Vie Abr 19, 2024
19 abril, 2024

Brasil | Acto mantiene viva la lucha y la resistencia del Pinheirinho

El 22 de enero se realizará un importante acto en São José dos Campos (SP) para mantener viva la historia de lucha y resistencia de la ocupación Pinheirinho. Llamamos a todas las organizaciones sociales, sindicales y políticas a sumarse en la construcción de esta lucha.

Por: Secretaría Nacional de Movimiento Popular del PSTU

Mantener viva la historia del Pinheirinho y aprender sus lecciones

La historia de lucha y resistencia del Pinheirinho para garantizar el derecho a la vivienda se inició en 2003 con la ocupación del Conjunto de Casas del CDHU, en São José dos Campos. La ocupación fue hecha por familias que, incluso estando inscritas hacía años en programas habitacionales, no tenían ingresos para ser contempladas por dichos programas habitacionales del gobierno. Luego se der desalojadas de forma violenta por disposición de la municipalidad, en enero de 2004 las familias ocuparon un área conocida como “Campão” [campo grande], en el Barrio Campo dos Alemães [Campo de los Alemanes]. Una vez más, la municipalidad se negó a garantizar vivienda, tratando con violencia a las familias.

Sin alternativas, en febrero de 2004, trescientas familias ocuparon un terreno vacío y abandonado en el mismo barrio y le dieron destino al terreno: construyeron sus casas y formaron un barrio, el Pinheirinho. Rápidamente, la ocupación se masificó llegando a 1.800 familias. Su trayectoria de ocho años se tornó referencia en la lucha por vivienda, trayendo avances y lecciones importantes en varios aspectos de la lucha, de la resistencia y de la organización de la clase trabajadora y el pueblo pobre.

Lucha, independencia y solidaridad de clase

En relación con la lucha, los habitantes del Pinheirinho y sus aliados demostraron que la movilización es fundamental para que las camadas más explotadas y oprimidas de la clase trabajadora por el capitalismo tengan alguna chance de conquistar el derecho de habitar. Así, a pesar de que la vivienda es un derecho y una reivindicación democrática, la burguesía y sus gobiernos no son capaces de resolver la demanda, optando por proteger la especulación inmobiliaria que favorece a los propietarios y la ganancia de las constructoras. La única alternativa de la clase trabajadora y del pueblo pobre en este sistema es la lucha por conquistar, aunque parcialmente, el derecho de habitar.

Todos los gobiernos de la historia del país, incluso los de Lula y Dilma, fueron incapaces de resolver el déficit habitacional brasileño. Los programas habitacionales de los gobiernos fueron y son completamente insuficientes para resolver esa demanda que, en general, aumenta.

Según datos del IBGE [Instituto Brasileño de Geografía y Estadística], en 2016 el déficit era de 5.657.249 domicilios; en 2017, de 5.970.663 (+5,5%); en 2018, 5.870.041 (-1,6%) y en 2019, de 5.876.699 (+0,11%). El gobierno Bolsonaro y su política económica, frente a la brutal crisis económica mundial y brasileña, impone condiciones aún peores para la vida de la clase trabajadora y del pueblo pobre. El desempleo, la falta de renta y la carestía están generando una epidemia de hambre en el país, aumentando el número de gente que vive en las calles y el déficit habitacional. Por lo tanto, recordar la lucha del Pinheirinho es fundamental en este momento también como guía para enfrentar a Bolsonaro y sacar ya a su gobierno genocida.

En ese sentido es fundamental también entender que la lucha por vivienda y todos los derechos de la clase trabajadora y del pueblo pobre es, de hecho, parte de la lucha de toda la clase. Vale destacar que en el Pinheirinho hubo una verdadera alianza entre la lucha por vivienda y la lucha en defensa de los demás derechos de la clase trabajadora y del pueblo pobre: los habitantes del Pinheirinho se sumaban a las luchas de los obreros y sectores de la clase obrera se sumaban a las luchas del Pinheirinho. Además, el ejemplo de lucha de los moradores y la crueldad de la reintegración comandada por Geraldo Alckmin despertaron centenas de actos de solidaridad en todo el país.

