El 20 de abril, el diario O Estado de S. Paulo informó que “dirigentes de la izquierda apuestan en la unidad progresista”. La reunión contó con Fernando Haddad (PT), Guilherme Boulos (PSOL/Frente Pueblo Sin Miedo), el gobernador de Maranhão, Flávio Dino (PCdoB), el ex gobernador de Paraíba, Ricardo Coutinho (PSB), y Sônia Guajajara (PSOL). Pretenden hacer una nueva reunión y tienen la expectativa de atraer a otros dirigentes, tales como Ciro Gomes (PDT), Roberto Requião (PMDB-PR) y Marina Silva (Rede).
Por: Mariúcha Fontana
Dirigentes del PT, PSOL, PCdoB y PDT, todavía según el diario, evalúan que el objetivo final es la creación de un frente electoral o hasta de un nuevo partido de centroizquierda. Para Flávio Dino (PCdoB), “la idea es crear un gran campo político abierto al debate de ideas con el centro y el empresariado, con perspectiva nacional desarrollista, que promueva una repactuación institucional en defensa del Estado democrático de derecho. Vamos a llevarlo hasta 2022 para en 2022 decidir”. Guilherme Boulos dijo al diario que “uno de los objetivos es hacer un gesto simbólico a favor de la unidad de los progresistas”.
Esa “alianza progresista” intenta parecer nueva al mismo tiempo que promete una vuelta al pasado. Pero el pasado no solo nos trajo la crisis y los síntomas de barbarie actual sino que tampoco tiene cómo ser resucitado. Como dice João Ricardo Soares en el artículo “El Nuevo y el Viejo Capitalismo”, en el portal del PSTU: “La línea temporal del regreso del subordinado capitalismo brasileño va directo al siglo XIX, y por qué no decirlo, es anterior a la independencia. Llegamos a un estadio en la crisis del capitalismo brasileño en el que el lucro es sinónimo de destrucción. El estallido de las represas, la caída de puentes y viaductos, es solamente la expresión más superficial de un capitalismo en crisis, apareciendo de forma espectacular en la prensa como ‘accidentes’”.
La barbarie es resultado también de los gobiernos capitalistas del PT
Sobre esa decadencia, que cada día explota en nuevos episodios de barbarie, Fernanda Torres escribió un artículo “Distopía” en la Folha de S. Paulo. Un estado o lugar, define ella, donde se vive en condiciones de extrema opresión, desesperación o privación. “La distopía es resultado de un largo y minucioso trabajo de desgaste (…) Sobreviví a la pareja Garotinho, a Cabral, a Pezão, convivo con Witzel, y encaré la última lluvia con el casi impichado [por impeachment] Crivella en el Comando del Centro de Operaciones de la Prefectura. No es el PT, el PSDB, el DEM, el PMDB, el PSL, los militares, Olavo, la izquierda, la derecha… Es el conjunto de la obra. El Brasil es un Muzema[1] de dimensiones continentales”, afirma.
Ella tiene razón. El Brasil actual es producto de la decadencia capitalista mundial y nacional, y de su localización como país semicolonizado, en vías de recolonización.
Las propuestas y promesas del PT, PSOL, PCdoB, de que, en alianza con la burguesía, mejorará la vida de los trabajadores, apelando al pasado de diferentes maneras, solo va a causar más desastres.
“Geringonça” no es proyecto
Este tipo de proyecto y de propuesta que, en la práctica, une electoral y programáticamente al PT, PSOL, PCdoB y partidos y personalidades directamente burgueses para gobernar el capitalismo decadente y colonizado brasileño está siendo testado en otros lugares del mundo. Y termina enseguida en decepción para los trabajadores.
En el Estado español y Portugal, partidos y movimientos como los defendidos por Boulos, el Frente Pueblo Sin Miedo y el PSOL se juntaron a los Partidos Socialistas para llegar al gobierno. En Portugal, el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Comunista Portugués (PCP) se sumaron al PS en la llamada “Geringonça”. En el Estado español, Podemos se juntó al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para gobernar. La decepción con Podemos llegó enseguida. Con apenas cuatro años, vive una brutal crisis, con rupturas por todos lados. Convertido rápidamente en un aparato electoral, se adaptó completamente al régimen burgués y se tornó socio menor del PSOE, a quien ayudó a salir de terapia intensiva. En Portugal, el BE disputa con el PCP quién consigue “medidas de izquierda” en un gobierno de austeridad y ajuste.
Como el propio nombre lo dice, Geringonça es algo mal hecho. No precisamos de Geringonças en el Brasil. Precisamos de unidad para luchar, hacer huelga general, y derrotar a Bolsonaro y sus planes. Y en esto, para defendernos y derrotar al gobierno, debemos hacer la más amplia unidad en la lucha y no subordinar el movimiento a las elecciones.
Nuestro proyecto no puede ser reeditar los gobiernos del PT. Precisamos de un proyecto socialista, que enfrente a la burguesía para cambiar de verdad del país. Eso exige una revolución social, una rebelión, no un gobierno en alianza con partidos burgueses y en los límites de esa institucionalidad.
[1] Muzema es el nombre de una comunidad de la Zona Oeste de Rio de Janeiro en la que dos predios se desmoronaron como consecuencia de las últimas lluvias e inundaciones, dejando muertos y heridos, y familias sin vivienda, ndt.
Artículo publicado en www.pstu.org.br, 3 de mayo de 2019.
Traducción: Natalia Estrada.