search
               
                   
Brasil

Al contrario de lo que dice Lula, no hay reforma agraria sin ocupación de tierras

Reforma agraria
junio 19, 2023

En la apertura de su live “Conversación con el Presidente”, este martes 13, Lula dijo que “ya no hay necesidad de invadir tierras”, en referencia a los movimientos que luchan por la tierra y la reforma agraria. Como si no bastara con ser un discurso absurdo, llegó precisamente en un momento en que hay una guerra en el campo contra los movimientos de lucha por la tierra, campesinos pobres, quilombolas e indígenas, perpetrada por el agronegocio y los acaparadores de tierras, directamente o por sus testaferros.

Por: Redacción PSTU Brasil

Parte de esta ofensiva es la propia CPI [Comisión Parlamentaria de Investigación] sobre el MST [Movimiento Sin Tierra], impuesta por la banca de los terratenientes para criminalizar el movimiento y legitimar las persecuciones contra todos los luchadores en el campo.

Le dije a Paulo Teixeira (ministro de Desarrollo Agrario) en estos días: ya no hay necesidad de invadir tierras ”, afirmó Lula. Para él, el Incra [Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria] identificaría las propiedades improductivas y, a partir de ahí, el gobierno discutiría su ocupación. Y continuó: «Es simple, no hay necesidad de ruido, no hay necesidad de guerra«.

Además de atribuir el “ruido” y la “guerra” en el campo a los sin tierra, y no al agronegocio que mata, persigue y expulsa a campesinos, indígenas, comunidades ribereñas y quilombolas, Lula no aclara lo siguiente: si es tan fácil hacer la reforma agraria, ¿por qué en los 14 años que el PT estuvo al frente del Gobierno Federal no se ha hecho todavía? Por el contrario, durante este período la violencia en el campo solo aumentó, con el avance del agronegocio contra los sin tierra y el medio ambiente.

Lula repite lo que hizo allá atrás, antes de su primera elección, cuando dijo que haría la reforma agraria “de un plumazo”. Ahora, dice: no “invadan” tierras, dejen con el gobierno que está todo bien. El problema es que, así como en estos cuatro mandatos del PT no hubo reforma agraria, dependiendo de este gobierno y de su alianza con el agronegocio, incluida la “bancada ruralista”, nada va a cambiar.

¿Y por qué Lula no hará la reforma agraria? Porque su proyecto no contempla el fin del latifundio y la distribución de tierras a los que la precisan. Fue precisamente en sus dos primeros mandatos que el Brasil dio un salto adelante en el proceso de reprimarización de la economía, privilegiando el gran agronegocio y, sumiso al proyecto imperialista, convirtiendo el país en un gran exportador de commodities, especialmente agropecuarias, bajo demanda del mercado internacional. Fue una tendencia que comenzó en los gobieros de Lula y se profundizó en los siguientes.

¿Quién no recuerda aquella frase de Lula de que los terratenientes eran los verdaderos “héroes”? El proyecto capitalista del gobierno, sumiso a la división mundial imperialista del trabajo, no rompe con el agronegocio y conduce a la continuación del proceso de recolonización del país. Así era entonces, y así es ahora. Recientemente, Lula anunció la disponibilidad de R$ 7,6 mil millones en líneas de crédito para el sector.

¿Y cuál es el problema con eso? Este proyecto lleva al Brasil a ser cada vez más un mero exportador de productos de bajo valor agregado. Eso es lo que hace que el país caiga un escalón más en la cadena de producción global, y se vuelva aún más sumiso y produciendo cada vez más, mientras 33 millones de brasileños pasan hambre. Significa recolonización, retroceso y sumisión, incluida la pérdida de soberanía, ya que el agronegocio hoy está dominado por un pequeño número de grandes monopolios extranjeros que, a su vez, controlan la producción, la distribución, el comercio e incluso el mercado de fertilizantes.

El agronegocio brasileño es controlado por un capital cada vez más concentrado en unos pocos monopolios internacionales que, además de destruir el medio ambiente, invadir tierras públicas e impedir la reforma agraria, también amenazan nuestra seguridad alimentaria. Además de envenenar nuestros platos con pesticidas, controlan los precios, especulan y envían miles de millones en dividendos al exterior.

Lea también | Los terratenientes quieren urgencia en la votación de Marco Temporal en el Senado. ¡Salgamos a las calles a decir no!

Saquen las manos de los sin tierra

Hoy es una tarea fundamental defender al MST y otros movimientos de lucha por la tierra contra la criminalización y la ofensiva promovida por el agronegocio y la ultraderecha. Pero también es necesario llamar la atención sobre el hecho de que la cooptación de la dirección del movimiento por parte del gobierno también es un obstáculo para la lucha por la tierra.

Al contrario de lo que proclama la extrema derecha, los gobiernos del PT, en general, no promueven las ocupaciones de tierras, sino todo lo contrario. Durante el gobierno de Lula en la década de 2000, el MST, por ejemplo, incluso realizó un congreso en el que decidió dejar de ocupar tierras, hasta entonces su principal táctica de lucha que lo hizo reconocido internacionalmente. Cooptación que forzó varias escisiones con sectores que veían la necesidad de seguir luchando y ocupando áreas improductivas.

Lea también | Brasil | Contra el marco fiscal de Lula y el Marco Temporal

Ataque al latifundio: reforma y revolución agraria

No es posible luchar coherentemente por la reforma agraria junto a un gobierno que actúa con y para el agronegocio. Incluso ocupando cargos en ese mismo gobierno, como el MST. El dirigente del MST, João Pedro Stédile, incluso elogió al actual ministro de Agricultura, el “ruralista” Carlos Fávaro. “Creo que es un hombre serio, que quiere una agricultura que resuelva los problemas del pueblo”, dijo Stédile sobre el ministro, quien incluso ya se ha declarado a favor del infame marco temporal.

Es necesario tener independencia política para luchar por la reforma agraria porque esto, necesariamente, va en contra de los intereses del agronegocio y del propio proyecto de país que tiene el PT.

Brasil hoy, para ser soberano, necesita enfrentar el agronegocio, nacionalizar y estatizar, bajo el control de los trabajadores del campo y de la ciudad, esas mega propiedades, empresas y redes comerciales y, junto con eso, hacer también la reforma agraria.

Las ocupaciones de tierras, así como las huelgas y manifestaciones callejeras, son métodos de lucha legítimos y necesarios. Pero aún se necesita un proyecto que cambie radicalmente el Brasil, y eso es contradictorio con el apoyo a un gobierno aliado con el agro. Es necesario construir una oposición de izquierda, socialista, que luche contra la criminalización de los movimientos, por la reforma y la revolución agraria. Y que no solo potencie las ocupaciones, sino la autodefensa en el campo para enfrentar a los terratenientes, sus secuaces, y también a la ultraderecha bolsonarista.

Artículo publicaso en: www.pstu.org.br

Traducción: Natalia Estrada.

14/06/2023

Lea también