Autoorganización y autodefensa

En el proceso de organización, el Pinheirinho siempre actuó con autonomía frente a los gobiernos y demás instituciones del Estado burgués. Además, fue un ejemplo en el método de la autoorganización y la toma de decisiones, siempre respaldadas por asambleas periódicas. Así garantizaron que la ocupación desarrollase un Plan de Urbanización que se tornó referencia nacional e internacional, con lotes de 10 m x 25 m, posibilitando que fuesen construidas casas con patios, donde se cultivaban hortalizas y hasta se criaban aves de corral para el consumo de las familias; estructuró calles con largos de 8 a 12 metros; áreas destinadas a plazas, parques infantiles, guarderías, dos campos de fútbol, y espacio para iglesia. La autoorganización de la clase trabajadora demostró que es capaz de resolver sus problemas de forma mucho más eficiente que los gobiernos y los ricos.

El proceso de resistencia del Pinheirinho fue permanente, siendo una verdadera batalla política, judicial y de enfrentamiento contra el Estado y las instituciones. En el aspecto político, la batalla central fue contra la municipalidad (Eduardo Cury) y el gobierno del Estado (Geraldo Alckmin), ambos del PSDB. Fueron innumerables los enfrentamientos contra los ataques del alcalde y del gobernador. Ellos, al servicio del bandido de cuello blanco Naji Nahas, mantuvieron campañas permanentes en los medios de comunicación para arrojar a la opinión pública contra el Pinheirinho, montaron frecuentes operaciones de represión militar para intentar incriminar a la comunidad, y llegaron a intentar cortar el abastecimiento de agua y energía de los habitantes. También hicieron una amplia campaña de difamación para incriminar a las direcciones del movimiento, el Sindicato de los Metalúrgicos, y al PSTU, que estaban en la línea de frente del proceso de lucha y resistencia.

Vale destacar que en 2012 era Dilma Rousseff, del PT, la presidente del país. Una de las exigencias hecha por los luchadores era que Dilma, desde el más alto cargo del Ejecutivo del país, expropiase el terreno y lo destinase a las familias. El gobierno del PT podría haberlo hecho, incluso legalmente, depositando en juicio el valor del terreno. Sin embargo, el PT, incluso declarando interés en intentar resolver la cuestión, en la práctica se lavó las manos y dejó que la reintegración fuese hecha, y que se hiciese de forma violenta.

Además, la expropiación del terreno y la solución del conflicto por parte del Gobierno Federal del PT podrían haber sido realizadas a lo largo de los ocho años de ocupación. No obstante, durante todos esos años nada hicieron Lula y después Dilma. La negligencia, que en verdad es la forma como en este caso apareció la posición política de estos gobiernos de conciliación de clases, también fue responsable por haber llegado al extremo al que llegó la situación.

Judicialmente, la lucha también fue grande. De un lado estaban el alcalde, el gobernador y los sectores de la Justicia para realizar a cualquier costo el desalojo; del otro lado, los moradores y todos los sectores que batallaban para derribar las decisiones judiciales contra la comunidad. Aunque muy importante, la batalla en el poder judicial siempre estuvo asociada al proceso real de resistencia de la comunidad. Y así debe ser, toda vez que esa batalla se da en un campo nada neutral, el poder judicial. Ese es un poder del Estado que, en el capitalismo, tiene por finalidad esencial garantizar la continuidad del orden burgués y resguardar la propiedad privada.

El enfrentamiento hecho por la comunidad contra las fuerzas policiales, aunque haya sido derrotado, deja una lección importante: la necesidad de organizar la autodefensa de los movimientos y de la clase trabajadora para enfrentar de manera organizada al Estado, sus gobiernos y sus agentes, y a la burguesía. Nosotros reivindicamos y consideramos que la organización de la autodefensa de la clase trabajadora, de la juventud, del pueblo pobre, de los indígenas y quilombolas es un derecho y es parte necesaria de la lucha y de la resistencia. El Estado, institución de la burguesía para resguardar sus privilegios, tiene, además del monopolio de las armas, fuerzas especiales (policías y fuerzas armadas, etc.) y entrenadas para, en situaciones límites, destruir la lucha de los trabajadores. La autodefensa, por lo tanto, es una necesidad de la clase y de sus aliados en sus procesos de lucha y resistencia.

Ocupación del Pinheirinho, en São José dos Campos, fue ejemplo de organización.

¡Alckmin y Cury bancaron arsenal de guerra para destruir el Pinheirinho!

