sobre los hombros de la Iglesia Católica y el Papa Francisco, el Papa de los "pobres".

La ofensiva de la Iglesia Católica contra el derecho al casamiento entre personas del mismo sexo, al contrario de la bondad que el Papa busca encarnar, esparce sufrimiento, refuerza el prejuicio y la discriminación contra una parte importante de la población del planeta.

Son muchas las denuncias, en varias regiones del planeta, de la práctica de la Iglesia Católica de proteger e intentar encubrir el crimen de pedofilia practicado por agentes suyos. La misma iglesia del Papa que dice valorar tanto a los niños y los jóvenes…
Para no extenderme más, vale recordar que el Banco de Vaticano estuvo (y  todo indica que sigue) envuelto en todo tipo de maniobras en el sistema financiero internacional, ligado hasta con organizaciones criminales de quienes, parece, lavaba dinero.

Planteado todo esto, ¿el Papa Francisco merece aún una diferenciación tan grande así, de los políticos brasileños que son execrados hoy en las calles?

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