En la madrugada del 22 de enero de 2012, un domingo, la Comunidad del Pinheirinho y la región del Campo dos Alemães fueron transformados en un campo de guerra, bajo el comando del alcalde de São José dos Campos, Eduardo Cury, y del gobernador del Estado, Geraldo Alckmin. Ellos utilizaron la Tropa de Choque, la Guardia Municipal, entre otras fuerzas militares, con un aparato de guerra: helicópteros, camiones blindados, caballería, perros, bombas de gas lacrimógeno y de efecto moral, balas de goma y letales.

La acción fue totalmente desproporcionada: atacó a familias dentro de sus casas con niños, ancianos y personas con condiciones especiales, incluso sin condición de moverse; interrumpieron e impidieron el desplazamiento de los habitantes para el trabajo, manteniéndolos cercados; golpearon y tiraron en trabajadores, muchos fueron heridos por esquirlas de bombas y en las caídas, intentando huir de los ataques y de la persecución de las tropas. La acción resultó en dos muertes, una por atropellamiento y otra por secuelas de los golpes; hay denuncias de violación, entre otros abusos de asedios sexuales y morales. Hubo, incluso, casos de sacrificio y maltrato de animales que pertenecían a los habitantes.

Toda esta operación de guerra tuvo una única finalidad: defender el interés privado del especulador financiero y criminal Naji Nahas, que dejó un área abandonada por más de treinta años, y que, luego de la entrada de las familias, pasó a disputarla por medio de su patrimonio en quiebra, la empresa Selecta. Vale decir que las deudas acumuladas del terreno con la Municipalidad sobrepasan su valor de mercado.

Transcurridos diez años de la criminal acción comandada por los gobernantes del PSDB y bancada por sus aliados de la justicia burguesa, el terreno continúa abandonado, comprobando que fue una acción de interés político y privado, para fines de especulación inmobiliaria, pasando por encima del derecho a la vivienda y del destino de uso social de la tierra.

La acción comandada por Geraldo Alckmin, además de todo, fue ilegal. En el Tribunal de Justicia de San Pablo se había firmado un acuerdo judicial, incluso con la participación de la Selecta, que suspendía por 15 días la reintegración de los terrenos. Este acuerdo no se cumplió. Y, en ese aspecto, también el Pinheirinho nos trae una gran lección: ninguna confianza en el poder judicial. Incluso frente a los acuerdos, es fundamental que los movimientos de ocupación mantengan la guardia levantada y la organización de su autodefensa, pues los gobiernos y la burguesía pasan por arriba de sus propias leyes para garantizar sus intereses.

La lucha de las familias, a pesar de la derrota militar, garantizó una victoria política del movimiento y la conquista de sus casas con la Construcción del Conjunto Habitacional Pinheirinhos dos Palmares, en São José dos Campos.

¡Alckmin es enemigo de los trabajadores y del pueblo pobre!

Alckmin gobernó el Estado de San Pablo entre 2001 y 2002 cuando asumió el cargo tras la muerte de Mário Covas. En 2002, resultó electo y gobernó hasta 2006. Después, venció las elecciones en 2010, gobernando el Estado hasta 2014. Durante esos gobiernos, Geraldo Alckmin no fue solo el promotor de lo que quedó conocido como la Masacre del Pinheirinho. Él trató con violencia indiscriminada a moradores de calle y a usuarios de drogas; reprimió y criminalizó el movimiento estudiantil, sus actos y las centenas de ocupaciones de escuelas contra el plan de reorganización de la enseñanza propuesto por su gobierno; despidió a huelguistas del metro y reprimió violentamente sus manifestaciones. En las periferias, la Policía Militar (PM) bajo su comando mató, agredió y encarceló a millares de jóvenes negros.

Este es el mismo Geraldo Alckmin propuesto para ser el vicepresidente de Lula en 2022. Eso expresa y refuerza lo que hemos dicho sobre un posible gobierno del PT: va a enfrentarse con los trabajadores y el pueblo pobre para defender a los grandes empresarios y a los banqueros.

Nada muy diferente de lo que fueron los gobiernos anteriores del PT. Aunque estén lanzando a Lula como el gran salvador de la nación, no podemos olvidar que las alianzas con los empresarios, los ríos de dinero que recibieron de los bancos como el Itaú hicieron que sus gobiernos fuesen incapaces de resolver problemas estructurales del país: no hicieron reforma agraria, pues estaban de brazos dados con el agronegocio; no resolvieron la falta de vivienda, pues estaban junto con empresas y constructoras que viven de la especulación inmobiliaria; quitaron derechos de los trabajadores, como el PIS [Plan de Integración Social] y el seguro de desempleo, pues estaban de manos dadas con los grandes empresarios. Coherente con ese proyecto, Lula sancionó, en 2006, la célebre ley de las drogas, que aumentó exponencialmente el encarcelamiento en masa de los jóvenes negros y pobres y la criminalización de la pobreza.

Por eso, nosotros del PSTU, para 2022 no depositamos ninguna expectativa en un posible gobierno Lula-Alckmin, tampoco en cualquier otra alternativa de los ricos, lo que también implica ataque a los trabajadores y el pueblo pobre. Contra esas alternativas y para fortalecer la lucha por la caída urgente del gobierno Bolsonaro, estamos construyendo, con millares de activistas, el Polo Socialista y Revolucionario, una alternativa independiente de la clase trabajadora, de la juventud y del pueblo pobre.

¡El derecho a la vivienda digna solo será garantizado por la clase trabajadora y el pueblo pobre!

En general, la falta de vivienda es tratada como un problema generado por falta o insuficiencia de políticas públicas o mal uso del dinero público, etc., y que, por lo tanto, bastaría la buena voluntad de los gobiernos y un buen plan para acabar con el déficit habitacional. ¡Eso no es verdad!

El capitalismo es un sistema de explotación que depende de la existencia de la miseria y del desempleo. Es también un sistema que desarrolla, por su propia dinámica, crisis económicas. Y, a cada crisis económica (como la que vivimos en este momento) –que se refleja con mucha fuerza en los países coloniales y semicoloniales como el Brasil–, hace caer más las condiciones de vida de la clase trabajadora y el pueblo pobre, más desempleo, más hambre y más miseria.

En ese sentido, y también como consecuencia de esas condiciones de vida impuestas a la clase, el déficit de vivienda tiende a aumentar.

Eso ocurre porque la burguesía, contando con sus gobiernos, precisa mantener sus ganancias y solo puede hacerlo aumentando la explotación y la opresión sobre la clase trabajadora. Precisa, entonces, mantener y expandir sus negocios, lo que ocurre también por las privatizaciones, por el aumento de la especulación y de la renta. La especulación inmobiliaria es uno de los grandes negocios de la burguesía y que permite a esa clase ganar mucho dinero sin gastar nada.

Así, si por un lado el capitalismo genera cada vez más miseria y peores condiciones de vida para la clase trabajadora y el pueblo pobre, lo que también se expresa en el aumento del déficit habitacional, por otro lado, los gobiernos, al proteger los intereses y las ganancias de la gran burguesía, son cada vez más incapaces de resolver el déficit habitacional y los problemas más básicos de la clase trabajadora y el pueblo pobre.

Por eso, nosotros del PSTU defendemos la necesidad de un plan de obras públicas para la construcción de casas, financiado, incluso, con la fortuna destinada a los banqueros por el pago de la falsa deuda pública; defendemos la expropiación de los inmuebles vacíos de todos los millonarios y su destino para vivienda, y defendemos el fin de la especulación inmobiliaria. Pero no solo eso: para ser consecuentes con la lucha por vivienda digna defendemos el fin del sistema de explotación y opresión que genera miseria y es la base para la comprensión de la existencia del déficit habitacional en el país. Y para acabar con el capitalismo es necesaria una revolución de los de abajo para derribar a los arriba, una revolución socialista.

En ese sentido, no podemos dejar de mencionar y reivindicar la revolución en curso de los trabajadores kazajos en este momento, que muestra el camino de lucha y resistencia para la clase trabajadora y el pueblo pobre de todo el mundo.

¡Viva la lucha mundial de la clase trabajadora! ¡Viva el Pinheirinho!

¡Vamos a construir un fuerte acto unificado, para mantener viva la historia de lucha y resistencia del Pinheirinho!

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 10/1/2022.-
Traducción: Natalia Estrada.

 

Más contenido relacionado:

Artículos más leídos: